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Regreso a la Oscuridad

Cuando las dos semanas acabaron Matías regresó a casa de su madre con un semblante nuevo, ya no era aquel adolescente asustado que había sido entregado a su repugnante tío.

Sin decir nada ni mirar a nadie se dirigió a su habitación donde encontró la novela que estaba leyendo en el mismo lugar donde la hubo dejado. Sabía que sus hermanos y madre estaban allí pero no le importaba, ya nada le importaba.

Su hermano mayor fue quien entró a su habitación sin golpear, furioso como últimamente se sentía intentó propinarle un fuerte golpe en plena cara pero este lo bloqueó fácilmente

- ¡Déjame! - Rugió Matías pero su hermano lo tiró hacia sí mismo abrazándolo con fuerza mientras soportaba los golpes que este le daba hasta sentir que las fuerzas se habían extinguido en él

- Desahógate hermanito - dijo su hermano mayor y Matías no pudo más - Desahógate - comenzó a llorar nuevamente sin parar, no podía contenerse ni controlarse. Lloraba pero a su vez se reprochaba ser tan patético ya que nada lograría porque había sido entregado a su torturador. Cuando meditó se pudo controlar y alejar de los brazos de su hermano mayor, no podía permitirse sentir su protección otra vez

- No - dijo sombríamente - Nada cambiaría hacer esto

- Pero...

- Fui entregado a Carlos a cambio de...

- Matías

- ...que retire los cargos contra mamá

- Matías

- Saldé la deuda de papá

- Matías

- Y que te devuelva todo el dinero que te quitó

- Matías por favor

- El cumplió

- Matías

- Asi que ahora es mi turno de cumplir con mi parte del trato

- ¡No!

- Trato que nuestra madre estuvo plenamente de acuerdo

- ¿Qué te hizo esta vez? Dímelo

- Solo ocasionaría problemas si te lo cuento - contestó Matías como un autómata - Y eso no debe ser posible

- ¡Matías por dios!

- No debo ocasionar más problemas en la familia

- ¿Te escuchas?

- La última vez fue todo por culpa mía - sus ojos carecían de vida

- ¿Te escuchas?

- Si que lo hago - recién volvió a él el brillo de la vida - ¡¿Y qué?!

- ¿Cómo "y qué"?

- ¿Qué harás?

- Cualquier cosa con tal de ayudarte

- Metiéndote en más problemas

- ¡Si es necesario si!

- ¿En serio?

- Por supuesto

- Qué curioso porque no recuerdo haberte visto llegar a casa de Carlos exigiendo mi libertad....aunque claro está que nada habrías logrado más que meterte en serios problemas legales

- No fui porque nuestra madre me encerró en la casa - dijo angustiado su hermano - Intenté abrir las puertas y ventanas pero no pude conseguirlo

- Eres mayor de edad hermano

- Me encierra bajo llave desde que te entregó - ambos hermanos se miraron en silencio, luego se abrazaron fuertemente - Matías...lo siento...de hecho me escape una vez y fui por ti pero nuestra madre me hizo detener por la policía y me forzó a volver....lo lamento....me resultó imposible salir de la casa desde entonces...ya no me lo permite - Matías sentía que su odio se iba incrementándose cada vez más, odiaba a Carlos con cada fibra de su ser.

- Y...¿nuestro hermano....qué hizo?

- Nada - fue la dura respuesta del mayor - El sigue viviendo en su mundo....perdón Matías por fallarte tanto...

No le sorprendía la actitud de su otro hermano ya que se parecía mucho a su madre, ambos siempre optaban por el camino más fácil.

Matías reposaba su cabeza sobre el pecho de su hermano mayor con pesar deseando poder ser libre de decidir cómo vivir su propia vida. Aunque sabía que su hermano jamás lo dañaría no pudo evitar el permanecer alerta. Odió que le ocurriese eso.

Su segundo hermano lo miró con indiferencia limitándose a saludarlo por cortesía, no dijo nada más.

Más bien comentaba lo mucho que les costaba subsistir en esos momentos tan complicados económicamente hablando. Hablaba con su madre sobre el trabajo y demás cosas insignificantes para Matías. Solo su hermano mayor resultaba ser una auténtica compañía y ayuda.

La tensión reinaba en el ambiente y se incrementó al sonar el teléfono interrumpiendo la banal conversación de de su madre con su segundo hermano.

