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CAPÍTULO 175- Las Sirenas.

ESCENA EXTRA- Ser un bebé no es fácil.

Cuando Kei apenas tenía un mes de nacido, se acostumbró a la vergüenza… Bueno, lo intentó.

—Hmmmh.

Sei Molfer cruzó sus brazos con orgullo al ver a Kei con el estómago lleno de leche… Demasiado lleno.

—Cariño, ¿ya terminaste de…? ¡¿Kei?!

—¿Qué pasa, cariño?

—¡¿Qué le pasó a Kei?! ¡Su estómago está demasiado grande! ¡Y se ve muy mal!

—Padre, dame papel y pluma, escribiré mi testamento.- Pensó Kei.

—Me mordió un pezón, así que es su castigo.

—¡Es solo un bebé!

—¡Y lo hice porque no dejabas de darme leche, loca!- Pensó Kei.

Con el paso del tiempo, Kei se iba acostumbrando a la personalidad cruel de su madre.

—¡¡Hahahaha!! ¡Mueran!

—¡Estás loca, madre!- Pensó Kei asustado.

Ella incluso llevaba a sus hijos a las misiones sin importarle que fueran bebés.

Mei estaba dormida profundamente, pero Kei, que sabía perfectamente lo que estaba pasando, se quedaba traumado al ver a su madre cortándole la cabeza a sus enemigos.

Poco a poco se acostumbró a ver muertos.

Sei Molfer está loca, y no es un secreto.

CAPÍTULO 175- Las Sirenas.

(Pov- Kei.)

No desperdiciaré tiempo.

Después de discutir los resultados de hoy, decidí adelantar la visita a las Sirenas.

¿Por qué? Sencillo… ¡¡Eso se ha estado atrasando por mucho tiempo!!

Pero las circunstancias no me dejaban ir.

Primero pasó lo de Frima. Debía estar alerta sobre otros ataques y para no ser sospechoso.

Después pasó lo de Chersy y Rose.

… Ah… Tantas cosas han pasado este año… Tanto… Después de tantas peleas y acontecimientos importantes, lo que más me sorprendió y lo que considero más importante, ¡es el embarazo de Terkiana!

Seré padre… ¡Debo ser el mejor padre para mi hijo o hija!

—Kei, todavía estás a tiempo de regresar, nya.- Dijo Eris.

—Estoy de acuerdo con la gata inútil, cariño.

—¡¿A quién llamas "gata inútil"?!

—Debemos regresar, cariño.

—¡No me ignores, nya!

—No regresaré.

He pospuesto esto por mucho tiempo.

Por fin tengo tiempo libre. Debo hacerlo ya.

Recuperé mi "Teletransportación".

Tengo un ojo rosa… No sé por qué, pero me gusta.

Y mi poder mágico mejoró.

No desperdiciaré esta oportunidad.

Estoy usando mi forma adulta, así que Ram me reconocerá. Ya estoy preparado.

—Kei, estás actuando por impulso. Tú no eres así. Piensa mejor lo que harás.- Dijo Terkiana.

—Y las Sirenas odian a los humanos, no podemos confiar en ellas.- Dijo Mio.

—… Mio.

Me detuve y volteé a verla.

—Tú sabes perfectamente lo que se siente ser discriminado por tu raza. Las Sirenas tienen mala fama por esos rumores estúpidos… Aunque no son tan malos como los rumores sobre los SemiDemonios… Nunca debemos juzgar a alguien por su apariencia, color de piel ni su raza.

Seguí mi camino… Bien, ya casi llegamos.

Me detuve y con un palo de madera hice una línea en el suelo.

—Después de esta línea, ya no hay vuelta atrás… Después de más de 100 capítulos, por fin conoceré el hogar de las Sirenas.

—¿Capítulos?- Dijo Nirfei.

—Me gusta pensar que soy el protagonista cliché de una novela escrita por un virgen sin amigos y con baja autoestima. Pensar eso me ayuda a no tener miedo… Me hace sentir más tranquilo.

—Si esto fuera una novela, le pediría al autor que haga menos loca a Drin.

—¡Oye, no estoy loca!

—Pero eso es parte de su encanto.

—¡Cariño, debes decir que no estoy loca!

Miré la línea y suspiré.

Después de tanto tiempo, por fin… Por fin llegó esta parte de mi aventura.

Después de tantas cosas… Después de tanto sufrimiento… Por fin… ¡Por fin!

—¡Bien!

Con una gran sonrisa en mi rostro, pisé la línea y comencé a caminar.

—¡Por fin llegó este momento!

