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Capitulo 77: Visita a Suzaku (2)

-Él es mi prometido... Byakko Shinra -habló la muchacha parándose al lado del mencionado.

Goku abrió sus ojos al oír el apellido de aquel chico, pero contuvo sus emociones pues no era momento de dejarse llevar por lo que sentía.

Byakko miró con altanería a Goku y tras unos segundos suspiró con arrogancia, no vio nada impresionante en él; sólo era un chico más.

-¿Quién es, Suzaku? -preguntó Byakko sin darle importancia mientras miraba con una sonrisa a su prometida- "Y pensar que ella será mía, jaja"

-Un amigo que llevaba tiempo sin ver, si no te importa me gustaría estar un rato con él -habló Suzaku mirándole de reojo, y añadió- A solas.

-Hmpf, como prefieras mujer -Byakko resopló encogiéndose de hombros- Luego hablaremos sobre qué tipo de amistades debes frecuentar.

Sin más Byakko se dio la vuelta y se marchó, dejando a Suzaku molesta por su comentario. ¿Quién se creía ese chico para hablarle así?

Aunque fuera su prometido no tenía derecho a entrometerse en su vida, al menos hasta que se casaran. Pero hasta la fecha no lo toleraría.

"Otro arrogante"- discurrió Goku suspirando internamente, ya se estaba cansando un poco de encontrarse siempre a personas de ese tipo.

Suzaku se volteó entonces y forzó una ligera sonrisa ante Goku, su visita era lo mejor que la había pasado en semanas honestamente.

-Casi tres semanas sin vernos, Goku-san -mencionó Suzaku sonriendo- Tenemos que ponernos al día, ¿vamos a almorzar algo?

-¡Claro que sí! Recuerdo que teníamos una cita pendiente, ¿no? -preguntó Goku con una sonrisa y los ojos de Suzaku brillaron al escucharle.

-Esta vez, invitas tú... me lo prometiste -indicó Suzaku esbozando una sonrisa feliz, después de muchas sonrisas tristes durante estos días.

Su alma lo necesitaba.

Tiempo después.

Ambos estaban en un restaurante cercano al complejo del clan Himejima disfrutando de un almuerzo que corría en la cuenta de Goku.

Teniendo cerca de cien millones de yenes en su cuenta eso no sería un gran problema realmente.

-¡¿Qué dices?! ¿Venciste al heredero del clan Phenex? -preguntó Suzaku sorprendida dejando caer sus palillos al oír las palabras de Goku.

-Sí jeje, ¿recuerdas la espada que usó aquel exorcista? La guardé, y al ser una espada sacra pude anular la regeneración de Raiser -contestó Goku rascando su nuca con una leve sonrisa.

Claro, esa era su teoría.

En fuerza bruta Raiser le superaba, pero en inteligencia Goku le daba diez mil vueltas y con Excalibur la victoria se decantó de su lado.

Suzaku asintió recordando a la perfección lo que mencionó Goku. Pero no lograba salir de su asombro, esto era sumamente inaudito.

"Sólo pasaron tres semanas... ¿tan fuerte te volviste?"- se preguntó Suzaku mirando atónita a Goku y sonrió, él no dejaba de sorprenderla.

-Pero también me sorprende mucho que hayas decidido luchar a favor de Rias -confesó Suzaku llevándose la mano a la barbilla- ¿Por qué fue?

-Ella vino a mí pidiendo ayuda y no pude ignorar su dolor -contestó Goku rascando su nuca- Pero luchar contra Raiser me emocionaba bastante y eso me empujó a ser más fuerte de lo que era.

Suzaku sonrió suavemente cerrando sus ojos carmesí por unos instantes, estaba feliz porque su amigo Goku no había cambiado nada.

-Me alegra que sigas siendo el mismo de siempre -declaró la chica con una sonrisa- Y al final... ¿arreglaste las cosas con Shinra-san?

