La ciudad de Orario estaba en estado de alerta gracias al súbito ataque del dios Poseidón. Solo los dioses sabían quién había sido y por eso, Urano llamo a una reunión de emergencia.
Los dioses se reunieron en el panteón, sentados alrededor de una larga mesa mientras los dioses principales estaban sentados en tronos de mármol blanco.
Sobre los tronos de izquierda a derecha eran: Demeter, diosa de la tierra, con un hermoso cabello de color miel y un vestido de color rosa pastel. Después venía la diosa Hepahestus, de cabello rojo. Ella iba vestida con una blusa blanca y pantalón oscuro. Después venía el dios Urano, líder de todos los dioses. Un anciano en una túnica blanca con un aspecto serio. Por último, la diosa Freya, con un hermoso cabello de plata, túnica blanca y una corona de laureles de oro.
El resto de los dioses los miraban con rostros malhumorados desde la mesa. La mayoría de las miradas se dirigían a Hephaestus por ser esposa de Kain y madre de Viggo. Las personas que supuestamente habían ocasionado esta situación.
Urano miró a los dioses y les dijo —hoy nos hemos reunido para hablar sobre el ataque del dios Poseidón—
—La respuesta al ataque de Viggo contra el dios Poseidón— dijo Apolo
—Nadie te ha dado la palabra, somos dioses, hablemos con respeto y en orden— dijo Urano
Apolo quedó mirando al dios anciano mientras pensaba en las palabras que Poseidón le comunico.
—Mi hijo solo puso en su lugar a ese animal— dijo Hephaestus con un tono de voz fuerte mientras lo miraba a los ojos —para empezar, Poseidón no se puede considerar un dios asociado a Orario. Él ha estado lejos de nosotros desde el principio, ni siquiera se dignó a formar una familia, mucho menos ayudo en los desafíos de los dioses. Él es nuestro enemigo—
—Hephaestus— dijo Urano
Hephaestus lo miró a los ojos, después se cruzó de brazos y piernas y miró en otra dirección.
Muchos dioses desconocían la situación y los pocos que entendían toda la historia, no se atrevían a colocarse en favor o en contra de los dioses.
La diosa Atena, sentada junto a la diosa Bishamon, levantó su mano. Los dioses la quedaron mirando. Ella tenía el cabello liso y purpura mientras llevaba puesto una toga blanca.
El dios Urano frunció el ceño, soltó un suspiro y se fijó en el vientre abultado de la diosa —¿Qué quieres decir, Atena?— preguntó
—Sí, con respecto a esta reunión de dioses, quisiera saber ¿Por qué mi marido no está con nosotros?—
—Tú marido es el que ocasiono todo este problema— dijo el dios Apolo
Atena lo miró y lo vio sentado a tres puestos de ella. Tenía el cabello rubio y una capa roja sobre sus hombros —¿Perdón?— preguntó y lo quedó mirando a los ojos.
El dios Apolo la miró a los ojos y la apunto con el dedo índice —fue tu marido quien ataco primero a Poseidón y se metió en un asunto que no tiene nada que ver— dijo
Atena lo quedó mirando, guardo silencio, pero en ningún momento apartó la mirada. El dios Apolo frunció la nariz como si estuviera furioso, pero ante el silencio y la mirada se puso nervioso. Era como si quisiera gritar de furia, pero tuviera las palabras atoradas en la garganta.
Atena sonrió y le dijo —voy a pensar que es la arrogancia de ser un dios, así que te lo voy a explicar. Todo el mundo ya lo debe saber—
—Solo es un rumor— rugió Apolo intuyendo lo que ella iba a decir
—Eres dios, viniste mucho antes que yo, así que voy a suponer que se te olvido. Sin embargo, la existencia del rey de los dioses es nuestro objetivo final—
Todos guardaron silencio, porque a pesar de que muchos estuvieron cientos de años, no pudieron producir un aventurero que pudiera ocupar tal lugar. Por otro lado, el rey de los dioses había nacido de forma natural, de uno de los dioses y no creado a través de la bendición del falna. Eso significaba que todos los dioses habían fallado.
