webnovel

26

"¡HYAAHHHHHHHHHHHHH!"

Un grito alto llegó desde el otro lado de la pequeña ciudad.

Alexander miró a Alicia y dijo:

"Me encargaré de eso, soy más rápido que cualquiera aquí."

Alicia: "... Se lo encargo... Alex-sama."

Alicia se dió cuenta de que la Armada debería haber atacado también la puerta trasera de la ciudad, y a juzgar por el grito que había allí, la situación parecía ser desagradable.

'¡Maldito Beasley!'

Se dijo para sí misma y apretó los dientes de la ira. También sentía remordimiento.

Lo más seguro era que los hombres encargados de vigilar la puerta de atrás de la ciudad, se hayan aliado a Kuroinu bajo el mandato de Beasley.

Se maldijo así misma por no darse cuenta de esto antes.

Alicia no quería depender tanto de Alexander pero sabía que si iba ella, puede que fuera tarde para el momento en que llegara al lugar del grito.

Alexander: "Me adelantaré"

Dijo a las Elfas Oscuras que lo miraban.

Rayo-Rayo.

Ellas asintieron y Alexander sonrió, antes de posicionarse y envolverse en rayos nuevamente.

*Zzztttttt*

Y desapareció mientras corría a una velocidad demasiado rápida en dirección al grito.

...

Olga que todavía estaba de lado de Alicia, vió la culpa en los ojos de ésta.

Olga: "Alicia... nada de esto es tu culpa... sólo es culpa de los bastardos de Kuroinu... así que no te sientas mal ¿sí? Aquí, te dejaré estar por un momento en el lugar favorito de Anata~"

Olga terminó de hablar en tono muy maternal y puso la cabeza de Alicia entre sus gigantes pechos de copa H.

De hecho, Olga veía a Alicia como una Hermana pequeña, ya que era muy posible que terminara junto a su dueño. Los mangas Shoujos le enseñaron, que cuando alguien miraba a otra persona con ojos brillantes que Alicia miró a su esposo, era Amor.

Alicia estaba muy sonrojada pero al mismo tiempo estaba feliz, y tenía una sonrisa en su rostro, de alguna forma misteriosa todo los sentimientos negativos que había sentido antes fueron borrados completamente, pero al enterarse de que este era el lugar favorito de Alexander, y que posiblemente le gusten mucho los pechos grandes, ella hizo un leve puchero con cara chibi. Sus pechos no eran pequeños, eran una generosa copa D, pero aún así era la más pequeña de entre las mujeres que la rodeaban. Incluso su linda Imouto tenía unos pechos grandes de copa F, en este momento, se sentía un poco infeliz.

Chloe: "Ah, Alicia-chan parece un poco celosa, hehehehe."

Prim: "O-onee-sama... ... parece que lo estás disfrutando... pfft, ujujujuju~"

Olga: "Ufufufufufu~"

Alicia se iba poniendo más y más roja que parecía un chile mexicano de tamaño humano normal debido a las burlas de las Elfas oscuras y su Imouto.

Incluso el ejército y los ciudadanos que veían esto estaban visiblemente mucho más relajados, y todo rastro de desconfianza hacia la Reina de los Elfos Oscuros y su Mano Derecha, fue completamente eliminada.

Hoy fue un día de mucho estrés, muchos altibajos para una ciudad pequeña y normal. Pero todos aquí estaban completamente seguros de que si Alexander no estuviera aquí en este momento...

La Ciudad ahora mismo no sería diferente del Infierno...

...

Había pasado unos minutos y Alicia estaba más relajada, salió del abrazo muy cariñoso de Olga y empezó a dar órdenes a las mujeres soldados, ya estas habían matado a los pocos Ogros que habían quedado con vida, sólo quedaba organizar los cadáveres y quemarlos para eliminar toda posibilidad de que se vuelvan no-muertos o que lleguen al desagradable estado de putrefacción.

Chloe: "Ayudaré a mover los cuerpos ya que yo misma soy muy fuerte."

Olga: "También ayudaré, al igual que Chloe."

Chloe rápidamente también quiso ayudar, fue y empezó a mover los grandes cuerpos de los Ogros y los Demonios grandes por ella misma, las personas a su alrededor quedaron sorprendidos con la gran fuerza física que la pequeña Elfa Oscura tenía.

Olga recitó un hechizo en Lenguaje Antiguo y salieron 10 elementales de tierra formados de rocas y empezaron a ayudar.

