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Capítulo 143: El intruso

-Konohagakure-

Al otro lado de la puerta de la oficina, dos pequeños golpes sobre la madera se escucharon.

Tsunade frunció el ceño y miró la puerta.

"Soy yo, Tsunade" Y entonces el anciano entró a la oficina con una sonrisa en la cara.

Ella supo enseguida que pasaba, así que se relajó en su asiento. "¿Ya encontraste algo, Jiraiya?"

Como si estuviera presumiendo de ello, Jiraiya se río entre dientes. "Nada importante, solo la ubicación del líder de Akatsuki"

"¡¿Qué?! ¿En serio? ¡Dilo de una vez!" Tsunade se levantó de su asiento y golpeó la mesa con las palmas de las manos, obviamente sorprendida por lo que sus oídos escucharon. No, ella quería saberlo enseguida sin importar que. Y esa información, por supuesto, la tiene Jiraiya.

Por otro lado, Shizune, que estaba junto a Tsunade con aquel cerdito en sus brazos, miro a todos lados sin saber que decir ante esta próxima revelación.

"Cálmense las dos. No tienen por qué alterarse tanto" Negó con la cabeza y luego se acercó al escritorio.

Pero a Tsunade esto no le gustó, ya que el hecho de que Jiraiya tratase esto como un juego la molesto. "¡No estamos trabajando en tu próxima novela, idiota! ¡No nos hagas perder el tiempo!"

"Si pierdes la calma, nos causaras problemas a todos, Tsunade. Más aún teniendo en cuenta que esta información sólo nos mete en un juego de vida o muerte" Jiraiya negó con la cabeza y luego sonrió. "Aun así, ¿qué te parece si vamos a por un trago? Ha pasado mucho desde que bebimos juntos. Ahí hablaremos"

"Tu…, ¿qué?" Ella volvió a golpear el escritorio con la palma de su mano. "¡Te olvidas que soy la jodida Hokage! ¡No puedo simplemente tomar un trago cuando mis shinobis están arriesgando sus vidas por la seguridad de nuestra aldea!"

-5 minutos después-

"Woaaahhh. ¡Que delicia!" dijo Tsunade dando un pequeño golpe en la mesa con la jarra del sake.

Al ver esto, Jiraiya negó con la cabeza. "Deberías empezar a actuar en base a tus palabras, Tsunade… Eres la Hokage…"

Los dos fueron a por un trago a un bar, justo como Jiraiya dijo, pero a penas llegaron, Tsunade ordenó una gran jarra de sake que casi deja a las personas de alrededor con la mandíbula en el suelo. Bueno, no ves tan seguido a la Hokage bebiendo en un bar como cualquier adulto normal.

"Si, lo que digas~. Entonces el líder de Akatsuki está en Amegakure, eh~" Ella suspiro mientras se mandaba otro trago de sake a la garganta. "Esa aldea tiene controles fronterizos muy estrictos. Son muy meticulosos en ese aspecto. Cualquiera que entre debe decir su propósito, además de estar vigilado 24/7 por los shinobis de esa aldea. No es el tipo de aldea en el que puedas moverte fácilmente. Incluso durante los exámenes chūnin fue así…"

"Pues más razón todavía para ocultarse allí. Un lugar como el que acabas de describir es perfecto para ocultarse" Jiraiya comenzó tomando un pequeño trago de sake. "Se rumorea que Amegakure ha estado sumida en una guerra civil durante años y que el líder de Akatsuki está a la cabeza de uno de los bandos"

"El País de la Lluvia está rodeado por tres países grandes, por lo que siempre ha sido un campo de batalla para estos mismos. Su gobierno jamás descansa y seguramente el número de refugiados ha aumentado con el pasar de los años…"

"Exacto. Por eso necesito infiltrarme en Amegakure y comprobar si los rumores son ciertos. Así podremos planear algo mejor"

"¿Estas loco? ¿Piensas ir solo? Eso es demasiado peligroso" El rostro de Tsunade comenzó a ponerse un poco rojo por la influencia del alcohol en su sangre.

"Soy uno de los Tres Legendarios Sannin. Recuerdas lo que eso significa, ¿no?"

