—A ver, A ver— dijo Kain mientras observaba a Miyuki en brazos de Aoi. Miyuki llevaba un abrigo grueso y peludo, solo su rostro era visible —ahora eres como una almohada de abrazos—
—Aaa bu, Aaa bu— respondió Miyuki agitando sus brazos
—Lo sé, amor, lo sé, es incómodo— añadió Aoi mientras sostenía a Miyuki —pero es necesario. El lugar que van a visitar oto-sama y okaa-sama es muy frio—
—No te preocupes— dijo Kain —ustedes solo se quedarán por una hora. Es más que nada para establecer el estado de ánimo de todos. Si fuera yo solo todos estarían alertas, pero si me acompaña mi hermosa esposa e hija, la gente bajara la guardia o al menos, no estarán tan paranoicos. Onoki va a hacer lo mismo. Una vez que pase la hora ¿Puedes tomar a Kurotsuji y su hijo contigo?—
—No hay problema, pero no sería mejor trasladarla a su casa—
—Bueno, necesitamos hacer creer a todos que ustedes están en la fortaleza o el ambiente podría empeorar—
—Entiendo, me encargare de ella—
—Muchas gracias, es un alivio poder contar con tu ayuda—
—Bueno, soy tu esposa y asistente—
—Eso es verdad—
Kain se dio la vuelta, abrió la puerta y bajo del vehículo. Ellos habían viajado cien kilómetros por la nación de la Tierra, pero estaban lejos de la capital de la nación de la Tierra. Eso era porque ellos necesitaban viajar al noreste a la cordillera que separaba la nación de La Tierra de la nación de la Cascada. Iwagakure tenía una profunda enemistad con Kumo, así que habían establecido una fortaleza en la cordillera para vigilar cualquier movimiento que viniera desde el este. En términos generales, la cordillera solo tenía un paso, el resto era nieve y piedra. Un gran desperdicio de recursos si considerabas todos los esfuerzos que tenía que poner Iwa para abastecer a la fortaleza sin obtener nada a cambio.
Kain camino al otro lado de la camioneta y abrió la puerta para que Aoi se pudiera bajar con Miyuki. Una vez en la carretera, Kain llevó el sello de papel al todo terreno y lo absorbió en su interior. Después se lo tendió a Aoi y ella lo recibió con una sonrisa amplia. A pesar de su primera impresión, cuando hicieron el viaje desde el estadio de ciudad Tengu a Kumogakure, Aoi se empezó a interesar en los vehículos.
Kain miró la carretera con dirección norte y en su interfaz comenzaron a aparecer ventanas amplificando la imagen, pero la imagen se veía interrumpida por las colinas y desniveles. Así que al final, apareció una imagen de la unidad Janos, desde el cielo y le mostró el desarrollo de la carretera. Las unidades de apoyo se seguían desgastando a una velocidad alarmante, pero como dijo Kain, al aumentar la tasa de construcción de unidades de apoyo, lo estaban logrando con los números.
Kain asintió, desaparecieron las ventanas y su rango de visión quedó limpio. Él miró a Aoi y también vio al pequeño oso en sus brazos. Miyuki estaba tan arropada que solo era visible sus ojos, nariz y sus labios como un botón de flor. Se veía adorable.
Kain mostró una pequeña sonrisa, abrazó a Aoi y Miyuki quedó entremedio de los dos. Kain se enfocó en Aoi, en el cabello oscuro, en los ojos color malva, en las facciones refinadas. En las marcas en la frente y la comisura de los ojos como muestra del paso del tiempo. Ella estaba cerca de los cuarenta, pero se conservaba bella.
—Exterior, puerta Este, fortaleza de la cordillera Aisu— dijo Kain y al instante ellos desaparecieron y aparecieron en un lugar helado.
Corría una fuerte ventisca y todo el lugar era tierra, piedra y nieve. El camino principal era plano y perfectamente moldeado con jutsu de tierra, pero solo se extendía cien metros. Entre las montañas se elevaba una fortaleza con varios edificios con forma de pagoda. Murallas de diez metros y portón con gruesas puertas metálicas.
Kain miró hacia atrás y pudo escuchar al instante como los vigilantes en lo alto de la muralla gritaban que habían llegado.
