Giro ligeramente su cabeza y miro a Lili, que estaba sentada mientras junto con otro niño cortaba algunas verduras.
Dudo un momento antes de levantar su mano en forma de saludo.
Ella lo noto, pero rápidamente giro su cabeza para ignorarlo descaradamente, el niño que estaba al lado de la chica si respondió al saludo.
Lili estaba usando ropa nueva, un vestido sencillo de color verde con detalles de color naranja, como su antigua ropa era conocida por los miembros de su familia, habían decidido que lo mejor era deshacerse de ella.
Obito miro las dos orejas en la cabeza de la chica.
Al parecer Lili tenía una magia que le permitía cambiar su apariencia, ella pertenecía a la raza de los pallun, pero con las ojeras en su cabeza fácilmente podía hacerse pasar por otra persona.
Era un truco interesante a los ojos de Obito, aunque el Jutsu de transformación era mucho más versátil y útil. No podía enseñárselo a la chica, dado que el mana y el chakra era diametralmente distintos en varios aspectos, mientras en que chakra era más versátil, el mana era más rígido aunque potencialmente más poderosos, y con la ventaja de que este podía incrementar conforme avanzaras de nivel.
Aunque claro siempre había monstruos con cantidades absurdas de mana, Obito se había encontrado, mientras caminaba por la calle principal de Orario, con una elfo cuyas reservas parecían no tener fin, aunque no le había prestado mayor atención. Por que tenia prisa en ese momento.
aunque si recordaba la expresión en su cara simplemente no parecía una mala persona.
Según Lili podía mantener activa su magia de manera indefinida, aunque la desactivaba mientras dormía.
Obito recargo su mejilla en su palma.
Aunque escapaba de su comprensión porque estaba molesta en este momento.
No le dio mayor importancia, cuando Lili empezó a pelear con el niño a su lado, no puedo evitar sonreír, aunque sea un poco.
Aun tenia unos 20 minutos de tiempo así que pasa la mayor parte de se tiempo hablando con Maria y dándole algunos consejos a los niños que se acercaban a él.
Aunque la mayoría de los niños tenían respeto hacia él, y eso hacia mas fácil ser maestro, dado que seguían sus instrucciones al pie de la letra sin hacer muchas preguntas o cuestionar sus métodos.
Rye era el único que estaba impaciente por aprender "técnicas de combate real", aunque aun no dominara lo mas básico de lo básico. Actualmente tenia 10 años, según Maria le faltaban unos mese antes de cumplir los 11, la mayoría de los aventureros se unían a una familia a diferentes edades, aquellos con talento podían ser aceptados desde edades tempranas, pero en el caso de huérfanos era probable que tuviera que tener suerte que una familia de bajo nivel o que apenas estaba formado sus fuerzas los aceptara, e incluso en ese escenario lo mas probable es que no pasaran de los primero meses.
También estaba el caso de nacer dentro de una familia, en ese punto se podía decir que eras obligado a formar parte de esa familia, aunque dependía mucho del tipo de dios, al parecer.
Obviamente el camino que los niños habían elegido no seria sencillo, y Obito sentía que al menos los debería de preparar lo mejor que pudiera para afrontar la dura vida de un aventurero.
Se levantó de su silla.
― tengo que volver o Mía-san se enojara. ― Obito dijo casualmente, Maria frunció el ceño en preocupación.
― ¿hiciste algo?
― no fue culpa mía, fue de Ryuu-san, ella no sabe contenerse.
Maria lo miro como una mama enojada, como diciendo "no culpes a otros y asume la responsabilidad"
Obito hizo una mueca, y luego de un omento.
― no te preocupes Maria-san, ya estamos trabajando para arreglarlo. ― aunque no parecía satisfecha con esa respuestas se limito a asentir.
Con una gesto de su mano Obito se despidió de todos. Y volvió hacia los callejones, noto vagamente que Lili lo miraba fijamente mientras se retiraba, tendría que hablar con ella después, por el momento no había querido abrumarla con temas aburridos, así que la había dejado estar durante este tiempo, pero no podía atrasar la conversación mucho mas.
Cuando llego con la madera a la anfitriona de la fertilidad pudo ver Ryuu sentada esperándolo, con dos valdes en el suelo, mirando por encima Obito noto que era el cemento que había ido a conseguir.
― fuiste rápido. ― Ryuu dijo, esperando que Obito tardara más en conseguir la madera.
― conozco a alguien, ― Obito dijo con un encogimiento de hombros. ― si necesitas madera solo dilo.
Ryuu lo miro con una mirada extraña, Obito trato de ignorarla, aunque todavía se sintió ligeramente incomodo.