Todos también se dieron cuenta de que Olga era una gran Hechicera, la mejor de los Elfos Oscuros, al ver esto.

No más de 2 personas en todo el mundo podían convocar a los elementales, y Olga era una de ellas. Incluso podía convocar 10 al mismo tiempo.

Alicia y Prim veían esto y estaban incrédulas, ellas sabían que las Elfas oscuras no tenían este poder en los tiempos de la guerra anteriores, ya que entonces la raza humana hubiese tenido más pérdidas que las que tuvieron.

Ni siquiera sabían por qué, pero asociaron este aumento de poder, a Alexander.

.......

Desde que fue visto el ejército de Kuroinu marchando hacia la Fortaleza, se había decretado una alerta en toda la ciudad.

Todos debían mantenerse dentro de sus casas.

Lo mismo fue para la pequeña iglesia ubicada en la parte Norte de la ciudad, detrás del palacio y cerca de la puerta trasera.

En este lugar sólo habían 6 mujeres.

Era mantenido sólo por éstas 6.

Junto a Alicia y Prim, representaban la Santa Orden de Iris en esta ciudad.

Ahora mismo estaban escondidas en la pequeña iglesia que había allí.

Pero desafortunadamente, unos monstruos y demonios las hallaron y las arrastraron hacia afuera.

Ignorando las súplicas de las monjas, los demonios utilizaron unos grandes postes traídos por los Ogros, y cuerdas para crucificarlas a todas.

Luego, arrancaron varias partes de sus mantos para enseñar su desnudez al aire, sus pechos y sus tiernas vaginas estaban a la vista sucia y hambrienta de cada uno de los monstruos y demonios.

Y cuando un demonio pequeño se subió encima de la Monja de cabello rojo fuerte, la de los pechos más grandes, Chaia, esta gritó con la voz más alta que pudo reunir:

"¡HYAAHHHHHHHHHHHHH!"

Mientras en su interior...

'Por favor Kami-sama... sálvame'

Oraba.

...

Cerró los ojos y espero a que la desagradable criatura tocará sus grandes senos expuestos.

...

...

No sintió nada y lentamente abrió los ojos para mirar a su alrededor.

Incluso la despreciable y lujuriosa risa que tenían los demonios, se calló por completo.

Sólo sintió un sonido muy extraño.

*Zzztttttt*

Y se dió cuenta de que todos, ya sean sus compañeras o los monstruos, estaban mirando enfrente de ella.

Miró hacia delante y lo que vió...

Fue un hombre de cuerpo alto y perfecto, de cabello rojo carmesí, este tenía una máscara que le impedía ver su cara celestial y masculina completamente, que tenía los ojos azules Índigos y rayos corrían libremente por sus extremidades...

Parecía un Dios del Trueno con tal apariencia.

Él era hombre del que se hablaba en toda la ciudad minutos antes.

Éste portaba una expresión furiosa en sus hermosos ojos azules y sostenía por la parte trasera del cuello al pequeño demonio rojo que estaba desesperadamente luchando por liberarse.

A unos pasos de ella.

"Giiiiiihgggghiiiigggg-..."

Vió como el hombre aplastó con su mano parpadeante de rayos, al cuello del demonio.

La sangre salpicó.

"No hay nada más desagradable que la violación."

El hombre habló con una voz suave pero penetrante.

"Todos ustedes pagarán por esto con su muerte... no merecen seguir respirando..."

Terminó de decir y desapareció en un parpadeo.

"¡Aaaaaahhhhhrrrrrhghgg¡"

"¡Hiiiiighhhhiiiiiiikkkk!"

Los más de 50 demonios y los tres Ogros que sostenían los postes de madera en los que se encontraban crucificadas, fueron golpeados, descuartizados, y luego quemados, por los golpes de electricidad de el hombre o el ser que había venido a salvarlas.

"Hyaaaa-... ¿Hmmm?"

Manifestación de la Mente/Energía.

En el momento en que los Ogros soltaron los postes debido a los golpes rápidos de ese hombre, todas las monjas se cayeron hacia adelante, y la más pequeña de todas gritó al ver como caía de frente hacia el suelo, pero se detuvo al ver que ella misma e incluso las demás estaban levitando en el aire todavía amarradas.

Alexander en segundos terminó de matar a los monstruos y demonios, y también mató a los humanos que identificó como los traidores que habían estado riendo junto a la puerta trasera mientras veían a las desafortunadas monjas, hasta que empezaron a huir cuando lo vieron matar tan salvajemente a los de la Armada de Kuroinu. Claro que no corrieron demasiado lejos ya que los mató a todos rápidamente.