—Sigo creyendo que es una mala idea, lindo esposo. Al menos le hubieras dicho a Chersy que vendrías. Ella está loca, pero es fuerte.- Dijo Nerka.

—Es muy sospechoso que Chersy esté conmigo por tanto tiempo. Prefiero alejarme por un tiempo de ella y evitar malentendidos con las héroes. Ellas le pidieron ayuda a Chersy. Debo alejarme un tiempo de ella.

—¿Y Terniak, Nirkat y Mia?- Dijo Terkiana.

—No necesitamos a esas inútiles.- Dijo Drin.

Me detuve y volteé a ver a Drin.

—Drin.

—L-lo siento, cariño, pero solo estoy diciendo la verdad. Nem es débil, pero al menos tiene su magia de velocidad. Nerka también se volvió fuerte… Debo admitir que Mia es fuerte, pero Terniak y Nirkat son inútiles, literalmente. Debes admitir que fue un error comprarlas.

—Estoy de acuerdo con Drin, nya. Si esto fuera una novela, ¿qué aportan ellas a la trama? ¿Son fuertes? ¿Tienen participaciones importantes?- Dijo Eris.

—Lo siento, Kei, pero pienso lo mismo.- Dijo Nirfei.

—…

Miré el mar y acaricié la arena con mi zapato derecho.

Sí, son débiles, pero son mis amigas.

No sobrevivirán sin mí.

Nadie les dará trabajo a Elfas Oscuras… Intentarán aprovecharse de ellas.

Ya les di un hogar, no puedo quitarles su hogar.

… Y no quiero que se sientan inútiles.

—Todos fuimos débiles alguna vez… Los verdaderos débiles son los que son débiles y no se esfuerzan en mejorar… Si un débil se esfuerza, deja de serlo… He visto a esas chicas entrenar… Lo dan todo… Ellas no tienen la culpa de ser Elfas Oscuras… Elfas con un desarrollo mágico más lento que un Elfo normal… Dejen de decirles débiles a personas que se esfuerzan en mejorar.

Volteé a verlas y sonreí.

—Odio a las personas que no saben apreciar el esfuerzo de otros.

—Cariño, yo…

—No importa… Sigamos.

Respiré profundamente y seguí caminando.

La playa… Ah… Este lugar es tan relajante… Y vacío… Bueno, considerando que es de noche y hace demasiado frío, solo un idiota vendría a esta hora.

Y ese idiota soy yo.

—Kei, ¿realmente estás seguro?- Dijo Terkiana.

—Sí… Lo estoy.

Sé que ellas están preocupadas por mi ojo, pero me siento bien.

Estoy preparado para pelear si es necesario.

Aunque no creo que necesite pelear. Las Sirenas son pacifistas… Eso espero.

—Miren, incluso Nem se está divirtiendo. Hagan lo mismo.

—Kei… Ella está comiéndose los cangrejos de la playa.- Dijo Terkiana.

—¡Nem, no te los comas crudos!- Dijo Mio.

… Olvidé esa parte de su personalidad.

Pero sigue siendo adorable.

—Well… I'm here… In the beach.

Mi inglés no es muy bueno… Pero creo que lo dije bien.

—Estoy aquí, después de tanto tiempo… ¿Y ahora qué hago?

—¡¿Qué haces?!- Dijeron todas.

—¡¿No sabes lo que harás ahora?!- Dijo Mio.

—P-pues...

Ahora que lo pienso mejor... No me dijo que viniera.

Lo que me dijo fue...

(—Lo siento, debo irme... Por cierto, ¿cómo te llamas?

—Me llamo Ram.

—Yo me llamo Kei... Por cierto, ¿puedo regresar y hablar contigo? Me interesa conocer a las sirenas.

—No lo sé, eres un humano. Tu alma es hermosa, pero sigues siendo un humano.

—¿Mi alma es hermosa? Gracias… Yo no soy malo... Te prometo que no quiero capturarlas, solo quiero conocerlas.

—Hablaré con mi madre al respecto.

—Muchas gracias. Me retiro.)

Recordé lo que me dijo.

... Nunca me dijo que me dejaría ver a las Sirenas... Mierda.

—V-vaya, vaya... B-bueno, chicas, no se enojen, pero recordé que ella no me dijo que me permitiría conocer a las Sirenas.

—¡¿Qué?!

—S-solo me dijo que hablaría con su madre... Y considerando el tiempo que pasó, es muy probable que se le haya olvidado... ¿Lo siento?

—¡¿Vinimos hasta este lugar por nada?!- Dijo Mio enojada.

—No... Mira, Nem se está divirtiendo... Pescando... En la orilla... ¿Alguien le puede explicar cómo funciona la marea?

