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7. Parte Uno

CORAZONES ABIERTOS

(***)

- Entonces... ¿Vas a decirme cómo es que me conociste?. - Indagué luego de dar un sorbo a mi café.

Rió y se acomodó en su silla.

- Bueno, fue hace mucho tiempo. Algo más de tres años para ser mas exactos.- Carraspeó.- Algún día luego del trabajo, vine aquí con amigos y estabas tú con el chico con el que venías cada día, y no voy a mentirte, me llamaste muchísimo la atención, en especial tu habla y relatos de los que hablabas con ese chico.

»Tal vez te preguntes porque no me acerqué antes y no tengo respuestas, yo también me lo pregunto. Tal vez no quise molestar o tenía miedo al rechazo, no estoy seguro.- Mojó su medialuna en el café. - Cada vez que venía a este lugar, en realidad sólo quería verte un ratito. Y suena muy obsesivo, no quiero asustarte. Jamás quise hacerte algo malo o algo por el estilo, era sólo admiración y atención.

»Luego, hace unos meses te vi sola y me dio curiosidad, el resto creo que ya lo sabes. - Dio un mordisco a su húmeda medialuna.

Pasé mis manos por la tela de mis pantalones en un gesto de nerviosismo. Supongo que se viene la parte en la que abro mi corazón, y lo veo necesario.

- Kol era... Es mi mejor amigo, desde que soy muy pequeña.

- ¿Está de viaje ahora?.

- Algo así, el murió hace algunos meses.

El aire se cortó en un segundo, Corban bajó la vista hacia sus pies y yo apreté mis labios sin saber que decir o hacer.

- Es un viaje eterno, ¿no?. El está bien ahora.

- Lo siento mucho, linda. No lo sabía, de haberlo sabido me hubiera acercado antes, tal vez necesitabas...

Antes de que terminara, lo interrumpí:

- Está bien, gracias.

- ...¿Quieres hablar al respecto?, soy muy bueno escuchando.

Lo pensé por algunos segundos, no estoy segura de querer hablar del tema con alguien pero tampoco quiero callarlo más tiempo para que al final me haga más daño.

Por fin siento que tengo a alguien con quien hablar de una gran variedad de temas e interiormente me hizo sentir segura y querida, por lo que me animé a hablar de la muerte de Kol después de meses.

Pasé el gran nudo que se formó en el fondo de mi garganta y comencé:

- Kol estaba enfermo, aunque yo no lo sabía hasta después de su muerte y aún siento algo de culpa por no poder ayudarlo...

"Estaba ayudando a papá a limpiar la entrada de la casa cuando una mujer desconocida venía corriendo en dirección a mi casa.

En un segundo, papá se puso frente a mí por si pasaba cualquier cosa.

- Señorita, ¿necesita algo?.

- ¿Eres Asia Wagner?. - Se acercó a mí haciendo que mi padre ponga uno de sus brazos entre nosotras.

- Sí...

- Soy agente de la Policía de la ciudad, ¿Conoce usted a Kol Giordano, cierto?.

Extrañada y con el corazón latiendo como desquiciado, asentí.

- ¿Qué pasó con Kol, está bien?. - Bajé el brazo de papá y desbloqueé mi teléfono.

Tenía llamadas perdidas y docenas de mensajes de parte de mamá y conocidos, incluido el papá de mi amigo.

Llevé mi mano a mi pecho y me aferré al brazo de mi padre. Tenía un mal presentimiento.

- Señorita, El señor Giordano se desvaneció en una calle del centro, fue llevado al hospital nacional. Su madre me envió a buscarla.

En un milisegundo estaba con las llaves del auto de papá y unas zapatillas en las manos. Con lágrimas que caían cual cascada. El corazón a punto de salirse de mi pecho y el mundo dado vueltas a mi al rededor.

Papá tomó las llaves y fuimos directo al hospital donde ya dentro se encontraban los padres de Kol, su hermano y varias personas más.

- ¡¿Cómo está Kol?!

Marco, el hermano de mi amigo fue el primera en darse vuelta. Con los ojos rojos, hinchados y la ropa desaliñada se acercó a mí .

- Asia... - Tomó mi mano y nos guió hacia unas sillas que había en el pasillo. - Kol ... Entró inconsciente al hospital, alguien lo encontró tirado en una calle, su enfermedad estaba muy avanzada y...

Enfermedad avanzada, fueron las palabras que se grabaron en mi mente y alma en ese instante.

De un salto me paré de la silla, como si su material me quemase al igual que las lagrimas que no paraban de caer por mis mejillas. Pasé mi mano por mi rostro y miré a mi al rededor, todos en la sala se veían devastados.

Yo estaba aturdida y en shok por la cantidad de información que acababa de recibir. Sin saber que hacer o a donde ir, me resguardé del mundo en un rincón del edifico. Sin creer lo que Marco acababa de decirme.

Volví hacia él de forma brusca y me aferré a su brazo.

- ¿Dónde está, en que habitación?, dime el número, necesito verlo.

- Asia, no entiendes. El no está en ninguna habitación. - Dio una vuelta y pasó sus manos por su rostro borrando sus lágrimas por un momnto. - Está en la morgue, no puedes verlo.

- No, no, no. - Lo solté de un movimiento súbito y puse mi cabello detrás de mis orejas. - Él no puede... ¿Cómo?... No puede ser cierto. - Sonreí con algo de esperanza y nervios. - No hagas bromas, Marco. Ya estamos grandes.

Su expresión fue la más seria que vi en su rostro.

- No hago bromas, Asia. Kol está muerto.

Se dio vuelta y fue directo a los brazos de su madre.

Al parecer necesitaba esa respuesta brusca y grosera para caer en la cruel realidad. Me quedé estática en mi lugar, con la respiración y el corazón más agitados que nunca. La cabeza comenzó a dolerme y las extremidades se me adormecieron.

- Hija...

Volteé directo a tirarme sobre los brazos de mi padre, para dejar caer todo mi peso sobre él. Con mi cara y cuello totalmente mojados y con marcas secas por las lágrimas. "

- Yo no sabía que él estaba enfermo, el mundo se derrumbó a mis pies en ese momento. El fue el amor de mi vida en forma de amigo.

Corban me pasó unas servilletas para que secara mi rostro, nuevamente cubierto por las lagrimas.

- ...¿No lo sabías?.

- No, por eso no lo creí que un primer momento. No había ninguna enfermedad de la que yo supiera.

●¡BIENVENIDOS!

•Recuerden que cualquier error será corregido al finalizar la historia.