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John, Olivia y Delia

Erick había salido del hospital hacía poco pero aún trabajaba arduamente, había que aprobar varios documentos y tomar las decisiones que su secretaria no tenía la autoridad de realizar. Revisó su celular, algo que había estado haciendo desde que su nana se fue y después de ver el último mensaje se inclinó frustrado sobre el escritorio.

Si traían al pequeño omega ¿Qué debía decirle? ¿Perdón por arruinar tu casa y obligarte a dejar la ciudad? No era del todo cierto por qué no lo sabía, pero la responsabilidad aún recaía sobre su cabeza, en su mente anoto descontarle la mitad del bono a Olivia. Froto la barba que se había formado en su barbilla, pensativo, tal vez pedir que lo trajeran de regreso fue algo rudo, pero no quería que el pequeño vagara sin saber a dónde ir ¿El chico lo odiaría?

Pensando en Saya solo podía deprimirse, podía sentir cierta alienación del chico hacia el sexo opuesto, pero era algo que él había logrado cruzar sin mucho esfuerzo, el chico probablemente lo consideraba un amigo ¿Se habría sentido traicionado ese día? Esa cercanía probablemente ya no existía, sentía como si el niño se alejara cada vez más. Había intentado llamarlo, pero había bloqueado su número, tampoco parecía aceptar llamadas de números desconocidos… no sabía qué hacer.

Abrió una carpeta con la investigación completa y quería reírse, el pequeño realmente tenía una gemela, el destino se burlaba de él… otra vez. Acaricio la información y se burlo de sí mismo, era demasiado patético.

Observó el reloj de nuevo, habían pasado cinco minutos exactos, volvió a ver su celular, pero no había nuevas noticias, cuando estaba a punto de hacerlo a un lado la pantalla se iluminó: era un mensaje de Delia.

"Llegaremos en cinco minutos"

Sonrió y decidió esperar en la primera planta, al pasar por un espejo del pasillo frunció el ceño: no se veía bien. Había ojeras enormes en su rostro, su piel era de un pálido enfermizo que su tez morena no podía ocultar, una ligera barba crecía en su rostro dándole un aspecto informal y descuidado, llevaba un pantalón de vestir y una camisa sin mangas con los botones sueltos… cinco minutos, tenía que arreglarlo en cinco minutos, no podía permitir que el niño lo viera de esa manera.

Rápidamente se deshizo de la barba, se puso un traje limpio… ponerse corbata era demasiado deliberado, la dejo de lado, se arregló el cabello y entonces recibió otro mensaje de Delia diciéndole que estaban en la sala. Al verse en el espejo su rostro aún se veía bastante enfermo, no quería hacer esperar al niño, tampoco quería que lo viera de esa manera. Al final bajo.

En el sillón de la sala Saya tamborileaba sus dedos sobre sus piernas "¿Qué estás haciendo Saya?" se preguntaba nervioso, ir a la casa de Erick fue un impulso, se había preocupado y no había pensado en sus circunstancias.

Erick quería hablar con él, sí, pero él creía que su hermano se había fugado por su culpa, ¿No era simplemente un interrogatorio? Probablemente ahora estaría muy enojado. Claro, eso no cambiaba que Erick se había enfermado, pero no podían excluir que una de las causas podría ser él, Pensar que su amigo de la florería se había enredado con su hermano, incluso cuando se había sincerado con él ¿No se sentiría traicionado? Si algo similar le pasara a él pensaría que la otra persona se burlaba de sí mismo.

Su nariz se sintió amarga, quería llorar, se mordió el interior de la mejilla con fuerza para obligarse a respirar hondo "Estas siendo demasiado sensible" se regañó, pero el malestar en su corazón no se disipaba.

El sonido de unas pisadas lo distrajo, levanto la vista y se encontró con unos profundos ojos verdes, el rostro de Erick estaba ojeroso y su tez era enfermiza, otra ola de culpabilidad recorrió su corazón.

Erick se sorprendió al ver al chico, lo primero que llamo su atención fueron un par de ojos enrojecidos y unos labios fruncidos. Parecía que había sido severamente agraviado, le lanzó una mirada a Olivia que se escondía en las sombras, ella lo miró culpable, antes de que dijera nada la voz suave del chico sonó en la habitación silenciosa

-Lo siento

Erick se acercó al pequeño que había bajado la cabeza, lo obligo a alzar la mirada, pero fue recibido por una mirada llorosa, los ojos acuosos se negaban a dejar caer las lágrimas, pero solo lo hacía parecer más lamentable.

-No, fue mi culpa, ¿Te asustaste?- Erick sintió que su pecho se estrujaba, ¿Qué había hecho? El niño alegre ahora lo miraba lloroso y culpable… "Realmente arruino todo lo que toco" pensó burlándose de sí mismo, pero no dejo de consolar al niño, se sentó a su lado y lo jalo a sus brazos- Fue duro para ti ¿Cierto?

Saya se sobresaltó al sentirse acunado entre los fuertes brazos del alfa pero solo se sintió peor, Erick era tan bueno con él pero el ¿Cómo le pagaba? Aun peor, el sentimiento reconfortante que le daba ese abrazo le hizo querer quedarse así un poco más, era una persona terrible.

"Estas siendo dramático" Saya se regañó a sí mismo, recordándose que aún tenía que mentirle, decirle que realmente salía con su hermano ¿Cómo reaccionaría Erick? Al pensarlo quería decir la verdad "¿Vas a abandonar a tu hermana por alguien a quien conoces de hace menos de un año?" se asustó al pensarlo y soltó

-Yo… ¡Estoy saliendo con Noah! ¡Todo es mi culpa! - Erick se sobresaltó al escucharlo, sabía la verdad, pero escuchar eso no le agradaba- Noah es muy importante para mí ¿Podrías dejarle decidir por sí mismo?

Erick se obligó a respirar hondo, sabía que a lo mucho podría considerarse como na mentira a medias, pero al pensar que el niño consideraba a su hermano juerguista como alguien importante se enojó un poco, entonces ¿De qué manera lo consideraba? Ahora estaba en sus brazos ¿Noah lo había abrazado de esa manera antes? ¿Qué más había hecho? Conocía el carácter moral de su hermano y quiso golpearlo un poco.

Olivia sintió que las emociones de su jefe no eran correctas, salió discretamente de la habitación y llamo a Delia, en su mente encendió un par de veladoras para el desafortunado vendedor en los brazos de su jefe.

- ¿Es tu novio?

Preguntó Erick tentativamente

-Si

Respondió Saya con la voz temblorosa, una lagrima por fin bajo por su mejilla, si Erick lo odiaba, que así fuera.

- ¿Cómo lo conociste?

La voz sin emociones de Erick hizo que Saya comenzara a entrar en pánico, sintió que si seguía así comenzaría a hiperventilar en cualquier momento. No sabía que responder, su hermana y Noah se conocieron en la universidad, pero ¿Y él? Erick sabía que aún no estudiaba.

-En mi trabajo- Erick quería revelar la mentira del niño, pero por su expresión parecía que colapsaría en cualquier momento, su voz ya estaba temblorosa, interrogarlo era claramente una tortura para él. Suspiró, estaba bien si quería ocultarlo- Lo siento

Saya comenzó a llorar silenciosamente, el temblor de sus hombros y la humedad de su camiseta era lo único que lo revelaba. Erick que estaba acostumbrado a escuchar llantos estruendosos se sintió abrumado.

-Te perdono- fue lo único que atinó a decir, aunque no había nada que perdonar- ¿Puedes perdonarme también?

El llanto de Saya se intensificó ¿Cómo había alguien tan bueno en el mundo?

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