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Capitulo Dos

Ambos llegan a conocerse mejor y, al cabo de tres meses, deciden salir juntos. Manoel dice que la hará muy feliz y que la quiere demasiado. La chica incluso dice que también le quiere, pero sus pensamientos siempre van a su amigo de la infancia Nathanael. Ambos han pasado varios momentos felices juntos, pero parece que nada sirve de nada, pues todo le recuerda a su amado. Con el tiempo, cree que podrá olvidarle y abre su corazón a su novio Manoel.

***

Han pasado casi dos años y hay un evento en una cascada y la chica decide ir y llama a su novio, pero él se niega a ir diciendo que no le gusta salir en público y ella va con su amiga Gabrielle como habían acordado hace unos meses.

Después de horas dentro del autobús con el Grupo de Jóvenes de la Iglesia, los dos llegan al lugar y se preparan para entrar en el agua. Pasando un rato en el agua, Nayara observa el lugar pero permanece en silencio, sin saber si contarle a su mejor amiga lo que está pasando en su relación.

Después de unos minutos más Nayara le dice a su amiga:

-Gabi, qué ganas tengo de divertirme hoy, después de que últimamente mis días no estén siendo muy buenos.

Su amiga le pregunta qué ha pasado y ella le dice que tiene una chica que no para de hablar con su novio. Su amiga Gabrielle le da consejos, pero es inútil, porque siente que no estará mucho tiempo con él.

Tras una larga conversación y ponerse al día, su amiga ve a alguien conocido y le dice:

-Nayara, mira quién está ahí al otro lado de la piscina.

Entonces Nayara mira y ve a su amigo de la infancia Nathaniel y se pone muy contenta, porque le echa mucho de menos. Decide ir a hablar con él, aunque teme que la rechace o que no se acuerde de ella. El niño estaba sentado al borde de la piscina con su hermanita y cuando la vio se puso tan contento que hasta sonrió.

Se levanta y va a su encuentro y la abraza con fuerza. Se alegran mucho de verse y pasan todo el día hablando. Pero no deja de lado a su amiga, al contrario, las tres siguen platicando y recordando los viejos tiempos, pues aunque Nayara había conocido a su amiga en la Preparatoria, su amiga también conocía a Natanael, pues su familia era muy conocida en el pueblo. Pasa un tiempo y su amiga decide dejar a Nayara a solas con el chico, con la esperanza de que se reencuentren y vuelvan a ser amigas.

Entonces Nathaniel aprovechó la oportunidad de estar a solas con su amada, se acercó a ella y por fin encontró las palabras para decirle algo que Nayara sólo había guardado en sus pensamientos:

-Nayara, nunca te he olvidado. Aunque hayamos perdido el contacto. Aunque hace años que no te hablo, lo que siento nunca ha cambiado, ni siquiera un segundo. Comprenderé si no sientes lo mismo, pero realmente necesitaba confesarte esto, porque si hay una oportunidad de conquistarte, no quiero desaprovecharla.

La chica se emociona, pero recuerda que tiene un pretendiente y dice:

-Yo tampoco te he olvidado nunca y me alegra saber que has conocido a una chica y que estás enamorado de ella e incluso me he enterado de que te has mudado.

Él la mira confuso y le dice

-¿Qué chica? No me moví, Nayara, porque siempre supe que algún día volvería a encontrarte. Y no tengo pretendientes. ¿Cómo puedo tener a alguien si nunca puedo olvidarte? Te quiero, Nayara.

La chica se siente aliviada al saber que no tiene novia y siente que su corazón se acelera, pero no consigue averiguar por qué.

Cuando se da cuenta de que la conversación se ha vuelto un poco tensa, Nayara dice:

-Vamos a nadar, después de todo, ni siquiera hemos entrado en el agua.

El chico está de acuerdo y dice:

-De acuerdo. Quieres que te lleve a esa parte del agua -dice señalando hacia donde hay una castata de donde sale toda el agua-, te llevaré a cuestas.

-Eso está bien.