― Menos charla y mas trabajo ustedes dos.
las voz de Mia atravesó los tímpanos de la elfo y del chico humano, ambos se apresuran a ordenar todo para comenzar con la reparación.
Comenzaron a reparar, Obito comenzó a remover los escombros que estorbarían cuando colocaran las nuevas tablas, en todo momento tuvo cuidado de mantener su distancia con al elfo de cabello verde.
No entendía por completo la cultura de este mundo, pero al parecer había una regla tacita conocida por todos, "a los elfos no le gusta ser tocados por otras razas", Obito desconocía esta regla, pero ahora que era consiente de esto, no podía evitar se cauteloso siempre que estaba cerca de algún elfo.
Los entrenamientos era una cosa, pero tocar casualmente a Ryuu estaba fuera de discusión.
Ryuu lo había notado, pero nunca había comentado nada al respecto.
Obito supuso que esa era la manera de que ella tenia para aprobar las acciones de Obito, así que nunca se molesto en comprobarlo con la elfo, había cosas que no necesitaban hablarse para entenderse.
Para cuando comenzaba a llegar la tarde, y el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, el lugar comenzó a llenarse, el bullicio de los aventureros que venían de un arduo día de trabajo empezó a incrementar gradualmente, Obito noto que Ryuu se estaba poniendo ansiosa.
― ¿tienes que ir a ayudar? ― pregunto mientras terminaba de colocar una tabla de madera, y la clavaba con un martillo y clavos que Mia había tenido la amabilidad de darles. al parecer tenían muchos de ellos, supuso que Mia era el tipo de persona que le gustaba estar preparada en caso de que tuviera que hacer reparaciones en el negocio que tanto esfuerzo había hecho en construir.
― si. ― Ryuu dijo con un tono resignado, probablemente sintiéndose culpable de que sus compañeras tuvieran que asumir su parte del trabajo mientras ella estaba reparando un desastre, que a fin de cuentas ella misma había provocado. luego de un momento Obito asintió para si mismo.
― Ryuu-san puedes ir, yo me encargare de cuidar este lugar.
― ¿Estas seguro?
― Si, de todas maneras el trabajo ya esta casi hecho. ― Obito dijo con un encogimiento de hombros. Ryuu dudo un poco antes de asentir, y poniéndose de pie se fue hacia adentro del edificio.
Obito suspiro y continuo con la reparación, una hora después ya había terminado, moviendo sus ojos miro su trabajo con cierto nivel de orgullo.
Comenzó a caminar hacia el callejón que lo llevaría a la calle principal, noto una mirada en su espalda y se giro para ver a Syr mirando con una sonrisa, mientras asomaba su cabeza desde la puerta trasera que llevaba a la cocina, un escalofrió recorrió la espalada de Obito.
― ¿terminaste Obito-kun?
― ah si.― Obito dijo mientras se rascaba la paste posterior de su cabeza.
― ¿y te vas sin comer?
― ugh. ― Obito hizo una mueca, siempre que se encontraba con Syr de alguna manera terminaba gastando mucho dinero comiendo en la anfitriona de la Fertilidad. ― b-bueno
Antes de que pudiera continuar con su camino, Syr lo había tomado de la mano y llevaba hacia el interior.
Obito tuvo que reprimir un gemido, mientras atravesaban la entrada trasera. Mirando hacia adentro del establecimiento parecía bastante lleno, aventureros comiendo y bebiendo como si no hubiera un mañana. Obito miro el lugar con una sonrisa, el ambiente siempre era amigable y reconfortante, podía entender porque a los aventureros les gustaba venir luego de un día en las mazmorras.
Aunque demasiado bullicioso para su gusto.
Syr lo sentó en la barra.
― ¿entonces que vas a pedir Obito-kun?
― mmm, creo que pediré una pasta.
― entiendo el especial de la noche.
― ¿eh?, espera yo no-
Syr se fue hacia la cocina ignorando a Obito, este puso una mirada amarga mientras revisaba el menú y se dio cuenta que el especial era tres veces mas caro que lo que había pedido inicialmente, mil valis.
― jajaja eso te enseñara a no dañar mi negocio. ― Mamá Mia se burlo mientras se acercaba y dejaba a su lado un vaso de madera, lo miro, aunque el alcohol no le afectaba en lo mas minino, todavía no le agradaba el sabor de este, era vino.
Probablemente en todo el lugar era el único que no le gustaba el vino, aunque consiente de que tendría que tomarlo de todas maneras, lo vertió en su boca con solo un trago.
― Eres inesperadamente resistente al alcohol-nyan. ― dijo la chica de pelo negro y orejas de gato. Chloe. ― pero tómatelo con calma-nyan.