"Ha~ Lo siento… siempre te meto en este tipo de problemas estúpidos…"

Jiraiya sonrió al ver como Tsunade miraba la jarra de sake con tristeza. Esta mujer ha sufrido mucho en su vida y ahora tiene que estresarse mucho más al haber obtenido el cargo de Hokage.

Su mente está constantemente llena de problemas. Ella no ha podido relajarse en mucho tiempo…

-Guarida de Akatsuki número 27-

Los pasos de Sasuke lentamente hicieron eco en aquel lugar oscuro. Camino por los pasillos perfectamente moldeados por el ninjutsu de algún talentoso ninja y luego vio una luz al final del pasillo.

Se acercó en silencio y vio a alguien de pie frente a el…

"¿Quién eres?" preguntó.

A lo que esa misteriosa persona abrió los ojos y lo miró con ojos carmesíes, propios del Sharingan. "Soy yo, Sasuke"

Era Itachi…

-Amegakure-

Konan se acercó a la puerta de la habitación de Toru e intento llamarlo, pero luego se arrepintió y salió de ahí.

Dentro de la habitación, Toru se encontró sentado en la cama, con la espalda reclinada contra la pared.

El miró el techo con una cara inexpresiva. Sintió que en las últimas horas su visión sólo empeoro aún más sin razón alguna. A penas podía distinguir bien figuras a más de 5 metros. Todo se veía bastante borroso. Aun que el aún podía ver claramente si se acercaba lo suficiente a su objetivo.

Pero dolía, dolía demasiado. Sus ojos estaban matándolo de dolor. El Shigan se activaba solo de vez en cuando. Parecía ser que eso pasaba en momentos específicos, pero el aún no lo entendía.

"¡¿?!"

Una oleada de dolor golpeó su cabeza. Rápidamente acercó sus manos y sostuvo su cabeza con dolor. Sus visión se apagaba y se encendía, se tornaba borrosa y clara en cortos intervalos de tiempo.

Cerró los ojos esperando que el dolor se apaciguara, pero ese no parecía ser el caso.

De repente, se vio a si mismo dentro de aquel océano de sangre una vez más. Todo estaba oscuro como siempre.

"Yo… yo ya estoy cansado de esto…"

De pie en la sangre debajo de el, suspiró cansado.

Aunque parecía extraño, una voz resonaba una y otra vez en su mente. Esa voz parecía lejana, tan lejana que Toru no podía entender lo que decía. Aun así, la voz pertenecía a un niño, esa era la inconfundible voz de un niño.

Pero… ¿Por qué? ¿Por qué se escucha esa voz? ¿A quien le pertenece?

De repente, el dolor desapareció y rápidamente volvió a la realidad. Había una lágrima de sangre en su mejilla, pero ya no dolía, solo había una ligera sensación de ardor ocular, pero era mejor que el dolor horrible que estaba sintiendo hace unos segundos.

El vio la túnica de Akatsuki sobre la mesa cercana a su cama. Allí también estaba el sombrero. Ahora solo se encontraba con la ropa que siempre llevaba debajo de la túnica.

"Creo que… por un momento me he olvidado de lo que venia a hacer…"

-Konohagakure-

"Te estas enfrentando a alguien con el poder suficiente para controlar Akatsuki. No tengo idea de que tan fuerte es y es por eso que te estas metiendo en la boca del lobo, Jiraiya…" Tsunade miró aquel pequeño río con nostalgia.

"Puede que tengas razón"

Ella junto sus manos un poco nerviosa.

"Por favor… vuelve con vida. Si también llego a perderte yo…"

"¿Qué? ¿Vas a llorar por mi? ¡Que honor! Jajaja. Aunque no creo que pueda llevarme tantas lagrimas como Dan"

"Tonto…"

Al ver a su vieja amiga tan decaída, Jiraiya no pudo evitar querer consolarla. "Vale, ¿qué tal si ponemos a prueba tus habilidades para apostar? Hacemos una apuesta y tu lo pones todo a que muero. Después de todo, siempre pierdes tus apuestas. A cambio, cuando vuelva yo…"

Por alguna razón, Tsunade miró a Jiraiya, con las mejillas aún sonrojadas por el alcohol y se sintió curiosa de lo que este viejo pediría. "¿Tu que…?"