Entra en el agua y la sujeta muy fuerte, llevándola a la parte donde el agua cae con más fuerza. Ella estaba encantada con esto y él la liberó del agua, dejándola disfrutar del chapoteo del agua en su cara. La sensación fue maravillosa y al cabo de unos minutos volvieron al borde de la piscina. El corazón de la chica seguía latiendo rápidamente. Intentó concentrarse en su novio, pero no funcionó porque sintió que no duraría y un pequeño flashback golpeó su mente durante un breve instante.

"Acababa de llegar de la escuela a última hora de la tarde y el teléfono móvil de su novio estaba abierto sobre la mesa de su ordenador. Vio que el teléfono se encendía, indicando un nuevo mensaje y aunque no quería trastear con su teléfono, vio que el mensaje era de la chica que le habla mucho desde hace unos meses, pidiéndole consejo sobre un chico que le gusta. Y en la barra de notificaciones sólo apareció un mensaje sencillo, pero que le dejó el corazón roto: "Me gustó mucho verte ayer. Estás siendo una buena amiga para mí y te mereces a alguien que te haga feliz y tenga buena salud". Después de ese día, Nayara estaba tan triste que incluso se planteó romper con él, pensando que podría estar engañándola. Los dos habían discutido durante dos días y hablaban poco, sólo lo necesario y tras una larga conversación, decidieron que intentarían mantener la relación.

Nayra vuelve al presente y recuerda que fue allí para relajar la mente y no para pensar en asuntos del corazón. El chico al notar su silencio, mira hacia cierto punto del lugar y dice:

-¿Qué miras? -pregunta con curiosidad.

-Estoy mirando la altura de esa piedra hasta el agua. Tengo ganas de saltar, pero nunca he tenido el valor. ¿Saltamos?

-Vamos. Me gusta saltar desde lo alto de la roca al agua. ¿Quieres saltar conmigo? Nunca he saltado antes, pero si quieres te espero en el agua y puedes saltar.

Y ella dice:

-Quiero, pero tengo miedo de hacerme daño, después de todo no sé nadar y me da pánico cuando el agua me golpea el cuello.

-Puedes confiar en mí. Ve a la roca y yo te esperaré aquí en el agua.

La chica acepta y sube al lugar acordado. Cuando ve lo alto que está, se sorprende y le hace una señal a Nathan y le dice que no saltará, porque tiene miedo de golpearse la cabeza con una de las rocas y morir como en las noticias. Nathan le dice que espere y va a su encuentro. En ese momento, su mejor amiga Gabrielle está a su lado y le da la brillante idea: "Debería saltar con ella a la cascada".

A Nayara le da vergüenza preguntar esto, pero aun así pregunta:

-¿Saltarías conmigo?

Y el chico dice:

-Por supuesto que saltaré contigo-Después de unos minutos continúa-Agárrate fuerte a mi cuello y aguanta la respiración y no te soltaré ni un minuto.

-No voy a dejarte ir ni un minuto.

Entonces, salta con Nayara a la cascada y ella se siente como si flotara. Siente cuando su cuerpo se encuentra con el agua y decide abrir los ojos durante unos segundos y ve la claridad del agua, como si estuviera en una película de submarinismo. Cuando sale del agua, está muy contenta y pide volver a saltar, y su día transcurre así: Nathaniel saltando con su amada en la cascada durante casi toda la tarde.

Pasó el día y cuando se dan cuenta ya es casi de noche y ella y su amiga deciden cambiarse de ropa para irse. Llega el vehículo que les llevará y todos suben al autobús. Nayara fue a sentarse junto a otra amiga suya llamada Maitê, que por coincidencia es hermana de Nathanael, pero ocurre algo inesperado. Su hermana le cede el asiento y él se sienta junto a Nayara, todo sonrisas. Los dos siguen hablando durante todo el viaje hasta que llegan a casa y deciden intercambiarse los números de teléfono para estar siempre en contacto.

Se baja del autobús y camina unos minutos, porque necesita subir a otro vehículo para volver a casa. La chica por un momento hasta se olvida de sus problemas y piensa que todo se solucionará, pero desgraciadamente se equivocó y su historia dio un giro diferente a partir de ese día, algo que no podía imaginar estaba a punto de suceder y no sabía cómo sería a partir de entonces.

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