― siempre lo hago. ― Obito dijo mientras se recargaba en la silla. Gracias a que la mitad de su cuerpo estaba hecho con células de Hashirama, cosas como el alcohol o venenos en su gran mayoría no funcionaban en él.
Se preguntó si el propio Hashirama era igual que él.
― ¿Por cierto estas bien-nyan? ― Obito la miro por un momento. ― Ryuu siempre olvida contenerse-nyan.
Obito casi se sintió conmovido por la preocupación de la chica, pero luego algo hizo clic y lo entendió todo.
― ¡¿ustedes me vendieron?! ― Obito dijo acusadoramente a la chica gato, ella sonrió ligeramente, y levanto su dedo, golpeando la nariz del Uchiha.
― pero tu aceptaste, de todas maneras si necesitas que cuide tus heridas, solo tienes de pedirlo-nyan.
Ella dijo con un tono que a Obito le pareció bastante divertido.
― no gracias. ― Obito dijo mientras miraba hacia otro lado aburrido, luego noto algo.
Uno de los clientes, que presumiblemente ya estaba entrado en copas, acerco su mano peligrosamente a una de las camareras, Obito entrecerró los ojos y luego volvió a mirar hacia otro lado.
Recibió una mirada de la chica gato
― ¿no vas a hacer algo-nyan?
― no es necesario. ― un momento después un estruendo se escucho y el hombre fue expulsado de las puertas de la anfitriona da la Fertilidad de una elfo de cabello verde.
― ya veo-nyan. ― dijo Chloe, luego lo miro un momento. ― sabes a pesar de ser nivel 3 como dices, eres inusualmente resistente.
A pesar de que Obito había estado entrenando con Ryuu un par de días, no tenia moretones visibles y siempre volvió como si nada hubiera pasado, Obito supuso que era llamaría la atención de cualquiera que viera sus entrenamientos.
― Es una habilidad. ― respondió casualmente, eso fue todo lo que necesitaba. ― ser resiente en uno de mis únicos puntos buenos.
La chica gato lo miro un momento antes de asentir con una sonrisa, nadie preguntaría nada sobre el pasado de otro aventurero, o su "estado".
Mientras mas tiempo pasaba en este mundo Obito se estaba empezando a acostumbrar al sentido común de los aventureros y de Orario.
Cada persona tenía su propia historia incluso esta chica gato frente a él, había decidido investigarla un poco y no fue particularmente difícil hacer las conexiones, especialmente por la forma en que la chica se movía y hablaba.
La oscuridad que cada persona contiene, no es fácil de ocultar, aún menos a otras personas que cargan con su propia ración de oscuridad.
Pero nadie haría preguntas, porque eso sería problemático.
― ya veo, así que eres muy resistente-nyan. ― ella dijo en un tono que probablemente intentaba avergonzar a Obito, aunque este apenas noto eso y asintió con una sonrisa.
Decepcionada por la aparente inocencia del chico de pelo negro, fue golpeada en la cabeza por Mama Mia.
― deja de holgazanear. ― Mia dijo con un tono normal, pero que envió escalofrió en el cuerpo de Obito, definitivamente no trabajaría en este lugar aunque le pagaran un millón de valis al día.
La chica gato se fue rápidamente a atender a los clientes.
― Aquí está tu comida, Si que eres un glotón. ― dijo Mama Mia con un asentimiento satisfecho, aunque ese titulo se le había impuesto, mas que otorgado.
Obito no dijo nada y comenzó a comer, aunque había superado esa necesidad todavía era agradable cuando una comida deliciosa tocaba su lengua y los sabores llenaban su boca.
Después de todo muchas de las cosas que lo humanos hacen y disfrutan no son cosas estrictamente necesarias, a veces solo se hacen porque son agradables.
¿Si se hubiera quedado en su mundo, se hubiera tomado la molestia de apreciar estas cosas? Obito no estaba seguro y tampoco quería pensar mucho en el ¿y si hubiera?, quería dejar atrás todo eso, pero no estaba seguro si era correcto.
Rin, kushina y Minato, eran personas que había aprendido a apreciar, personas preciosas.
Y siempre que su mente divaga hacia alguno de ellos, lo único que podía sentir era un nudo en estómago y una honda sensación de malestar.
Así que intentaba mantenerse ocupado siempre que pudiera, más para evitar pensar en cosas innecesarias, que para hacer algo productivo.
Moviendo sus manos tomo un pedazo de carne con el tenedor y se llevó a la boca, la carne tierna casi se derritió en su boca.
Definitivamente tenía que llevar algo de esto al orfanato.
Una hora después había terminado de comer todo, y pedido algunas cosas para llevar, normalmente era servicio no era proporcionado por la anfitriona de la fertilidad, pero Syr y la Jefa Mia habían hecho una excepción para el.