Atena miró al resto y les dijo —Viggo ya lo vio, solo necesita lanzar un rayo de luz solar al cielo y su divinidad estará completa. El primer dios en nacer y crecer de forma natural. Así que preguntare de nuevo ¿Por qué mi esposo no fue invitado a esta reunión?—
—Porque como tú lo dices— respondió Urano —todavía no es un dios—
Atena miró a Urano y le dijo —¿Y por eso dejas que lo acusen injustamente?—
—Como dioses debemos guardar la calma. Me siento decepcionado— dijo Urano y miró a Apolo —Apolo grito un acto de injusticia— después miró a Hepahestus y continuo —Hephaestus declaro legítima defensa— por último, miró a Atena y continuo —y usted reclama la invitación del futuro rey de los dioses—
Atena abrió los labios como si quisiera responder, pero noto su estado de alteración ¿Qué le estaba pasando? Esto no era algo que ella hiciera ¿Era producto de su embarazo o porque Viggo le importaba? —Lo siento— dijo —te he faltado el respeto— después miró al resto de los dioses y continuo —también a usted, he actuado de forma precipitada— después miró al dios Urano y le dijo —por favor, continue, no lo volveré a interrumpir—
Urano asintió y miró al resto de los dioses —soy Urano, líder de los dioses, veo lo que cada uno de usted hace. Viggo y Poseidón no son la diferencia. Poseidón fue robado por su familia y en un ataque de ira ataco la ciudad Shalzard. Viggo estaba en ese momento dentro de la ciudad y con su poder divino, ataco al dios Poseidón para que no siguiera atacando la ciudad—
—Urano— dijo Apolo —eso no justifica su intervención. Solo debía hacerse a un lado y no interferir—
Urano miró a Apolo como si fuera un tonto y le dijo —sé que mantienes comunicación con Poseidón, pero ¿Cuándo fue la última vez que lo viste?—
Apolo se quedó callado, ya que por mucho que Opera Meilstora fuera un lugar de lujo, él no estaba dispuesto a viajar tan lejos y en su lugar, trataba con mucho esfuerzo de mejorar a sus aventureros. Así que no lo había visto en más de cien años.
—Él, ya no es parte de nosotros— dijo Urano
—Eso es ridículo, Urano. Él pertenece a los dioses de mi panteón— dijo Apolo
Urano lo miró a los ojos y respondió —el recibió el abrazo de un exterior—
—Blasfemia— dijo Apolo —no puede ser, él… debe ser mentira—
—No hay necesidad de mentir— dijo una voz gruesa y firme. Apolo miró a la puerta lateral, a la izquierda de los tronos de los dioses principales. La puerta doble se abrió y un hombre alto y pelirrojo entro. Tenía los ojos dorados y una mirada seria. En esta sala de reuniones era el más alto de todos los dioses.
—Viggo, este no es tu momento— dijo Urano —esto es algo que debemos conversar entre nosotros, los dioses—
—No falta nada, podría lanzar ahora mismo el último rayo de luz solar y terminar de germinar mi divinidad. No me hagas perder mi tiempo— dijo Viggo, siguió caminando y se puso a la cabecera de la mesa en donde la mayoría de los dioses estaban mientras le daba la espalda a Demeter, Hepahestus, Urano y Freya.
Viggo miró a todos los dioses, incluidos sus esposas, Atena y Bishamon. Viggo levantó su mano derecha y sacó de su anillo un bolso de cuero. Una vez que el bolso apareció en la mano, lo dejo en la mesa y abrió el bolso. De su interior empezó a sacar frascos de vidrio y una gran caja metálica. Como un efecto reflejo, la sustancia negra solidificada como una piedra en el interior de los contenedores, se volvió viscosa y se apegó al vidrio como si quisieran alcanzar a los dioses.
Los dioses se alarmaron y algunos se levantaron de su silla, ampliando la distancia entre ellos y los frascos.
Al mismo tiempo, la caja metálica comenzó a mover como si una criatura estuviera en su interior dándose de golpes con la pared para liberarse.