Jiraiya mantuvo un silencio de unos pocos segundos, para después sonreír como idiota mientras se rascaba la cabeza. "Jajaja. Es una broma, una broma. Sabes que estoy agradecido contigo. Además…" Se cruzo de brazos y asintió con la cabeza. "El rechazo siempre hace que los hombres se hagan más fuertes. Y a menos que lo haya experimentado lo suficiente como para reírse de sí mismo y aprovecharlo, no podrá cumplir su deber como hombre. Así que la responsabilidad de un hombre es ser fuerte… o algo así. Pero, ¿sabes? Yo creo que los hombres no estamos hechos para perseguir la felicidad…"

Al escuchar esto, Tsunade suspiró cansada. Las repentinas palabras de Jiraiya le resolvieron sus pensamientos por un segundo. "Ha~ todos los hombres son iguales. No son nada sin las mujeres a su alrededor"

"Jajaja. ¡Tienes toda la razón!"

"Bueno… aun así, si pasa algo, envía a un sapo. Iré con refuerzos al instante"

"No hace falta hacer eso. Eres la Hokage, debes quedarte en la aldea"

"Pero aun hay muchos candidatos a Hokage, Jiraiya"

"Lo se, lo se. ¿Pero como se supone que esta aldea prospere si su líder cambia a cada rato? Eres la mejor para este papel y lo sabes"

"¿Qué va? Tenemos a Kakashi y a Naruto en algún momento"

"Kakashi sería un buen Hokage, pero a Naruto aun le falta mucho. Incluso le diste el colgante que te dio tu abuelo"

"No digas eso. Tu le has dado mucho poder a Naruto. Si hasta le enseñaste el Rasengan"

"Ahí me atrapaste. Aun así, puedo ver que sigues preocupada. Siempre lo noto en tus ojos, en la manera en que miras a todos lados esperando a que algo pase"

"¿De qué estás hablando? Yo estoy completamente bien" Se cruzo de brazos e hizo un puchero.

"No puedes mentirme. Aun te sientes culpable por haber fallado con Asahi Toru, ¿no es así? Aunque el no era culpable, no pudiste ver la verdad a tiempo"

"¡No! Yo solo…"

"Hm… yo tengo razón. No niegues esa parte de la historia. Ha~ la edad te ha vuelto muy amable, ¿no crees? Me arrepiento de no haberte dicho antes que no te acerques a ese niño, pero parece que el se acercó a ti antes"

"¿Eh? No entendí eso. ¿A que te refieres?"

"Bueno…" Miró al cielo y recordó el pasado. "Ella me hizo prometer que no me acercaría a su hijo sin importar que"

"Te refieres a…"

"Si. Asahi Kyoko me hizo prometer que no me acercaría a su hijo. Todo para protegerlo de lo que significa ser un shinobi"

Tsunade se reclino en la banca y cerró los ojos. "Esa niña loca, eh…"

"No le digas así. Ella después de todo fue mi estudiante" Se sentó junto a Tsunade y cruzo las piernas mientras dejaba descansando los brazos en el espaldar de la banca. "Me preguntó… ¿a quién habrá salido ese niño? Se parecía un poco a su padre la última vez que lo vi, pero esa actitud tan fría… no se parecía a su madre, pero tampoco a su padre en ese aspecto"

"Lo se… era un chico bastante peculiar…"

"Esto solo hace que me de nostalgia… Ella era muy enérgica, a diferencia de Kenji o Minato. Siempre con una gran sonrisa en la cara. Ella trataba de pelar con Minato cada vez que tenía oportunidad"

Tsunade abrió un poco los ojos. "Vaya, eso es algo que no sabía"

"Bueno, es por que tu solo sabes de la parte mala de esa chica"

"Si… como decían los demás shinobis de las otras aldeas"

Con ojos brillante asesinos, balanceando las dagas cubiertas de sangre por todo el campo de batalla, a veces con una sonrisa maníaca, otras veces con una mirada fría en su rostro. Por donde sus pies se posaban, solo había muerte. Los campos de batalla se llenaban de cadáveres a donde sea que ella fuere.

