Hola,
Aquí su autor de Fanfic. Solo les quería decir que el prototipo "Raziel - Piloto" estará disponible hasta el 31-10-2021. Después de eso lo borrare y lo volveré a publicar una vez que esté listo el primer arco; eso será en medio años más.
Pd: esto solo está publicado para los que leen en español.
-o-
Rosewisse, Sakura, Ana y Viggo como parte de la familia Bishamon, salieron de la mazmorra a las ocho de la tarde, cuando el cielo se estaba tornando naranja. En la plaza, a las afueras del calabozo, se estaban reuniendo los aventureros después de un día de trabajo y preparándose para ir a intercambiar las piedras de monstruos para poder festejar.
Sin embargo, todas las conversaciones se detuvieron cuando vieron a Viggo y su grupo salir de la mazmorra. La gran mayoría quedaban fascinados por las alas y la belleza de Rosewisse. El resto miraban con resentimiento al grupo por lo que paso hace dos días, cuando Rosewisse ocupo su magia para alejarlos.
-Oye tú, mocoso- grito un anciano vestido con una túnica griega, cabello y barba blanca. A simple vista parecía un anciano enojado, pero los veteranos lo conocían por su nombre, Zeus. Aquel anciano se abrió paso entre la multitud, camino directamente a Viggo y se detuvo, impidiéndole el paso.
Viggo lo quedó mirando con indiferencia. Él lo conocía como el dios de la familia de Maxim. Este último era uno de los discípulos de su padre que lo buscaba cada cierto tiempo, pero tenía la mala suerte de ser testarudo. Kain le había dicho que Maxim había heredado el temperamento de Rómulo, su padre adoptivo y anterior capitán de la familia Zeus. El hecho era que Maxim, a pesar de lo molesto que era Zeus, nunca renegó contra él. Por otro lado, Zeus, el dios de la familia, era una basura de la peor calaña. Todos en la casa de Kain le habían advertido a Viggo que no se asociara con él, sobre todo su tía Hera, nada bueno saldría de eso. El propio Viggo ahora podía ver claramente a lo que ellos se referían. El anciano lo miraba a él, pero sus ojos deambulaban de aquí para allá, comiéndose con la mirada a Rosewisse, Sakura y Ana.
-¿Qué quieres anciano?- preguntó Viggo con una mirada fría, sus ojos que casi siempre se veían azules, se habían tornado de un gris inmisericorde.
-¿Anciano?- preguntó Zeus en un fuerte tono -ya sabía yo que los Dragonroad son de la peor calaña. Tú padre es una basura y tú también. El otro día atacaste a los niños de mi familia sin razón alguna, lo pagaras-
Viggo no espero a que Zeus continuara y le dio una poderosa bofetada que lo lanzó al suelo. Al instante invoco en su mano el hacha Leviatán y la puso sobre el cuello de Zeus.
-¿Qué dijiste de mi padre? Me gustaría escucharlo de nuevo- preguntó Viggo
-Tú- dijo Zeus sintiendo como la gran hacha sobre su cuello se tornaba tan fría como el hielo y le cortaba la piel -soy un dios-
-¿Y? Yo también lo seré algún día, pero no por eso ando insultando a la familia de otros-
-Arrogante como tú padre-
-Anciano, te recuerdo que no sigas insultando a mi padre- dijo Viggo, presionando el hacha sobre el cuello de Zeus y dejando que un hilillo de sangre correr por su cuello -no sé si te sientes intocable porque eres un dios, pero yo no tengo por ti la misma consideración que el resto de los aventureros-
-Viggo- dijo Maxim, abriéndose camino entre la multitud. Viggo levantó su rostro, saco el hacha del cuello de Zeus y lo cambio por su pie. Viggo apoyo el hacha Leviatán sobre su hombro y espero a que Maxim se acercara. Este último atravesó la multitud y se mostró por delante de Viggo. Maxim no era especialmente alto ni llamativo. Medía casi lo mismo que Viggo a pesar de que lo triplicaba en edad, de cabello y ojos negros.
-Viggo, por favor, deja tranquilo al dios de nuestra familia- dijo Maxim mirándolo a los ojos
Viggo entrecerró los ojos y asintió. Después de todo, aunque no consideraba a Maxim un hermano igual que Jason, Odiseo y Aquiles, todavía lo respetaba. Su padre también tenía una buena opinión de él, ya que era un hombre fiel a su familia y se ha esforzado hasta el cansancio para que su dios no la lleve por el mal camino. Una persona demasiado buena para depender de Zeus. Viggo miró hacia abajo y vio al dios en el suelo, con el rostro rojo porque Viggo le pisaba el cuello. Viggo quitó el pie del cuello y le dio una poderosa patada en el pecho que lo lanzó hacia Maxim. Este último lo atajo en el aire y miró a Viggo con enojo.