Ella se levantó y fue a tender, al quedar los tres el mayor le dijo a su hermano del medio:

- ¿Por qué actúas así? ¿Acaso no tienes conciencia?

- ¿Conciencia? - repitió este - ¿Acaso Matías especificó algo?

- No necesita especificarlo ¿acaso eres tan idiota? - le espeto Matías

- ¡¿Y por qué volviste a su lado Matías?! - le espetó su otro hermano - Si todo lo que se dijo sobre el tío Carlos es cierto ¡¿por qué estás sumiso a su lado?!

- ¡Déjalo! - le espetó el mayor

- ¡Eres incoherente!

- ¡Basta! - rugió el mayor y en ese momento llegó la madre

- Matías, Carlos requiere de tu presencia en una semana - lo dijo con total indiferencia - Y deberás quedarte a su lado por cuatro días ¿está claro? - esto último lo dijo sentándose en la mesa

- ¡No! - rugió Matías - ¡No iré! ¡No volveré jamás!

- Es tu deber Matías - dijo ella

- ¡No lo es! - diciendo esto Matías se levantó y se dirigió a su habitación - ¡Antes prefiero matarme! ¿oíste? ¡Prefiero morir! - diciendo esto se encerró en su habitación dando un portazo.

- ¿Por qué le haces esto madre? - dijo el mayor - ¿No ves que lo está matando en serio?

- Es su deber - dijo ella

- ¡No lo es!

- Mamá tiene sus motivos - la defendió su segundo hijo

- ¡Cállate! - le espetó el mayor- ¡No parecen familia! ¡¿Qué tienen en las venas?! ¡¿Hielo?!

- Sabemos muy bien lo que sucede - dijo su madre - Pero lamentablemente en la balanza pesa mucho más la deuda que...

- Nada y repito nada es más importante que tu propio hijo y su salud mental - le dijo el mayor - Solías ser una buena madre pero no se qué te ocurrió ahora....me decepcionas

- No le hables así a mamá

- Si pudiera saldar todas las deudas y tener prosperidad por siempre a cambio de tú persona ten por seguro que te entregaría sin dudarlo - le dijo el mayor - Así que no la defiendas tanto

- ¿Cómo te atreves...? - le dijo ella

- Me atrevo porque diste motivos - la interrumpió él

- Matías es mío, es menor de edad por lo tanto puedo hacer con él lo que quiera

- ¡No te dejaré destruirlo! ¡Pediré la tutoría legal!

- Estás restringuido ¿acaso lo olvidas?

- No me detendrás

- No permitiré que arruines todo, estamos a punto de salir a flote....

- ¿A cambio de qué? ¡¿De la salud mental y emocional de mi hermanito?! ¡No quiero seguir viviendo en esta casa ni disfrutar de nada si ese es el precio a pagar

- Todo tiene un precio hijo, es hora de que te des cuenta de ello

- No te dejaré seguir destruyendo a Matías

Luego salió del comedor y se dirigió al cuarto de su hermano, estaba sulfurado y muy decepcionado de su madre, no la reconocía ¿qué le ocurrió? ¿ por qué cambió tanto? Y su otro hermano ¿cómo podía seguir apoyándola? Recordaba cómo lo quería y cuidaba en el pasado a Matías ¿cómo era posible que ahora lo entregara así?

El segundo hermano de Matías no era ningún idiota, le bastó con ser testigo de lo ocurrido para convencerse de que Matías era la víctima allí y Carlos el victimario pero ¿por qué no lo denunciaba tanto su madre como su mismo hermano en vez de enfrentarse así?

Porque Matías no decía nada, todo volvía a caer sobre su hermano menor y su maldito silencio hecho que lo enfurecía.

También contempló la frialdad y dureza de su propia madre comprobando que las palabras de su hermano mayor eran ciertas: ella estaba dispuesta a entregar a cualquiera de sus hijos para saldar viejas deudas. Aquello le provocó escalofríos porque él aún estaba bajo su tutela por unos cuántos días más hasta cumplir la mayoría de edad. Al quedar solos dijo a su madre intentando sonar indiferente:

- ¿No evitarás que Carlos toque a Matías? - ella lo miró furiosa - No lo tomes a mal - se apresuró a decir - Es simple curiosidad -

- No hasta que todo haya sido pagado - contestó ella

- Bien - aquello acabó con la charla sobre ese tema.

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