Recordaba que Goku le comentó una noche que ambos no se hablaban porque ella descubrió que tenía poderes y él ya sabía sobre su condición.

Personalmente le pareció un poco hipócrita que Tsubaki se hubiera alejado de Goku ya que según su lógica ella también le ocultó su condición.

Pero bueno, en el fondo no deseaba que Goku perdiera a su amiga y más si era importante para él. Ella misma no soportaría perder a Goku.

-Sí, hablamos y finalmente decidimos ser sinceros el uno con el otro y bueno... ahora somos una pareja -respondió el azabache.

Aquello dejó en shock a Suzaku.

-¿P-pareja? ¿Q-quieres decir que están saliendo juntos? -preguntó Suzaku queriendo confirmar lo que dijo Goku, quien asintió- Q-qué bien, ¿no?

Suzaku forzó una sonrisa en sus labios para proferir aquellas palabras, esta noticia fue tan inesperada como decepcionante para ella.

Tuvo tiempo de sobra estos días para pensar en lo que sentía por Goku, no había día en el que no reviviera los bellos recuerdos que tenía con él.

Y tras haber meditado lo suficiente sobre sus sentimientos llegó a una conclusión gratificante.

Goku le gustaba.

Sus palabras, sus gestos, sus acciones, su físico... le gustaba todo en Goku. Se había ido enamorando de él sin que se diera cuenta.

Pero al final lo había admitido.

Había admitido que se enamoró de él.

Pero el saber que Goku estaba saliendo con Tsubaki le desilusionaba. No porque él amara a otra persona, sino porque tal vez no sentía lo mismo por ella y no podría corresponderla.

Y en el caso de que no fuera así... se sentiría bastante feliz. Pero era casi improbable que el azabache la amara tanto como a Tsubaki.

Y además, había otro problema.

"Tengo un prometido... aunque ame a otra persona mi deber es casarme con Byakko"- discurrió Suzaku, y de ahí su desilusión.

-Sí... pero bueno, ya está bien de hablar de mí, ¡cuéntame cosas de ti! -exclamó Goku sonriendo, expectante por oír lo que le sucedió a Suzaku.

Suzaku le miró sorprendida, pero estaba muy contenta por ese interés que Goku mostraba en ella. Un interés inocente, genuino y sincero.

-Oh, pues... después de irnos de Kuoh una serafín del cielo vino a por Asia-san -comentó Suzaku recordando aquello y Goku sonrió.

-¡Eso es genial jeje! Seguro que eso es algo que Asia-san querría, espero que esté feliz en el cielo -respondió Goku muy contento por su amiga.

-Seguro que lo está. Yo volví al clan, y les di mi reporte sobre la misión... espero que no te moleste que les hablara de ti -profirió Suzaku.

-Para nada jeje. Oye, ¿tienen los cinco clanes información sobre Kokabiel? -preguntó Goku con curiosidad, esperaba que atacara este mes.

-Hasta ahora ninguna, pero se prevee un ataque inminente -contestó ella suspirando- Y bueno, los ancianos me informaron sobre mi futura boda.

-Con ese chico de antes, ¿no? -inquirió Goku recibiendo un asentimiento- ¿Por qué razón?

-Según ellos un matrimonio con el heredero del clan Shinra garantizaría un futuro próspero para los cinco clanes -explicó Suzaku con desgana.

No quería hablar de este tema con él. ¿Cómo sería capaz de hablar de boda delante del chico que le gustaba? ¡Y más encima no sería con él!

Era inconcebible.

Goku intentó hablar pero entonces Suzaku se levantó de su asiento, dejándole algo perplejo.

-¿Te apetece dar una vuelta por el complejo Himejima? -preguntó Suzaku con una sonrisa.

-¡Claro! Eso será muy divertido -respondió Goku con entusiasmo y se levantó, no sin antes dejar el dinero por lo que habían consumido ellos.

El camarero se sorprendió al ver que habían dejado el triple de lo que había en la cuenta, sin duda hoy estaba siendo su día de suerte.

