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Buenos instintos 1.15

Viggo y Kratos habían atravesado las enormes puertas de la fortaleza y habían quedado en el descanso de la escalinata que descendía a mano izquierda. Por delante solo se veía una construcción hecha en piedra, fría y en penumbras. La escalinata descendía a mano izquierda, descendía por más de cinco metros y conectaba con pasillo que se extendía por más de cincuenta metros.

Viggo avanzó llevando su hacha en su mano izquierda y se acercó a la baranda del reposo de las escaleras. Miró hacia el largo pasillo en la base de las escaleras. En las esquinas inferiores, crecían raíces y maleza, con pequeños manchones de nieve aun sin derretir. Viggo soplo y su aliento se convirtió en una nube de vapor. El lugar era helado y lleno de penumbras. Sin embargo, gracias a que la mitad superior de la fortaleza del ala izquierda se había derrumbado, entraba la luz del sol. No obstante, por el ángulo de las murallas, la luz solo empezaba a los tres metros y dejaba la parte baja del pasillo a oscuras.

Viggo avanzó con su mirada, captando las figuras humanoides paradas a lo largo del pasillo. Eran cuatro, de estructura cadavérica y piel similar a la corteza de los árboles. Las cuatro figuras, espaciadas cada cinco o seis metros, estaban de pie, inertes, como si fueran esculturas decorativas provenientes de algún adorador del mal. Todas llevaban una espada y solo una de ellas llevaba un escudo.

-Tu desafió- dijo Kratos avanzando y parándose al lado de Viggo -estos draugrs son diferentes a los otros. Muchos más antiguos y agresivos-

-¿Tengo que vencerlos a todos?-

-Hasta el último, no importa el número que haya en la fortaleza. Sin embargo, en la mañana vine a investigar y conté diez. Así que siéntete aliviado-

Viggo tomo una profunda respiración y miró a Kratos. Esté a su vez lo miró. Viggo asintió con una expresión llena de resolución, como si su alma estuviera preparada para luchar contra cualquier cosa y Kratos respondió asintiendo.

Entonces Viggo descendió por la escalinata a la izquierda, viendo como las raíces poco a poco se estaban apoderando de las esquinas de la fortaleza. También se veían tirados algunos jarrones quebrados, cestas de mimbre y otras formas recipientes. Una vez que él llego al descanso, giro hacia la derecha y siguió bajando por la siguiente escalinata. Lo único que se escuchaban eran sus pasos y el ulular del viento que pasaba llevando el terrible frio. A dos peldaños de llegar al suelo del largo pasillo, Viggo tomo el hacha con ambas manos, preparado para luchar en cualquier momento. Apego su espalda a la pared de la izquierda, sintiendo el terrible frio y asomo su cabeza por la esquina. Los cuatro draugrs parados a lo largo del pasillo estaban inmóviles, como si fueran estatuas macabras. Ni siquiera emitían ese brillo ígneo a través de sus cuencas o partes dañadas de sus cuerpos. Viendo que todo permanecía en calma, Viggo decidió aventurarse al pasillo, dio el primer paso en el suelo y espero alguna reacción.

Nada, todos los draugrs se mantuvieron en silencio e inertes. Viggo comenzó a dar un paso a la vez, haciendo crujir los manchones de nieve y dejando sus huellas a su paso. Avanzó hasta el primer draugrs y cuando estuvo a un metro, miró más de cerca el aspecto cadavérico. Aún conservaba una barba castaña, enmarañada y sucia. El lado izquierdo de su rostro conservaba ese toque a humanidad, con la piel quemada como si hubiera sido expuesto al fuego. Pero el lado derecho de su rostro se estaba transformando en algo más. Su piel se había solidificado y daba la impresión de ser un trozo de corteza porosa. En la parte de la frente, le habían crecido puntas y daba la impresión de llevar la mitad de una corona de madera. Por otro lado, su pecho estaba herido y se le veían las costillas. Sin embargo, no se veían músculos, ni órganos ni sangre. Eran solo las costillas de la caja torácica que resaltaban por su color grisáceo.

