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Segundas oportunidades 1.47

Gracias a Kiara y Viggo, todos terminaron almorzando a las 4 de la tarde. Como siempre, Kiara estaba sentada a la cabecera de la mesa. Viggo a su derecha y Sakura y Ana a la izquierda. Sin embargo, muy diferente de otras veces, Sakura le daba miradas sugerentes a Viggo, junto con mostrarle formas obscenas de probar su comida y de metérsela a la boca. Estaba ruborizada, pero también se divertía incomodando a Viggo. Incluso se atrevió a pasar su pie por debajo de la mesa y acariciarle la pierna mientras se mordía el labio. Por otro lado, Ana de solo verla, agachaba la mirada y se ruborizada, tratando de negar en su mente que esta joven desinhibida era su hermana. Ni siquiera se podía considerar una aprendiz de Hetera o por lo menos una puta. Era una ninfa sedienta de sexo.

Kiara solo sonreía y disfrutaba de su comida tratando de ignorar a su caliente aprendiz. Sin embargo, cuando ya estaban a punto de terminar su comida, Kiara tosió como para llamar la atención de todos y terminar con el "coqueteo".

-Sakura y Ana- dijo Kiara en un tono serio -desde ahora asistirán a Viggo en sus viajes e irán a donde él vaya, a menos que sea un lugar extremadamente peligroso ¿entendido?-

Ambas niñas la quedaron mirando como si hubieran visto un fantasma.

-Disculpe- dijo Ana con su tierna voz -¿está bien? Yo pensé, bueno, que nosotras, usted sabe-

-¿Qué ibas a ser una hetera?- pregunto Kiara con una sonrisa astuta. Ana asintió con la cabeza en un movimiento lento. Kiara se largó a reír y le pregunto -¿Te gustaría ser hetera? Es una ocupación para nada despreciable. Ni siquiera tienes que dormir con los hombres mientras seas inteligente. Puedes ganar mucho dinero solo dejando que te miren y te adoren como si fueras una hija de Zeus-

Ana negó, miró a Viggo al otro lado de la mesa, se sonrojo y agacho la mirada.

-Yo no quiero- dijo Sakura en un tono definitivo. Después bajo su tono de voz y continuo en un tono más calmado, al mismo tiempo que sonreía para Viggo -si puedo seguir a Viggo, estoy más que feliz-

-Entonces está decidido- dijo Kiara con una expresión triunfante

-¿Maestra, pero esto no es una pérdida para usted?- pregunto Ana -¿Hay algo que podamos hacer para compensarla?-

Kiara tomo una copa de oro de la mesa, la acercó a su nariz y aspiro el aroma del vino. Después lo bebió en pequeños sorbos mientras cerraba los ojos en una expresión de completa fascinación. Después abrió los ojos y dijo en un tono calmado -mi mejor paga es que ustedes seas mejores que el día de ayer. Que disfrutes de tu vida, que ames mucho, que disfrutes mucho y busques constantemente el placer-

Las dos niñas quedaron mirando a Kiara y ella sonrió con dulzura para ellas.

-Verán- continuo Kiara -muchas personas son capaces de odiar o mantener un rencor durante décadas. Buscar la gloria o vivir en la agonía constantemente pensando que es una penitencia por sus pecados. Sin embargo, muy pocos buscan el amor o el placer. Yo, por mi parte, quiero sentirme bien durante horas, a lo mejor durante todo el día. Sentir ese cosquilleo en mi vagina y esa emoción en mi corazón. Quiero correrme con tanta fuerza que sienta que la vida se me escapa. Quiero amar y ser amada todos los días-

Ana y Sakura eran principiantes en el sexo, con mucho conocimiento gracias a las enseñanzas de Kiara. Sin embargo, desconocían muchas de las cosas que decía, pero amar…amar era algo que al menos podían dimensionar. Para ellas en este momento era sentir a la persona que les gustaba cerca de ellas. Escuchar su voz, conversar con él durante horas, acostarse en el pasto y mirar cómo se va la luz del día mientras comen manzanas. Ser abrazadas por unos cálidos y fuertes brazos.

-Así que esa es mi solicitud. Espero que ya que me quieren compensar por todo el tiempo que he invertido en ustedes. Me hagan caso y busquen el amor y el placer-

Ana y Sakura miraron a Kiara y asintieron con seriedad. Kiara soltó una risa que se convirtió en una risotada. Después estiro su mano a Sakura y le acarició la mejilla en un gesto cariñoso.

-Espero que esta vez sean felices- dijo Kiara con una voz suave y calmada. Sakura y Ana ignoraron a lo que se refería, pero de todos modos asintieron.

