Capitulo 75: Un trato para un problema

La mañana siguiente fue su primer día de segundo año, como era usual se levanto de la cama antes que el resto y estuvo preparado mucho antes que ellos, saco sus libros para llevarlos en sus brazos, llevarlos en el almacenamiento regalado en Castelobruxo levantaría sospechas, pronto estuvo en el gran comedor, ya habían otros estudiantes en el lugar, nada que sea sorpresa, entonces busco su puesto y procedió a desayunar.

Una gran sopera llena de avena, fuentes de arenques ahumados, tostadas y platos de huevos y panceta.

En cuanto comenzaron a llegar estudiantes al gran comedor decidió retirarse, tenia que llegar al salón de clases y le gustaba caminar a su propio ritmo.

Entonces noto a una gata observándolo fijamente desde un pasillo, no era difícil adivinar la identidad de esta gata, obviamente no era la profesora McGonagall sino la señora Norris, la gata que le pertenecía a Argus Flich, el vigilante y celador de Hogwarts.

William miro a la gata y sonrió, entonces esta se alejo pero era difícil engañar al peliblanco, la verdad dentro del castillo habían muy pocos lugares que pudieran escapar del ojo de la mente, no solo era la señora Norris quien lo observaba sino también el propio Argus Flich y la razón de esto no era muy difícil de adivinar.

Sabiendo lo que sucedía William decidió desviar su camino, caminar por otros pasillos un poco mas alejados de los que seleccionarían comúnmente los estudiantes en esas horas, incluso había menos retratos en esos pasillos, pero William podía sentir la mirada de Flich cerca y entonces cuando había llegado al lugar que consideraba ideal detuvo sus pasos.

"¿El brillante celador de Hogwarts siguiendo a un niño que no ha hecho ningún problema?" dijo William en voz alta sin mirar hacia atrás.

Argus que estaba escondido detrás de un pilar levanto una ceja y su mano tembló levemente, quizás podía demostrar una fallada valiente cuando están los profesores cerca, pero la verdad es que era todo un cobarde cuando se trataba de verdaderas batallas.

"No necesita ocultarse, es mejor que hablemos directamente de frente" William se giro y miro directamente hacia el pilar tras el cual se ocultaba Argus Flich, este ultimo no tardo en salir con su arruinada apariencia y su postura levemente erguida, seguía intentando mantener su identidad mirando a William por encima del hombro.

"¿Quien dijo que me estaba ocultando?" pregunto Argus molesto

"Claro, debe ser error mío... la verdad después de ser un squib mi sensibilidad a la presencia de personas es un poco mas alta que la de los demás, puedo sentir cuando me observan desde muy lejos, quizás sea la señora Norris, podría haber cometido un error" William se giro una vez mas y comenzó a caminar mientras en su mente contaba hasta tres.

"¡Espera!" exclamo Argus para detener a William quien se giro lentamente para mirarlo. El celador dudaba en lo que quería decir, parecía un niño intentando pedir dinero a su madre para caramelos.

"¿c-como?" fue la pregunta que salio de los arrugados labios de Argus

"¿como que?" pregunto William

"¿como dejaste de ser un squib?" finalmente la pregunta que William había querido escuchar desde hace un año salió de los labios del celador de Hogwarts, uno de los squib mas conocidos en el mundo mágico y quien mas deseaba poder manipular la magia, hasta el punto que envidia a los jovenes magos que ingresan cada año y para desquitarse los castiga, esta era la oportunidad perfecta para William.

"¿Quieres saber como fue que pase de ser un aquí a un mago?" pregunto William en un tono inocente y con una expresión de sorpresa.

"Solo es curiosidad"

"Ya veo... bueno tiene sentido que el celador quiera saber la información" William acaricio su barbilla "me gustaría ayudarlo, la verdad me gustaría decirle, pero el abuelo me dijo que tenia que guardar el secreto por que era una información importante"

"¿que?" la expresión en la cara de Argus había cambiado instantáneamente "¡¿entonces dices que existe una cura para los squib?!"

"Yo no dije eso"

"Pero dijiste que era un secreto de tu abuelo"

"Ah... eso, pero no puedo decirle celador, si me descubren entonces podría estar en problemas, además no gano nada con esto"

Argus cerro sus puños con fuerza, realmente estaba molesto, finalmente había descubierto la cura para su condición y aun así no podía conseguirla, lo que era peor es que un niño sabia la cura.

William por el contrario miraba fijamente al celador quien temblaba incontroladamente como un niño hambriento en busca de pan para seguir viviendo o quizás como un drogadicto buscando aquello que le tranquilice, no era de los que disfrutara del sufrimiento de las personas pero era necesario en este momento.

"Aunque podríamos hacer un trato"

Fue una sola frase pero Argus que estaba inclinado mirando al suelo abrió sus ojos de la nada al escuchar la voz del niño frente a él.

"¿un trato?" pregunto Flich

"Si, ambos podemos hacer un trato de acuerdo mutuo y podemos obtener una solución para este problema" William tenia una sonrisa en el rostro y ayudo a que Flich se levantara una vez mas.

Flich recordó la fama de William, no solo ayudo el año pasado en el problema con la piedra filosofal, también era alabado por los profesores y fue nombrado héroe al detener el ataque de Fenrir Greyback en Sudamérica, era imposible que una persona con tan buen corazón lo dejara allí sufriendo cuando tenia la solución en sus manos, entonces un trato con este niño quizás no podría resultar tan mal.

"¿tú realmente me ayudarías?" pregunto el viejo celador

"Claro, solo necesito un poco de tiempo para elaborar la poción, reunir los ingredientes es un poco problemático" William rasco su cabeza, entonces con una sonrisa "pero claro, me gustaría que el celador me ayudara durante mi tiempo en Hogwarts"

"¿ayudarte?" pregunto Flich "claro que podría ayudarte, desde ahora en adelante no tendrás ningún problema en Hogwarts"

"Perfecto, me asegurare de obtener la solución a su problema antes de terminar este año, solo tiene que esperar un poco de tiempo"

William extendió su mano y Flich la estrecho con alegría, también fue el momento que pudo ver detrás del joven mago una sombra inmensa que podría acobardar a cualquier mago novato.