-El maestro debe haberte enseñado modales ¿Cómo puedes tratar a un anciano de esa manera?- preguntó Maxim
-Él ofendió a mi padre, dijo cosas que no debería, yo solo le di su merecido. A lo mejor, tú y los otros piensan que esta basura tiene un halo de inmunidad o algo así, pero a mí no me importa. Si te quieres quejar, puedes ir a la guild o con mi padre. No me retracto de lo que hice-
-Los años solo te han vuelto más soberbio-
-Déjalo, Maxim- dijo Viggo soltando un suspiro -yo y mi padre te tenemos en gran estima por lo fiel que has sido a tu promesa con tú padre y tu familia, aunque ellos no se lo merezcan ¿Qué me dices? Ya has pagado tus votos con intereses. Llego una nueva diosa a Orario ¿Por qué no te unes a nosotros? Puedes traer a los que consideres dignos de confianza. Por supuesto, la diosa Bishamon los examinara y si los encuentra dignos, los dejara entrar a la familia-
-Sabes que eso no va a pasar- dijo Maxim agachando la mirada
Viggo soltó otro suspiro y continuo -me lo suponía, mi padre también dijo que eras testarudo como una mula. Lo que sea, si tienes algún asunto que tratar conmigo por esto, ve a la guild, no tengo miedo de tú familia o de ti-
Maxim frunció el ceño y le dijo -el otro día varios de los aventureros de mi familia fueron heridos por la chica alada-
-La chica alada se llama Rosewisse, no la llames de esa forma como si ella fuera una cosa- respondió Viggo -a lo mejor para los otros es un objeto de deseo, pero yo la amo y la respeto mucho-
-Bien- continuo Maxim -Rosewisse ataco a los aventureros de mi familia sin ninguna provocación-
-Ellos nos siguieron durante los dos primeros pisos como acosadores ¿Eso no es nada?-
-Eso es solo circunstancial, quiero una compensación por los aventureros dañados y sus tratamientos-
Viggo hizo una sonrisa amistosa y le guiño el ojo, ya que a pesar de que luchaba por los aventureros, el viejo inconsciente en sus brazos era ignorado, a pesar de que Viggo le hizo un corte en el cuello y lo pateo con la fuerza suficiente para romperle la caja torácica -está bien- dijo -pero como te dije, velo a través de la guild. No haremos nada por debajo de la mesa, no tengo que agradarle a tu familia ni a tu dios-
Viggo desvaneció el hacha Leviatán y comenzó a caminar mientras Rosewisse, Sakura y Ana lo seguían de cerca. El resto de los aventureros abrió paso, admirando y temiendo a Viggo en las mismas proporciones. Viggo los ignoro y continuo su camino hasta alejarse de la plaza a las afueras del calabozo. Sin embargo, había alguien que los seguía en secreto.
Después de caminar veinte cuadras, Viggo se detuvo y su grupo con él. Viggo se dio la vuelta, miró hacia un callejón y vio la punta de unos dedos perderse detrás de una esquina. Viggo comenzó a caminar, las chicas hicieron una mueca y lo siguieron para que las cosas no escalaran a un punto de no retorno. Sin embargo, cuando llegaron al callejón, se dieron cuenta que no tenía salida, solo había unos cuantos muebles y no se veían personas por los alrededores.
Viggo miró ambos lados del callejón que debe haber tenido unos diez metros de ancho por veinte de largo. Su vista se dirigió hacia los muebles en mal estado que habían dejado del lado derecho del callejón. Camino a paso lento hasta que se detuvo detrás de los muebles y estiro su mano. Entonces tomo a alguien por la muñeca y la hizo ponerse de pie. La persona en cuestión llevaba una capucha de color café claro. Usaba una vestido de una pieza y por el bulto que llevaba en su estómago, se podía decir que estaba embarazada.
-¿Por qué nos sigues?- preguntó Viggo soltando la muñeca de la mujer, quien permanecía con la cara agachada y cubierta por la capucha.
Rosewisse miró a Viggo y le dijo -Viggo, déjalo, no parece ser una mala persona- después miró a la mujer con la capucha café claro y continuo -por favor no nos sigas, no queremos problemas-
-Yo- dijo con una voz suave y femenina -solo quería pedirle a la señorita ángel que le diera su bendición a mi hijo-
Viggo alzo una ceja y se cruzó de brazos viendo a la mujer mientras el resto quedaban tan sorprendidos como él. Por lo general eran los hombres los que perseguían a Rosewisse, así que esto era nuevo.
-No soy un ángel, he leído a lo que te refieres, pero yo soy una valkiria- respondió Rosewisse con una sonrisa incomoda
La persona se quitó la capucha dejando ver un cabello blanco y suave como si fuera de algodón. Ella tenía grandes ojos de color verde y un rostro tierno. Medía un metro con sesenta centímetros y de contextura promedio.
-Ahí estás- dijo otra persona con voz fría y elegante. Viggo y el resto miraron al comienzo del callejón y vieron a una mujer hermosa con el cabello de plata. Ella llevaba puesto un vestido negro similar a un corse con falda. Tenía un amplio escote y un collar con una enorme esmeralda del tamaño de un ojo colgando de su cuello. A simple vista se veía fría y despectiva.
-Lo siento, Alfia- respondió la mujer del cabello blanco con voz suave -pero tenía que ver al ángel-
-Ya te lo dije, ella no es un ángel y aquel hombre que va con ella es molesto- respondió Alfia, después miró al resto de los que rodeaban a la muchacha de cabello blanco -ustedes, váyanse de aquí, este no es su asunto, solo molestan-
Viggo mostro una sonrisa astuta, materializo el hacha levitan y la apoyo contra su hombro. Iba a dar un paso a delante, pero la muchacha del cabello blanco se interpuso en su camino y apoyo sus manos sobre su pecho -por favor, joven, no le haga caso, mi hermana es alguien descuidada, pero no es una mala persona. Usted detesta a las malas personas como el dios Zeus ¿Cierto? bueno, mi hermana es una buena persona-
-Meteria, no digas estupideces, ven aquí y vámonos- insistió Alfia de mala manera, como si se le estuviera acabando la paciencia.
-Pero-
Viggo tomo una profunda respiración, miró a Meteria, de cabello blanco con algunos risos hasta los hombros. Tenía una mirada inocente, carente de maldad. Después miró a Alfia, de apariencia elegante y actitud arrogante. Viggo mostro una sonrisa burlesca y dijo -querías conocer al ángel, pues, aquí está- Viggo miró a Rosewisse y le dijo -por qué no conversas un minuto con ella, no te hará daño-
-Molesto- dijo Alfi al escuchar a Viggo y este último la miró con burla