Después de darles su orden a ambas niñas, Kiara miró a Viggo y le dijo -en dos semanas partirás Beocia, ubicada al norte de Atenas. Viajaras con Sakura y Ana por toda la costa hasta llegar a la ciudad portuaria de Creusis y subieras al monte de Helicon, detrás de la ciudad. Desde el acantilado miraras el mar y veras dos islas. La isla más grande es la que buscas. La exploraras de principio a fin hasta que encuentres un artefacto similar a una esfera de oro. Una vez que lo obtengas, canalizaras su poder a la hoja del hacha y está absorberá la energía-

-¿Eso restaurara su poder?- pregunto Viggo

-Para nada, está lejos de poder alcanzar eso. Por lo menos necesitas hacer eso unas cuatro veces más. Ahora cállate y escucha, aquí viene la parte importante- Viggo asintió y Kiara continuo -una vez que canalices la energía de la esfera, está tomara la textura de la piedra. No la vayas a romper o botar pensando en que ya no sirve. La tomaras, buscaras un pedestal que debería estar en las proximidades y lo colocaras en el pedestal. En diez años, la energía se habrá restaurado y cumplirá su cometido en esta línea del tiempo-

-Pero no puedo esperar tanto tiempo para volver a ocupar la energía- protesto Viggo

Kiara frunció el ceño, lo miró a los ojos y le hizo el gesto con la mano, como si cerrara un cierre. Viggo frunció el ceño, pero de todos modos asintió. Kiara asintió satisfecha y continuo -después de absorber esa energía, debes ir a Atenas y esperar a Semiraris para viajar con ella a Macedonia. El viaje será largo, así que mantente caliente- Entonces volteó su rostro a las chicas y les guiño un ojo. Ellas se sonrojaron y sonrieron. Kiara continuo -después de que Semiramis complete su viaje, que lo más probable es que tenga contratiempos, deberás volver aquí con Semiramis. Una vez hecho eso, te diré que haremos a continuación, pero no te preocupes, sé que no puedes esperar tanto tiempo para restaurar la energía del hacha-

Viggo asintió satisfecho mientras Kiara sonreía con un aire de autosuficiencia. Sin embargo, Viggo recordó algo y puso una mirada confusa.

-¿Qué sucede?- pregunto Kiara

-Bueno ¿Por qué dos semanas?-

-Aaaaaah- dijo Kiara con una gran sonrisa, mientras miraba de soslayo a Sakura y Ana -debes ser más considerado Viggo. Una mujer no puede cabalgar de inmediato después de haber tenido su primera vez. Sería demasiado duro para ellas-

Sakura y Ana se pusieron rojas como tomates y agacharon la mirada. Mientras Kiara se cubría la boca con la mano y soltaba una risotada. Después de reírse lo suficiente, Kiara soltó un suspiro y bajo su mano por debajo de la mesa y al instante siguiente, la saco sosteniendo un grueso libro. Ana y Sakura se sorprendieron, pero ninguna pregunto. A lo mejor, siempre lo había tenido en su regazo y nunca le pusieron la suficiente atención. Solo Viggo supo que había hecho algo especial.

Kiara le tendió el libro y dijo -tus tareas durante estas dos semanas serán entrenar con tu hacha, aprender todo el contenido de este libro, memorizarlo de ser posible y tratar a las muchachas como si fueran reinas ¿Entendido?-

-Sí, lo entiendo todo, pero ¿Por qué ahora el libro?- pregunto Viggo

-Porque ahora tienes tu mana. Saber la teoría sin tener los recursos solo confundirá tu conocimiento. Lo mejor es aprender e ir experimentando en el proceso. Incluso, es mucho mejor aprender la base por tu cuenta que llenar tu mente de cientos de teorías que solo te confundirán-

-Entiendo, empezaré a leer-

-Sí lo haces bien, habrá un premio especial- dijo Kiara con una sonrisa coqueta mientras le guiñaba un ojo.

Viggo negó con su cabeza y solo sonrió, entonces abrió el libro que estaba escrito en uno de los idiomas que aprendió con Faye y Atreus. Esté se llamaba Aesir.

Por otro lado, Kiara miró a Sakura y Ana -ustedes dos- dijo -vayan a bañarse. Jabonen y limpien cada parte de su cuerpo, a Viggo le gusta explorar-

Sakura y Ana miraron a Viggo quien estaba inmerso leyendo el libro y tragaron saliva. Entonces ellas se levantaron de la mesa, limpiaron y se fueron a bañar. Por otro lado, Kiara se quedó sentada al lado de Viggo, mirando como Viggo estudiaba el libro con la cabeza agachada. Su largo cabello rojo caía desde los costados, estorbándole la visual. Kiara estiro su delicada mano, le tomo los mechones del lado derecho y se los puso por detrás de la oreja.

-Gracias- dijo Viggo con una pequeña sonrisa

Kiara solo lo miró estudiar durante una gran cantidad de horas, hasta que Viggo se cansó y se fue a su habitación, en donde Kiara también lo acompaño. Viggo se acostó en su cama con una gran cabecera detrás de su nuca y Kiara se acostó sobre su pecho. Ambos continuaron leyendo el libro mientras se hacían compañía, hasta que Kiara se durmió y Viggo cerró el libro. Entonces él la acomodo en la cama y la abrazo por detrás. De esa manera, durmieron hasta las nueve de la noche, que fue el momento en que las muchachas golpearon a la puerta.

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