Viggo tuvo la intensión de tomar el hacha y asegurar una victoria. Pero cuando se dio cuenta que levantaba el hacha para atacar de forma instintiva, se detuvo con una mirada seria. Entonces negó y en vez de darle con el hacha, le pego una patada frontal al draugrs y lo lanzó de espaldas. Esté cayó al suelo de roca sólida y al instante siguiente soltó un rugido bestial. Al mismo tiempo, los otros tres draugrs que estaban más allá, rugieron en respuesta. Sus ojos se encendieron como si tuvieran magma por sangre. Comenzaron a avanzar a paso lento, llevando sus espadas en su mano. Al mismo tiempo, el draugr que pateo Viggo en un principio, se puso de pie.

-Bien, esto está mejor- murmuro Viggo con una gran sonrisa. Entonces se acercó al draugr y esté rugió y lanzó una espadazo horizontal. Viggo se agacho, pasando por debajo de la hoja, al mismo tiempo, lanzó un hachazo a la rodilla. La rotula crujió como si fuera una rama partiéndose en dos y el draugr cayó sobre su rodilla. Viggo aprovecho de alzar su hacha con ambas manos y al mismo tiempo que soltaba un grito, descargó el hacha sobre la cabeza.

El hacha quedo atorada en la cabeza del draugr, pero Viggo solo le dio un pequeño golpe hacia abajo en el mango y este se aflojo. Después tomo el hacha por el mango y la saco del cráneo del draugr. Viggo miró hacia adelante, espero al resto de los draugr avanzaban a paso lento, hasta que el primero llego a tres metros y saltó lanzando un espadazo. Viggo paso por debajo de la hoja y al mismo tiempo, ataco con su hacha en el centro del abdomen. El draugr soltó un rugido bestial y lanzó otro corte horizontal de revés. Viggo se agacho una vez más y tuvo que soltar su hacha que se había quedado atascada en el estómago del draugr. Se hizo hacia atrás y el draugr aprovecho de lanzar un segundo corte en horizontal.

Una vez más, Viggo se agacho como si estuviera boxeando, apretó su puño y salto para poder alcanzar la cabeza del draugr. Su puño voló con fuerza y martillo la cabeza del draugr. Este último se tambaleo y cayó de espaldas. Al mismo tiempo, Viggo frunció el ceño al sentir el intenso dolor en su mano, pero lo ignoro y se abalanzó sobre el cuello del draugr. Apretó su puño derecho y comenzó a darle de puñetazos hasta romperle la corteza que tenía por piel y aplastarle los sesos. Una vez que el draugr se dejó de mover, Viggo notó por rabillo del ojo que venía un ataque furtivo. Se hizo hacia un lado y la espada del draugr cayó sobre el pecho del draugr inerte. Viggo rodó por el suelo, se reincorporo, corrió y saltó con los pies por delante para pegarle en la rodilla y quebrarle la pierna. Los huesos del draugr crujieron, perdió el equilibrio y cayó sobre su trasero. Viggo se reincorporo lo más rápido posible, corrió hasta el draugr que aún tenía atrapada su hacha en el cuerpo y le pego un leve golpe hacia abajo al mango y la cabeza del hacha se soltó. Después Viggo la arranco del cuerpo, la tomo con ambas manos y con el giro de su torso y hombros, le cortó el cuello al draugr que le había roto la pierna.

-Te estas confiando demasiado- rugió Kratos desde el fondo del pasillo, en lo alto de las escaleras y con la puerta de la fortaleza a sus espaldas -vienen más en camino, se eficiente en tus movimientos-

Viggo miró hacia adelante y notó como venían cinco draug más en su dirección. Todos parecían lentos, pero se asustó cuando vio a dos de ellos el doble de grandes que el resto. Ahora, el pasillo estaba bloqueado por delante de Viggo. Su única opción sería luchar o retroceder. Sin embargo, Viggo sonrió, su maestro daba más miedo que estos monstruos. El viejo monstruo era el monstruo supremo entre los monstruos. Al menos, así veía Viggo a Kratos.