—Cariño, odio decirlo pero... Eres un idiota.

—Lo sé... Desde mi vida anterior lo sabía.

—¿Ahora qué harás, lindo esposo?- Dijo Nerka.

—No lo sé...

Tomé una roca del suelo.

—Tal vez pueda llamar su atención.

Lancé fuertemente la roca hacia el mar.

—¿Esperas que con el sonido de una roca chocando con el mar llames su atención...?- Dijo Mio.

—¡Hola, Kei...!

¡¿Eh?! ¡Ram salió del agua y mi roca la golpeó en la cabeza!

—¡¿En serio funcionó?!- Dijo Mio.

—¡Funcionó! ¡Cariño, eres un genio!

—¡Soy un idiota!

—Kei... No se mueve.- Dijo Terkiana.

—¡Uwaaaah!

Me acerqué corriendo hacia ella y salté al mar.

Logré rescatarla y puse su cuerpo en la orilla de la playa.

... ¿Ahora está usando sostén? Menos mal.

Apliqué magia curativa y cerré su herida de su cabeza.

—¡Ram, despierta!

—Mmm...

Nem está acariciando la cola de Ram mientras está salivando.

—¡No te la comerás!

—¡¿Comerme?!

Ram despertó y se alejó saltando de nosotros.

—¡N-no tengo buen sabor!

—Fufu. Eso lo juzgaremos nosotras.- Dijo Drin sonriendo.

—¡Uwaaaah! ¡Soy muy joven para morir!

Drin y Eris comenzaron a reír.

—¡Sus reacciones son divertidas, nya!

—R-Ram, ellas están bromeando... Supongo.

—¡¿Supones?!

—Drin ha hecho cosas peores por curiosidad. Pero no te preocupes, ella es una buena persona.

—B-bueno... Si tú lo... ¡¡Kya!! ¡No quiero que me coman!

—¡N-Nem, deja de morder su cola!

Alejé a Nem de ella rápidamente.

—¡No debes morder a las personas!

—¡E-están locos!

—...

Mmm... No, no puedo negarlo.

Todos tenemos algo que nos hace personas raras.

Eris puede transformarse en un gato gigante. Drin es un demonio. Terkiana se enamoró de mí, yo siendo mucho menor que ella. Nerka se enamoró a primera vista de mí. Mio... Mmm... Creo que ella es la única normal.

—No puedo negar que somos raros, pero no locos.

—Excepto Drin, ella está loca. Sin contar su obsesión enfermiza por Kei, nya.

—¡Cállate, gata de mierda! ¡Y tú también estás obsesionada por él!

—Sí, pero tú exageras.

—¡Ya me tienes harta!

Drin intentó golpear a Eris, pero detuve su puño con mi mano.

—Juguemos un juego. La primera persona que insulte o se burle de la otra persona pierde. La ganadora recibirá el premio de... Bueno... Pueden pedirme lo que quieran.

—Fufu. Será fácil.

—Te ganaré, gata de... De... Gata solamente.

Supongo que eso funcionará por ahora.

Me acerqué a Ram.

—Lo siento por eso... Escucha, somos personas buenas. Solo queremos conocer a las Sirenas, es todo. No quiero secuestrarlas ni nada por el estilo. Te doy mi palabra.

—... ¿Lo juras por la Diosa Fravi?

... Ah... ¡Ahhh! ¿También creen en esa acosadora sexual?

Me duele decir esto.

—S-sí... Juro en nombre de Fravi que no planeo nada malo, solo quiero conocer a las Sirenas.

—... Está bien... Mi madre me dio permiso de llevarte... Aunque tardaste demasiado.

—Se podría decir que tuve que resolver algunos problemas.

—Ven conmigo... Solo tú puedes ir.

—¡Oye, no es justo!- Dijo Drin.

—¡Nosotras también queremos ir!- Dijo Eris.

—... Lo siento, no pueden ir. Kei, solo tú tienes permiso de ir. Acepta la oferta o no. Tú elige.

—... Lo siento, chicas... Realmente quiero ir... ¡Les prometo que conseguiré el permiso de la gobernante de las Sirenas para que puedan ir también!

—Ah... Está bien, cariño.

—Tú eres el único que quería venir, así que es justo.- Dijo Nerka.

—Por favor, ten mucho cuidado.- Dijo Terkiana.

—Lo tendré, gracias.

Le hice una señal con mis dedos a Nirfei por la espalda, para evitar que Ram me viera.

Nirfei entró a mi camisa por mi espalda.

La llevaré por si algún problema se presenta.

—Bien, estoy listo.

Después de tanto tiempo, por fin las conoceré.

—¡Vamos!

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