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Parte Final

Nos detuvimos un minuto para tomar otra posición, ya no controlaba mi cuerpo, estaba bastante seguro de eso. Me incline hacia adelante apoyando mis manos sobre el tanque de agua, esperando su penetración. Ocurrió rápidamente, torcí los ojos al sentir el placer de otra manera que no había sentido antes. Comenzaron a escucharse los clásicos sonidos de choque de cuerpos.

—¿Te gusta?— lo escuché preguntar, excitado.

—Sigue, sigue...— repetí con una voz diferente, no era mi voz, de eso estoy seguro. Parecía de una chica. Sentí una palmada en mi trasero, que obviamente recibí con un gemido.

Maldición, que le está pasando a mi cuerpo. ¿Qué me está pasando a mi?

Mientras estaba en aquel acto, me imaginé a mi vestido como una chica, falda negra, blusa roja, unas medias del mismo color y unos converse negros. E imaginaba como otros chicos me quitaban esa ropa, como si fuera alguna clase de premonición, tenía el cabello más largo, como si fuera una chica por completo, lo cual fue extraño. Sentí algo en mi miembro, aparte de la mano del chico, estaba apunto de terminar, pero sentía que lo haría a chorros, era un orgasmo distinto, de eso no había duda. Maldición, una última embestida y como lo predije, tuve uno de los orgasmos más fuertes que nunca había tenido, me hizo torcer y cerrar los ojos con fuerza. No sólo eso, sentía algo dentro de mi.

Se separó de mi un par de segundos después de que yo terminara. Pude saber que él había terminado dentro de mi al sentir escurrir su semen. Lo cuál no estaba mal, era estimulante. Me giró para darme un beso lleno de lujuria, como si estuviera feliz de lo que había hecho ¿Y cómo no? Hasta yo lo estoy.

Un par de minutos después de limpiar la escena del crimen nos acercamos al lavabo y terminamos donde comenzamos, el lavandose la cara y yo las manos.

—¿Seguro que es tu primera vez jugando?— lo miré, sabía que no se refería al billar. Levanté una ceja, era como si dos hombres hubieran entrado al baño y solo uno hubiera salido, el otro salió con un gran cambio, ese soy yo. Me sentía diferente, como si fuera mitad mujer.

—Si, fue mi primera vez jugando.

Soltó una pequeña risa, se secó la cara con su toalla.

—Fue una buena partida, hay que repetirla algún día, y quien sabe, tal vez jugar algo de billar.— dijo para después darme una palmada en el trasero.

—Tal vez— respondí para después secarme las manos. Se dirigía a la salida. Lo tomé de la mano justo antes de que llegará a la puerta. —¿Tú nombre es?— le pregunté, se soltó delicadamente.

—Lindo trasero.— dijo con una sonrisa, para después salir del baño, dejándome confundido. Toqué con ambas manos mi trasero y pude sentir como había algo pegado en mi bolsillo trasero, era una pequeña nota de esas que se dejan pegadas en la nevera.

En ella venía el nombre del chico y su número de móvil. Sonreí para después guardar la pequeña nota.

—¿Light?— me llamó Greg, que entró al baño. —¿Dónde estabas? Es hora de irnos, llevas más de quince minutos aquí.—

—Ahora voy, es que estába hablando por el móvil.

—Está bien, pero apresurate, ya es tarde.— dijo para después salir del baño.

Salí un par de segundos después de Greg, pude escuchar "I Like Myself" De K.FLAY en el ambiente del lugar, pasé nuevamente por la mesa de aquellos chicos, ésta vez no me miraron, a excepción de Cris, así se llamaba el chico estereotipo. Cruzamos miradas, me guiñó el ojo derecho, sonreí al verlo, bajé las escaleras con dirección a Rachel y Greg que ya traían mis cosas. Greg me arrojó mi mochila.

—Vámonos, ya es tarde.— dijo Rachel para después caminar seguida de Greg con dirección a la salida. Estába apuntó de seguirlos hasta que Erick me detuvo.

—Tienes un talento chico, deberías venir más seguido.— me dijo dándome un par de palmadas en la espalda.

—Lo haré, descubrí muchas cosas hoy.— dije con una sonrisa para después ver a Cris que me miraba recargado en el barandal con cerveza en mano.

—Espero verte en el torneo que haremos dentro de un mes, sería muy divertido verte aquí.— Nunca había competido en un torneo y mucho menos me habían invitado por creer que tengo talento. Me sentí especial en ese momento, quería llorar.

—Cuenten conmigo.

Me despedí de todos para después salir del lugar, no sin antes mirar a Cris, que aún sonreía. Salí y pude ver las luces de la ciudad, ya era de noche, del otro lado de la calle Rachel y Greg me esperaban. Todo se sentía diferente, como si fuera alguien completamente nuevo.

Descubrí muchas cosas ese día, sin duda faltar al trabajo para ir a ese billar fue una de las mejores decisiones que pude tomar.

A veces, una pequeña decisión puede cambiarte por completo e ir a ese billar, fue lo que me cambió.

End.