Nadie sobrevivía a su poderoso Taijutsu… ella junto a Minato fueron conocidos como La Espina Sangrienta y el Relámpago Amarillo de Konoha.

"Si lo dices de esa forma lo haces sonar como si ella hubiera sido una psicópata asesina" Jiraiya negó con la cabeza.

"Bueno, esos eran los rumores. ¿Qué quieres que haga al respecto?"

"Ha~ así esta bien. Esos rumores tienen razón, pero aún falta mucho que nadie conoce de esa chica. Y justamente eso es lo que ella temía, no quería que su hijo viviera rodeado de sangre y cadáveres. Esa mujer no quería que su hijo muriese como todos en su familia, a una edad tan temprana"

"Si, he escuchado hablar de eso. Que los miembros de la familia principal del clan Asahi siempre mueren a una edad temprana. Ninguno ha pasado de los 27 años…"

"Si. Eso es bastante raro, como si ellos tuvieran una maldición. Pero yo creo que solo es una coincidencia" Se levantó de la banca y miró a su amiga con una sonrisa. "Bueno, ha llegado la hora de partir"

Tsunade asintió con la cabeza.

"Oh, espera. Un ultimo consejo…" La expresión de Jiraiya se puso seria. "Se que ya debes saber esto, pero cuídate de La Raíz"

"Lo se, desde hace tres años que lo se"

"Que bien. Entonces nos vemos"

Jiraiya se fue caminando relajado por las calles de Konoha. Tsunade lo miró por última vez con una expresión triste y preocupada. Ella no podía ver el futuro, así que no sabía que le pasaría a Jiraiya exactamente.

-Guarida de Akatsuki número 27-

Itachi estaba tirado en el suelo, con heridas por todo el cuerpo. Miró a su hermano de pie frente a el y con una mirada fría y sin piedad dijo: "Te has vuelto muy fuerte, Sasuke…"

Sasuke no esperaba que el cuerpo de Itachi repentinamente comenzará a ser rodeado por plumas negras.

El se sintió inquietado por este suceso, pero aún así intento mantener la compostura.

"Ven a la Guarida Uchiha solo, terminaremos con todo en ese lugar" Itachi desapareció envuelto en plumas negras después de decir eso.

Aquel pequeño niño que creció con tanto odio en su corazón, apretó los puños con fuerza al darse cuenta que lo que había matado solo fue un clon. Pero luego, cerró los ojos y suspiro.

'Que así sea…'

-Amegakure-

Aun seguía sentado en esa cama, sin hacer nada, sin moverse, pensando constantemente en si debería anular la invocación del clon de sombras o dejarlo ser por unas horas más.

Debido a esto, su chakra y su capacidad para pelear en general se dividió a la mitad. Ahora no es tan fuerte como antes, pero aún así espera que el clon logre encontrar algo útil en la escena de la batalla.

'Ya no duele tanto…'

El dolor en sus ojos se calmo por completo, ya solo quedaba esa pequeña sensación de ardor que lentamente estaba desapareciendo.

[Alguien ha perturbado la caída de mi lluvia]

La voz de Nagato repentinamente hizo eco en su mente.

[Ha juzgar por su chakra, es alguien extremadamente peligroso]

"¿Hay un intruso en Amegakure?" Toru cerró los ojos y, para comprobarlo, activo Sennin Mōdo para asegurarse. Pronto se dio cuenta que Nagato estaba en lo correcto. Una gran masa de chakra se movía por la aldea. Parecía que intentaba ocultar los rastros de su chakra, pero era inútil si usaba el Senjutsu del clan Ōkami.

[Voy a tener la lluvia. Konan, encuentra al intruso. Toru, haz lo mismo y prepárate para interceptar al perpetrador]

"Ha~" Toru suspiró y se levantó de la cama. Se acercó a la pequeña mesa al lado de la cama y tomó la túnica y el sombrero.

Abrió la puerta y, mientras caminaba, se puso la túnica. Luego la luz de la muerte iluminó sus ojos y se coloco el sombrero.

De una de las mangas de su túnica, salió la daga que había logrado sobrevivir a la explosión que generó el chakra de Nanabi y entonces…

"Tal vez solo necesito despejar mi mente un poco"

Continuará…

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