Viggo apoyo ambas manos sobre la mesa, miró hacia atrás y vio a Demeter, Hephaestus, Urano y Freya —ustedes también, vengan— dijo
—¿Perdón?— preguntó Hephaestus con el ceño fruncido al escuchar a su hijo hablándole en ese tono.
—Madre, si quieres, después me regañas, ahora tengo algo importante que decir— dijo Viggo perdiendo parte de su seriedad y mostrando una pequeña sonrisa.
Hephaestus asintió con seriedad y se levantó de su trono. Ella fue la primera en caminar hacia Viggo. Lo siguió Urano, Deméter y al último, Freya. Los cuatro dioses principales rodearon a Viggo y miraron los frascos que estaban sobre la mesa.
Viggo miró a los dioses y les dijo —estas cosas son parásitos que viven dentro de los monstruos que habitan el desierto de Kaios. Tras analizarlo, descubrí que se alimentan del mana interno. Esto a su vez revitaliza el cuerpo del anfitrión y lo vuelve más fuerte, al punto de que podría llamársele evolución. Esto es una suposición, pero puede que esto se esté extendiendo por el desierto y pronto llegara a zona central del continente. Además, es la razón del porque un dios que bajo del cielo puede ocupar su poder divino—
—¿Esto es la influencia de un exterior?— preguntó Urano
Viggo lo miró a la izquierda, el anciano dios estaba al lado de Hephaestus y Demeter. Viggo asintió y le dijo —sí, a través de mis viajes me he rodeado de tecnología y conocimiento de otros planetas. Un enano llamado Ivaldi estaba en contacto con un exterior y gracias a sus consejos, pudo crear un tipo de tecnología que le permite identificar a otros—
—¿Qué paso con él?— preguntó Apolo
Viggo miró al dios que tanto discutía sobre su ataque y le respondió —el rey de los dioses de ese mundo, lo mato—
—¿Eso fue por la influencia?—
—No, solo fue la opción de aquel dios— dijo Viggo —el hecho es— levantó su rostro y miró a todos —que nos enfrentamos a una amenaza— Viggo llevo su mano derecha sobre los frascos y continuo —esto los capacitara para usar su poder divino, se comerá el sello de restricción que tienen todo ustedes, pero a cambio, una vez que mueran, dejaran de ser dioses y sus almas se perderán para siempre. No sé qué forzó a Poseidón a tomar una decisión tan drástica pero ahora que fue corrompido por la materia oscura, está perdido y morirá—
—¿No puedes perdonarlo? Además ¿Es un dios en pleno apogeo? ¿Cómo lo piensas derrotar?— preguntó Apolo al borde de su ingenio. No quería que Viggo empezara a matar dioses, eso generaría un precedente peligroso que a futuro sería una excusa para matar a otros dioses.
—Yo no perdono ni condeno. Solo me defiendo de lo que representa un peligro. En treinta años, ustedes dejaran la tierra y yo tendré que lidiar con lo que ustedes no quisieron resolver. No tomare riesgos por un dios perdido. Apolo, solo eres tú creyendo que Poseidón todavía es el dios que alguna vez conociste— Viggo tomo aire y dijo con un tono de voz firme —su inactividad les dio libertar para disfrutar de este mundo y nunca se preocuparon por lo que otros dioses hacían. Nunca cuestionaron el alejamiento de Poseidón ni el comportamiento de Zeus. Ahora, toca el momento de tomar la iniciativa, preparar a la humanidad. Yo soy su avatar, el representante de todos ustedes. Me quedare en este mundo y protegeré a la humanidad, pero deben saber que no puedo hacer esto yo solo. Necesito de su cooperación y determinación. Los juegos se acabaron. Nadie les dice que cambien su forma de vivir, solo les pido que, de ahora en adelante, vean el panorama general. Más de alguno debió conocer a un ser humano que quisieron como una familia de verdad, alguien al que admiraron, alguien al que recuerdan con cariño. Por favor, trabajen por amor a esas personas—