Horas después.

Si el castillo Gremory le pareció muy grande, el complejo del clan Himejima no se quedaba atrás en ninguno de los aspectos posibles en verdad.

Era una aldea rodeada por murallas y en su interior habían varias casas en las que residían los miembros del clan, pero aún había más.

Una gran mansión estaba situada en el centro de la aldea y Suzaku le explicó que ahí vivían los ancianos más importantes y que ahí fue criada.

Pero cuando cumplió la mayoría de edad se trasladó a otra casa para ella sola... que pronto compartiría con su prometido del clan Shinra.

-Y aquí... están enterrados mis padres -habló Suzaku señalando dos lápidas donde estaban inscritos dos nombres tallados sobre piedra.

"Kenshirō Himejima" y "Oboro Himejima"

Aquellas lápidas estaban situadas detrás de su casa, en un amplio patio en el que había un estanque formando así un hermoso jardín.

Goku miró las lápidas por unos instantes y una sensación de tristeza le invadió pensando en su abuelo Gohan, que también había fallecido...

-Seguro que ellos dos fueron grandes personas tal como lo eres tú -declaró Goku sonriendo y los ojos de Suzaku se volvieron húmedos al oírle.

-Goku-san... -susurró llevándose la mano al pecho derecho- ¿Cuánto tiempo estarás aquí?

En otras palabras, "¿cuánto tiempo durará mi felicidad?". Ese era el verdadero significado de la pregunta que le había formulado Suzaku.

-Pensaba irme hoy pero mejor mañana -habló Goku percatándose de que estaba atardeciendo.

-¡Bien! -exclamó Suzaku alegre por eso pero se sonrojó cuando Goku notó su reacción- Mandaré que te preparen una habitación enseguida.

-Pensé que dormiríamos juntos como la otra vez, se sintió bien cuando me abrazaste -declaró el chico rascando su nuca con una sonrisa.

El rostro de Suzaku se sonrojó al oír sus palabras y dio media vuelta rogando por que nadie lo hubiera oído. Goku era tan atrevido...

"Debería avisar a Tsubaki, espero que no se moleste"- pensó Goku sacando su teléfono y marcó el número de Tsubaki, que contestó.

-Hola hola... sí, llegué bien... ¿Tú como estás?... Ya veo... Sí, me reuní con ella aunque tendré que quedarme hasta mañana... Sí, puedes dormir en tu casa si quieres... Y yo a ti, cuídate -habló Goku antes de cortar y guardar de nuevo su teléfono.

Sin saber que fue oído por Suzaku.

-Tsubaki... es muy importante para ti, ¿no? -preguntó Suzaku sentándose a su par y Goku asintió mirándola con curiosidad en sus ojos.

De repente Yuzuru apareció con una bandeja donde habían galletas y dos tazas de té y la dejó en el espacio que había entre Goku y Suzaku.

-¡Jajaja huele delicioso! ¡Muchas gracias! -clamó Goku enseñándole el pulgar a Yuzuru, quien abrió sus ojos perpleja e hizo una reverencia.

Goku empezó a comer y sus ojos se volvieron estrellas, cuando regresara a casa le pediría a Tsubaki que le hiciera unas galletas dulces.

-Ese chico también es importante para ti, ¿no? -preguntó Goku mirando a su amiga, quien negó.

-No le amo, no deseo estar con él... pero mi deber con el clan me obliga a hacerlo -contestó Suzaku sin ganas de hablar de aquel tema.

-Entonces haz algo para no casarte con él, no me gustaría verte triste -comentó el joven con seriedad- Tú has hecho mucho por mí, deja q...

-¡No es tan fácil como piensas! -exclamó Suzaku levantándose del sitio- ¡Me gustaría casarme con quien amo pero jamás podrá ser así entiendes!

Una vez dicho aquello Suzaku se dio la vuelta y entró en casa derramando algunas lágrimas. Estaba siendo un momento difícil para ella.

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