Así que cuando salió del restaurante estaba levando dos canastas de comido en sus manos, bastante pesadas, aunque su bolsa de dinero estaba considerablemente mas liviana.
De todas maneras a Obito no le molestaba gastar 5 mil valis, no era una cantidad que el considerara especialmente grande. Si tienes dinero al menos deberías de gastarlo para hacer felices a las personas que quieres.
Fue lo que el pensó mientras salía, como no podía agitar su mano, solo le envió una sonrisa a Syr que se estaba despidiendo de el agitando su mano.
― vuelve pronto. ― ella dijo, aunque Obito esperaba mantenerse alejado del lugar por unos días.
Había hablado con Ryuu y habían acordado suspender sus entrenamientos, por una semana, además de cambiar la ubicación a una mas apta para un entrenamiento, inesperadamente la elfo lo había felicitado por mejorar sus habilidades.
Comenzó a caminar por las calles, observando sus alrededores, sin importar cuanto lo recordaba, el hecho de estar en otro mundo seguía siendo extraordinario, y un poco desconcertante.
Aunque no le disgustaba.
Giro su ojo hacia los techos de los edificios circundantes, pudo notar algo ligeramente peligroso, no era solo una presencia, ¿tres? ¿cuatro?, definitivamente mas de dos.
Pensó que tal ves solo lo estaban mirando con curiosidad, pero luego de unos cuantos metros fue obvio que la atención de lo observadores estaba implacablemente sobre el.
¿Se había descuidado?
No, en primer lugar siempre confirmaba exhaustivamente antes de hacer uso de cualquiera de sus habilidades, y cualquier demonstración de fuerza que hubiera hecho, en los entrenamientos con Ryuu por ejemplo, siempre fue acorde al nivel 3, no había ningún motivó en particular por el que alguien podría tener motivos para fijarse en el.
Tal vez, estaba relacionado con Ryuu, era la única conexión que "Obito Uchiha" tenia con alguien con un pasado problemático, pero eso no parecía encajar, Ryuu y el no eran particularmente cercanos.
Aunque Obito, tenia una deuda demasiado grande con ella, para todo el mundo su relación no debería de ser lo suficientemente profunda como para que alguien pusiera sus ojos en el, en un intento de usarlo contra la elfo, era mas probable que intentaran un movimiento con Syr.
Por el ojo de Obito paso un brillo peligroso . . . la familia soma, si ese llegara a ser el caso definitivamente tendría que encargarse de ellos, incluso si eso molestaba a algunos dioses.
No gasto mucha energía en deducciones, porque sabría con certeza quienes eran en unos momentos.
Ahora, ¿Qué haría con estos molestos acosadores?
Matarlos. A Madara le encantaría esa opción.
¿interrogarlos? Bastante factible.
¿ambas? Problemático.
Aunque al final su decisión dependería del nivel y a que familia pertenecieran sus acosadores.
Mientras dirigía gran parte de su atención a seguir los movimientos de las presencias, inesperadamente chocho con alguien.
Casi tira sus canastas al suelo, pero lo evito, aunque la persona con la que tropezó no tuvo la misma suerte.
―ah, lo siento.― Obito exclamo mientras dejaba una de las canastas en el suelo y ofrecía una mano a la chica con la que tropezó, sus ojos se abrieron ligeramente cuando la reconoció.
No estaba usando un vestido lujoso.
No hay maquillaje en su rostro, y de hecho su ropa parecía un poco sucia, luego de un día de trabajo, frente a el estaba Anna Claes, la chica que había rescatado hace un mes más o menos.
Sus brillantes ojos azules lo miraron con un brillo, ella sonrió torpemente y acepto su mano.
― Yo soy la que se tiene que disculpar, estaba un poco apurada y no mire bien por donde iba.
Obito la miro un momento, no se había cruzado con esta chica desde la ultima vez que habían hablado. Ella parecía estar bien. Lo cual lo hizo un poco feliz.
― ya veo. ― Obito dijo con una sonrisa, la chica lo miro por un momento, llevo un dedo sus labios, mientras lo examinaba.
― disculpa pero . . ― antes de que pudiera completar su oración pareció notar que había estado mirando por mucho tiempo y desvió la mirada avergonzada. ― no, lo siento, me tengo que ir.
― okey, con cuidado. ― Obito dijo casualmente, mientras tomaba su canasta y comenzaba a caminar hacia otro lado.
La chica comenzó a caminar una vez mas, antes de girarse ligeramente para ver la espalda del chico del parche, luego continuo su camino, había escuchado que se padre una vez mas estaba en un bar, aunque le había prometido que dejaría de beber, ella definitivamente tenia que regañarlo.
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