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¡Me duele!

Álvaro no quería pensar tanto, pero tampoco podía controlarse a si mismo como si hubiera un diablo en su cabeza que podía manejar tanto sus pensamientos como sus emociones. Cuando su coche llego a la entrada del Imperial Food Garden, vio el Ferrari rojo de Víctor. Ese color era tan llamativo. Sin embargo, lo que mas llamaba la atención era que Samara y Víctor estaban sentados en la ventana, charlando y riendo mientras comían. Se podía ver que ella estaba de buen humor.

Después de que Víctor dijo algo, Samara bajo la cabeza y se rio, tocando suavemente su pierna herida. Aunque sus movimientos eran muy ligeros, Álvaro lo había visto todo claramente. Frunció el ceño ligera e inmediatamente llamo a Josué.

-Trae una manta a la entrada del Imperial Food Garden.

Josué ya estaba acostumbrado a las ordenes de Álvaro, así que no se sentía raro por su pedido esta vez. Después de todo, ya había tenido varias experiencias impactantes. El rápidamente trajo la manta. Pero luego Álvaro dijo:

-Entra y dásela. Su pierna no esta recuperada todavía. Hace un poco de frio esta mañana, ella debe taparse mas.

Josué estaba sorprendido por sus palabras.

- ¿Lo hago yo?

En seguida, Álvaro lo miro por su pregunta idiota. Al vero, Josué se sintió muy agraviado. De todos modos, era mejor que se la entregara Álvaro. Además, Samara y Víctor estaban quedando, parecía que tenían una conversación muy cariñosa. Entonces, Álvaro debería interrumpirlos y explicarle su relación real con ella.

Al pensarlo, aunque Josué no entendía a Álvaro, no se atrevió a refutarlo. Cuando estaba a punto de entrar, de repente, recordó algo y dijo:

-Señor, Catalina realmente conoce a Víctor. ¿Podría ser que la crisis del documento confidencial estuviera relacionado con ella?

-Basta, deja de investigar este asunto. -Álvaro dijo de repente.

Sin embargo, Josué estaba aturdido.

-Señor, hemos perdido el pedido mas grande de los últimos tiempos por este asunto, y ahora los beneficios que ha obtenido Víctor serian nuestros si no esto no hubiera sucedido. Por lo tanto, espero que no tengas mas relación con Catalina. Es muy peligrosa.

- ¿Desde cuando eres digno de decirme lo que tengo que hacer? -la voz de Álvaro se volvió mas profunda, llevando una dignidad incomparable. Josué inmediatamente se calló, pero se podía ver que tenia muchas objeciones contra Samara. - ¡Date prisa y entra! -Al ver que Samara toco su pierna otra vez, Álvaro lo reprendió en voz baja.

Josué entro deprimido y entrego la manta a Samara delante de todos.

-El señor Álvaro dijo que su pierna no se ha recuperado. Hace frio esta mañana. Así que me dijo que te trajera una manta delgada. -Josué dijo sin emociones.

Al oírlo, Samara y Víctor estaban aturdidos. Después, subconscientemente miraron hacia fuera y vieron que Álvaro había subido la ventana del coche.

Víctor dio una carcajada.

-Catalina, eres realmente encantadora. Álvaro es un hombre indiferente, pero vino a entregarte una manta. Lo mas importante es que no tiene prisa en llevarte cuando te ve estando conmigo. Ha cambiado mucho, casi no lo conozco.

Samara también se sorprendió. Si fuera en el pasado, Álvaro se precipitaría sin ninguna duda y se la llevaría directamente. Además, no le dejaría seguir quedando con Víctor. Pero ahora, Samara sentía que no quería comer más.

Por un lado, Josué la miro fijamente como si hubiera traicionado a Álvaro. Por otro lado, a pesar de que Álvaro no había entrado, estaba esperando fuera a que ella terminara la comida. Por lo tanto, ella se sentía tan incomoda que perdió el apetito.

Dejo sus palillos.

- ¿Ya te vas? ¡No hemos terminado de hablar aun! -dijo Víctor sorprendido.

Samara se encogió de hombros y dijo:

-Ahora es mi jefe, ¿crees que puedo seguir comiendo contigo?

- ¡Que decepción! -Víctor estaba obviamente decepcionado, pero inmediatamente sonrió y dijo: -Hay una subasta mañana, ven conmigo.

-Depende del tiempo. No se si tengo tiempo. Después de todo, ahora soy una paciente. -Samara le dio una respuesta precisa. Luego se cubrió las piernas con la manta.

Ella sabia claramente como era el clima de esta ciudad, pero no había pensado que no podría soportar el frio después de ser herida. Justo ahora, había sufrido tanto por el frio, pero tenia vergüenza de decírselo al gerente del restaurante.

Al ver que Samara se cubría las piernas, Víctor se dio cuenta de lo que había sufrido ella.

- ¿Tienes frio? ¿Por qué no me lo dijiste? Es mi culpa. Tendré en cuenta tu herida la próxima vez. -Víctor estaba enfadado consigo mismo.

Sin embargo, Samara sonrió y dijo:

-Esta bien. No hace demasiado frio. Tengo la pierna herida, así que no aguanto el frio. La próxima vez, me preparare por adelantado.

-Entonces estas de acuerdo en salir conmigo otra vez. -Víctor aprovecho la oportunidad para invitarla.

Samara sabia que tenia un propósito. Ella fue la diseñadora del Grupo HJ y Álvaro era su rival comercial, así que estaba muy interesado en ella. Además, era un donjuán conocido. Sin embargo, Víctor no era obsceno. En realidad, era un caballero.

-Nos vemos. -Samara sonrió con cortesía y empujo su silla de ruedas afuera.

