Finalmente, el asunto de Greyback estaba zanjado. Aunque existía la posibilidad de que volviese en el futuro por culpa de Voldemort, William aún tenía mucho tiempo para mejorar. La próxima vez que se encontraran, definitivamente el hombre lobo no sería rival para él.
Habían transcurrido algunos días desde el incidente. William había apoyado a la profesora Sprout con el cuidado de las plantas, compartiendo los conocimientos que reunió en Castelobruxo y así también obteniendo ingredientes para sus pociones.
En clases con Snape, las cosas siguieron manteniendo la tensión de siempre. Snape no aprobaba que los estudiantes hicieran cambios a las recetas que enseñaba en clase, pero William seguía haciendo las cosas a su modo.
Las clases de Transformaciones, Encantamientos e Historia de la Magia fueron incluso más sencillas para William, quien debido al "Ojo de la Mente" siempre estaba un paso adelante en el progreso.
Pero el problema siempre residía en una clase: Defensa Contra las Artes Oscuras. Lockhart no había traído especies vivas desde el incidente con los duendes de Cornualles y, aunque el asunto del club de duelo hizo que sus clases fueran en otra dirección, aquello no impedía que algunas veces volviera a su habitual forma de impartir clases.
"Hoy voy a relatar una de mis historias favoritas, es una gran experiencia que demostró mi valor y salvó un pequeño pueblo. ¿Alguien sabe a qué historia me refiero?" preguntó Lockhart frente a la clase, mirando a todos sus alumnos atentamente.
Una pequeña bruja entre los alumnos levantó la mano. "La batalla contra el hombre lobo Wagga Wagga."
"Hermione, debí suponer que una de mis mejores alumnas lo sabría incluso con esa pequeña descripción."
Hermione se ruborizó tenuemente, pero Lockhart no le dio mayor importancia. Por otro lado, siguió con su 'clase'.
"Harry, acércate," señaló Lockhart, obligando al pequeño niño a acercarse. "Tú serás mi ayudante en esta historia, tomarás el papel del feroz Wagga Wagga."
Harry no sabía qué hacer y miró a sus amigos, pero ellos solo le dieron pulgares arriba. William, que estaba mirando desde los puestos traseros, solo pudo suspirar. En este punto, necesitaban complacer a Lockhart. Después de todo, necesitaban de su ayuda para entrar en la sección restringida y obtener el libro donde se encontraba la receta de la poción multijugos.
"Sí..." Harry dio pasos al frente y luego tomó una distancia prudente de Lockhart.
"Muy bien," Lockhart comenzó a relatar su historia desde el momento en que llegó hasta aquel pueblo en problemas, embelleciendo cada punto y haciendo que las personas del pueblo parecieran estar en completa desesperación.
"Aúlla fuerte, Harry, eso es..." Harry comenzó a aullar, provocando algunas risas entre los estudiantes. Inclusive William era incapaz de contenerse en este punto. Ver al niño tener que hacer de bufón para otro bufón era un espectáculo increíble.
Lockhart entonces alzó la mano. "Y en ese momento, crean todo lo que digo, yo salté así." Se impulsó hacia el frente y puso una mano sobre Harry hasta llevarlo al suelo. "Tirándolo contra el suelo, así, con una sola mano, y logré inmovilizarlo. Con la otra mano, puse mi varita en su garganta y, reuniendo las fuerzas que me quedaban, llevé a cabo el dificilísimo hechizo Homorphus. Él emitió un gemido lastimero en ese momento, vamos, Harry... con más fuerza... bien, y entonces el pelaje desapareció... los colmillos se encogieron y... se convirtió nuevamente en hombre. Sencillo y efectivo." Sopló su varita como si se tratara de una pistola. "Y otro pueblo que me recordará siempre como el héroe que los libró del terror mensual de los ataques de hombres lobo."
Los aplausos hicieron vítores en el aula. Las chicas fueron las que aplaudieron con más fuerza, mientras Harry se movió hasta su puesto a toda velocidad. No quería que Lockhart le pidiera nada más.
Lockhart, por otro lado, mantuvo una sonrisa en su rostro y miró a William. "Pero aunque mi historia de heroísmo está a un nivel que muchos magos no podrían vivir para contar, aquí en este salón hay otra persona que luchó cara a cara con un hombre lobo, ¿verdad, señor Rosier?"
"Tsk."
Todos los presentes en el aula de clases miraron al peliblanco. Habían escuchado la historia. William había hablado un poco de su experiencia y El Profeta hizo todo un reporte de la batalla, pero no hay nada como escuchar la historia de la persona involucrada en el incidente. La verdad, todos tenían curiosidad.
"Por favor, comparta su noble experiencia con nosotros," Lockhart extendió su mano hacia William, invitándolo a acercarse.
William, en el fondo de la clase, se levantó lentamente, mientras miraba a Lockhart. La verdad, no quería tener que relatar su historia y mucho menos frente a este 'profesor', pero en este punto no podía solo retirarse.
Cuando William estaba frente a todos los estudiantes, Lockhart tomó su propio asiento. "¿Necesitas que Harry te apoye?"
Harry se escondió levemente. Afortunadamente, William simplemente negó con la cabeza y sacó su varita.
"Creo que esta magia será útil en este momento," dijo en voz baja, moviendo su varita y haciendo que saliera un vapor celeste desde ella que comenzó lentamente a inundar el aula de clases. Comenzó a subir por las paredes y llegaba hasta el techo. Los estudiantes inconscientemente se alejaron de las paredes.
El humo lentamente comenzó a tomar forma. Hermione indudablemente fue la primera en notar dónde estaban. "La selva amazónica..." dijo ella y entonces lo entendió. La forma en que William les contaría la historia era nada más y nada menos que mostrándoles su propia experiencia.
"Ése... ése es... es..." El tartamudeo de Ron hizo que todos se fijaran hacia donde estaba apuntando con su dedo. En la esquina del aula a la derecha estaba la persona que había aparecido en los diarios de hace unos días y también en los diarios del fin de las vacaciones, el hombre lobo Fenrir Greyback.
Incluso Lockhart no pudo evitar sentir la sed de sangre que transmitían los ojos de Greyback, pero Hermione notó otra cosa en el lado contrario del aula: los miembros del club de duelo, especialmente William, quien tomó su varita para luchar contra la amenaza.