Y el que quedaba...

"¡Bastardo! ¡Suéltame en este mismo instante! ¡Te lo ordeno com-..."

Haki.

Era el Ministro Beasley que intentó usar su posición para ordenar a Alexander, al cual no podía importarle menos lo que pasara o lo que dijera el viejo gordo de pelo blanco y directamente lo desmayó con Haou Shouko Haki.

...

Luego miró en dirección a las Monjas, que se encontraban llorando de alegría y de liberación.

Ni siquiera les importaba estar desnudas ahora mismo ya que habían sufrido una experiencia demasiado traumática para doncellas como ellas.

Alexander las bajó y las desamarro una por una mientras se mantenían calladas y observándolo.

Alexander se sonrojó un poco y cubrió a todas con sábanas blancas que había creado detrás de él.

Cuando rodeó a la última con la sábana, a Chaia, la Monja pelirroja de los gigantes pechos de copa G que se aseguró de no mirar, y tampoco a sus grandes pezones rosados, no, ni tampoco ese gran trasero, de ninguna manera, ésta murmuró suavemente, aunque como había mucho silencio, todas las demás Monjas y Alexander, la escucharon:

(¿Kami-sama?)

Alexander parpadeó y respondió:

"... No, lo siento, pero no soy Kami-sama, soy Alexander, un humano, y vine a esta Fortaleza para protegerlos de la Armada de Kuroinu..."

Chaia y las Monjas lo escucharon e inclinaron la cabeza lindamente hacia el lado.

Chaia estaba un poco aturdida, pero pronto pareció segura y dijo:

"Entonces, Héroe-sama."

Alexander: "..."

Alexander: "... Como decía, yo sólo vi-..."

""""""¡HÉROE-SAMAAAAAA¡""""""

Las Monjas lo interrumpieron y se arrojaron encima de él para abrazarlo como pudieran.

Chaia era la más cerca de él y lo abrazó muy fuertemente poniendo la cabeza en su pecho (el de Alexander).

Alexander podía sentir unos muy grandes pechos, sólo un poco más pequeños que los de Olga, y con unos grandes pezones, sobre el suyo.

Alma Única.

Alexander activó la única habilidad de autocontrol que tenía y la hizo trabajar como hacían los jefes de los asalariados japoneses a estos pobres subordinados.

......

Olga y Chloe, junto con Prim y Alicia, esta última mandando al ejército de mujeres, terminaron de quemar cada uno de los cadáveres de el grupo Kuroinu.

Prim sentía un poco se asco al ver todo ésto, pero nada más, ella estaba adaptada a este tipo de vistas.

De hecho, todos en este mundo estaban adaptados a eso, era un mundo que se mantenía en guerra después de todo.

Y luego, juntas y con Vivian más un par de mujeres, se dirigieron a la dirección donde se había escuchado el grito anterior.

Hacia la puerta trasera de la ciudad.

Ellas sabían que todo estaría bien ya que el mismo Alexander se había ido a encargar de eso.

...

...

Caminaron un poco más, y en la parte trasera del palacio, pudieron ver por fin la vista al lugar de los hechos.

Cuerpos de monstruos y demonios por igual se encontraban despedazados y quemados.

Cerca de la gran puerta se encontraban los cadáveres, de los que Alicia reconocía como los soldados traidores de sus filas.

Y se sorprendió al ver que incluso Beasley se encontraba en ese lugar, a juzgar por su ropa sin manchas de sangre, y su leve movimiento en el pecho, ella sabía de que estaba vivo.

Alexander debe haberlo dejado vivir para que ella pudiera vengarse de lo que vió que iba a pasar en su anterior futuro...

Y en medio de todo esto, se encontraba Alexander, casi no podía verse, ya que estaba rodeado de las 6 monjas en un fuerte abrazo grupal.

Alexander simplemente estaba riendo un poco rígido y acariciaba las cabezas de éstas monjas en sucesión.

A juzgar por sus expresiones un poco lascivas, se podía decir que estaban encantadas con esto.

Olga, Chloe, Alicia, Prim e incluso Vivian y las pocas mujeres soldados, soltaron un suspiro masivo en conjunto.

Alexander sólo había llegado a la Ciudad hace minutos, pero de alguna forma sentían que lo conocían bien.

Alexander se dió cuenta del nuevo grupo, y las miró mientras decía indefenso:

"¿Pueden ayudarme?"

次の章へ