De repente, Josué sintió que una mirada aguda se disparaba desde fuera como si fueran cuchillas afiladas que se pinchaban en su cuerpo. Se estremeció e inconscientemente dio un paso adelante para agarrar el mango de la silla de ruedas y dijo respetuosamente:

-Te ayudo.

Ella se detuvo un momento, después se dio cuenta de algo. No dijo nada y permitió que Josué empujara su silla de ruedas. Después de subir al coche, ella y Álvaro se sentaron juntos en el asiento trasero.

Álvaro todavía llevaba la ropa de ayer, por lo que se podía ver que no había tenido tiempo de ir a casa ni cambiarse de ropa.

-Dicen que Rebeca fue envenenada anoche y fuiste a verla en medio de la noche. ¿Por qué has venido aquí tan temprano? ¿Rebeca esta fuera de peligro? -pregunto Samara con indiferencia.

Al oírlo, Álvaro se quedo aturdido por sus palabras. Había pensado que Samara le explicara algo, pero ella no se sintió avergonzada después de descubrir la verdad. Al contrario, le pregunto por Rebeca con curiosidad. Álvaro pensó por un momento y dijo:

-No lo se, ella no estaba despierta cuando me fui. Josué, ¿Cómo esta Rebeca?

Josué se puso ansioso.

-Señor, debido a que me dijiste que entregara la manta, tampoco lo se. Ella no estaba despierta cuando me fui.

Sin embargo, Samara se burlo y dijo:

-Parece que la situación es muy seria. Álvaro, date prisa y vuelve para que ella reciba el tratamiento cuanto antes.

Álvaro se sintió incomodo por esta frase.

- ¡Josué, vuelve al hospital! ¡Inmediatamente! -Álvaro de repente grito como si fuera un león al que le habían pisado la cola.

Josué bajo rápidamente de coche y se fue.

Cuando solo quedaron los dos en el coche, Samara se sintió un poco deprimida e inmediatamente giro su cabeza hacia la ventana. Sin embargo, Álvaro hablo de repente.

-¿Realmente te importa que Rebeca viva em la mansión?

Después de oír sus palabras, ella apretó las manos de repente. Ella era su esposa e incluso estaba embarazada, pero por Rebeca y su niño, Álvaro insistió en enviarla al extranjero. Ahora, después de haber sufrido un cambio de vida, el no sentía ninguna vergüenza por preguntar. Al pensarlo, Samara de repente se rio. Su sonrisa era especialmente hermosa.

-Déjate de bromas. Rebeca es tu novia y la madre de tu hijo. ¿No es ridículo que me hagas esta pregunta? ¿Tiene algo que ver conmigo? ¡No soy nada para ti!

- ¿Nada? No digas eso. -Álvaro de repente agarro el brazo de Samara y la presiono sobre el asiento del coche.

El respiro en su cara y ese sentimiento raro envolvió a Samara una vez mas. Cinco años después, todavía era muy tiránico como antes. Samara sintió que su corazón latía cada vez más y estaba a punto de resistir, pero Álvaro la agarraba tan fuerte que era incapaz de moverse.

Samara sabia que no podia hacer nada. Asimismo, ahora no era el momento de provocar a Álvaro. Luego, bajo la voz y frunció el ceño.

- ¡Duele! ¡Álvaro, me haces daño! -originalmente, había pensado que el no le haría caso, pero la dejo de inmediato después de escuchar su grito. Luego, Samara se froto la muñeca y dijo triste: -Lo que he dicho es verdad. ¿Por qué estas enfadado? ¿el hijo de Rebeca no es tuyo?

- ¿Realmente te importa eso? -Álvaro dijo otra vez.

No obstante, volvió la cabeza y dijo:

-No me importa. No tiene nada que ver conmigo. Tengo mi propio hijo. Por cierto, tienes que dejarme llamar a Eduardo. Tengo que saber si esta seguro o no. ¡De lo contrario no te dejare vivir en paz! -cuando Samara hablo de Eduardo, Álvaro vio que sus ojos eran brillantes y estaban llenos de esperanza. En la actualidad, el sabia que estaba orgullosa de el, porque Eduardo era todo lo que tenia.

- ¿Quién es el padre de Eduardo? -Antes Álvaro no sabía porque Samara no quería admitir la verdadera identidad de Eduardo y nunca había tenido la intención de preguntarle. Pero en este momento, ya no podía contener su curiosidad por la verdad.

Samara se quedo atónita. Al pensar en que ella no le dijo a Álvaro sobre la identidad de Eduardo, él lo sabía hace mucho tiempo. Pero ahora, ¿Por qué preguntaba de repente?

-Esta muerto. -dijo Samara con indiferencia.

Sin duda, esta frase dio un gran impacto a Álvaro como si fuera una espada afilada que penetraba directamente su corazón con fuerza. El seguía mirándola. Sin embargo, la expresión fría de Samara hizo que se desesperara.

Volvió a su asiento, los dos guardaron silencio un momento y la atmosfera en el coche se hizo mas opresiva. Samara se sintió sofocada dentro del coche, ella inconscientemente quería abrir la ventana, pero Álvaro de repente dijo:

-Adriano no es mi hijo.

Samara estaba aturdida por sus palabras.

- ¿De que estas hablando? -todos sabían que el hijo de Rebeca era el sucesor de la familia Ayala. Asimismo, Álvaro también había dado el 50% de las acciones del Grupo Ayala a Adriano. Pero ahora decía que no era su hijo.

Si no fuera por su propio hijo, ¿la habría tratado así a ella y a sus hijos por Rebeca y el niño en su barriga? Era imposible.

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