Viggo avanzó al siguiente draugr y este lo recibió con un espadazo vertical. Viggo se hizo a un lado esquivando el ataque, giro sobre su eje y dejo caer el hacha por el costado de la cabeza. El draugr dio un grito bestial y se desplomo. Viggo tuvo que golpear una vez más el mango para poder destrabar el hacha.

-Trata de dar golpes que debiliten a tu enemigo- rugió Kratos -te vas a quedar sin movimientos si sigues dejando el hacha incrustada en tus enemigos solo por querer terminar más rápido a un enemigo-

Viggo asintió, tomo una profunda respiración y se dio cuenta que estaba respirando con más fuerza. Avanzó hacia los draug y empezó a incapacitar a los más débiles, golpeándolos en las rodillas y quebrándoles los huesos. Al mismo tiempo, trataba de mantenerse alejado de los grandes draugr de elite. Lo cuales eran 30 centímetros más altos y su físico era poderoso y contundente. En lugar de espadas, llevaban martillos y hachas de guerra tan altas como sus poderosos cuerpos.

Después de media hora de danzar con los draugr normales, Viggo había llegado al otro extremo del pasillo. Podía ver a su maestro parado en lo alto de la escalera, con su piel pálida, marca roja en el rostro y barba que lo hacía ver más feroz. Él lo miraba desde la distancia mientras Viggo sonreía entre jadeos. Por otro lado, los draugr de elite se movían a paso lento, soltando rugidos bestiales cada tanto y tratando de atacarlo con sus enormes hachas y martillos de guerra.

El draugr de elite que llevaba el martillo guerra iba cinco metros por delante del que llevaba el hacha de guerra. El draugr llego delante de Viggo, quien estaba transpirado y jadeando.

Viggo vio el brillo ígneo en los ojos del draugr y se preguntó que le había pasado para que se volviera tan prominente. Entonces, mirándolo más detenidamente, noto que la piel del dragur se veía más parecida a la piedra natural que a la corteza, como el resto de los draugr normales. Al darse cuenta de esto, Viggo apretó el agarre sobre su hacha y se dispuso a atacar. Sin embargo, el draugr le gano el movimiento. Por lo usual, eran lentos, pero había ocasiones en donde daban pequeños saltos rápidos e impredecibles. El draugr de elite saltó hacia adelante tomando su martillo de guerra con ambas manos y lo ocupo en un ataque frontal, como si fuera un ariete. Viggo fue pillado desprevenido y recibió el duro golpe en su abdomen y fue lanzado tres metros hacia atrás. Una vez que cayó al suelo soltó el hacha y rodó por otros tres metros hasta detenerse y quedar tendido boca abajo.

-Niño- rugió Kratos

Viggo pudo escuchar que algo grande cayó sobre el suelo del pasillo y después como alguien corría. Viggo levantó la cabeza durante un momento y vio como el haz de luz del hacha leviatán, la original, volaba por el aire y se clavaba en la nuca del draugr de elite. El hielo del hacha penetro en la carne muerta y el draugr quedo inmóvil, con una pequeña capa de hielo sobre su cuerpo.

Después de eso, Viggo dirigió su vista más allá y vio a Kratos lanzarle un poderoso puñetazo al draugr que tenía el hacha de batalla. Lo mando a dar vueltas por los aires y cayó a dos metros del draugr congelado. Kratos dio un salto de dos metros y cayó con su pie sobre la cabeza del draugr. Después estiro su mano hacia adelante, el hacha clavada en la nuca del otro draugr, voló de vuelta a su mano. Kratos tomo el hacha con ambas manos y lanzó un poderoso corte horizontal. La cabeza del draugr que estaba congelado, voló por los aires y su cuerpo cayó al suelo.

-Niño, niño- gritaba Kratos, pero Viggo sintió que sus fuerzas se iban como el aire y cayó inconsciente.

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