Las enormes puertas se abrieron generando un ruido metálico y los shinobis comenzaron a salir.
Kain al ver que no había un mal sentimiento en la atmosfera, se separó de Aoi y Miyuki. Aoi se preocupó de que el abrigo protegiera lo mejor posible a Miyuki.
—Kain, llegas tarde— dijo Onoki con una mirada seria mientras su esposa e hijo lo seguían. Él llevaba las manos detrás de la espalda y en lugar de utilizar sus ropas blancas de kage, llevaba una vestimenta verde con un cuello rojo. Por debajo ropa oscura de shinobi y la chaqueta táctica de la villa. Tenía el cabello café, ordenado en una coleta y por alguna razón se estaba dejando un bigote y una barba de chivo.
Kain sonrió y le dijo —bonita barba—
Onoki llevó su mano al bigote y se lo acaricio con la punta de los dedos como si lo estuviera peinando hacia abajo —¿Qué te retraso?— preguntó
—Bueno, había alguna gente interponiéndose en la construcción de la carretera. Tuve que explicarles la situación. Lo bueno es que pudieron entender fácilmente—
Onoki hizo una mueca incomoda y asintió —sí, nos llegaron informes. Gracias a ti vamos a tener que cambiar varias bases de operaciones— dijo, él se detuvo delante de Kain y le tendió la mano. Kain le estrecho la mano y Onoki añadió —muchas gracias por tu trabajo duro, viejo amigo—
Kain mostro una pequeña sonrisa y le dio palmaditas en el hombro, después soltó la mano de Onoki y estiro su brazo izquierdo para que Aoi se acercara. Ella se acercó, se puso al lado de Kain y él la abrazó por la cintura —ella es Aoi, mi esposa. Y este pequeño ángel, es nuestra hija, Miyuki—
—Mucho gusto, Tsuchikage-sama— dijo Aoi e hizo una profunda reverencia —esta se llama Aoi Uchiha, muchas gracias por su duro trabajo—
—Mucho gusto, señora— dijo Onoki con las manos detrás de la espalda, él asintió y también invito a su esposa a que se acercara. Ella era más alta que él por una cabeza —Kain ya conoce a Kurotsuchi y a mi hijo, pero los quiero presentar—
Una vez hecha las presentaciones, Kain y Onoki caminaron hacia la fortaleza. Onoki fue lo suficientemente considerado para preparar un carruaje para su esposa, hijo y la familia Kain. Ellos avanzaron por delante a una residencia que Onoki tenía preparada con anterioridad como Kain se lo había aconsejado. Onoki tampoco era de la idea de exponer a su esposa e hijo a todo este frio y hielo.
Kain y Onoki caminaron juntos por la fortaleza. Todos los ojos sobre ellos. Onoki parecía solemne y Kain parecía rejalado, observando la construcción de la fortaleza.
—De camino hacia acá me encontré con un niño interesante y su familia— dijo Kain
Onoki levantó la mirada para verlo a la cara y preguntó —¿Cómo se llaman?—
—El abuelo, Ishin, el nieto Jin y la niña Akina— dijo Kain —todos rubios con una extraña técnica explosiva muy parecida a la de tu abuelo, pero no tenían la necesidad de invocar una araña—
—Los conozco ¿Te dieron muchos problemas?— preguntó Onoki y continuo mirando hacia adelante. Él no estaba preocupado por Kain, él entendía su fortaleza y sería absurdo pensar que alguien bajo el nivel de kage le podría hacer siquiera un rasguño. Sin embargo, como Tsuchikage tenía que llamarle la atención a Ishin si le dio problemas a un invitado tan importante como Kain.
—Más que problemas, fue una sorpresa un tanto desagradable. Llamaron mi atención, pero no sé qué pensar de ese niño, Jin. Lo encontré un poco impulsivo, así que le ordene que venga a la fortaleza con su abuelo y hermana—
—Es un genin, estaba convocado a venir. Su abuelo es un viejo conocido, sensei de medicina de Kurotsuchi. Él es médico, así que lo más probable es que solo acompaño a su nieto, pero no es shinobi—
—Tenía ese aire— respondió Kain
—Mmm— dijo Onoki y asintió. Ellos siguieron caminando a lo que era un edificio con forma de pagoda con largos alerones. Tenía cinco pisos y en la entrada había tres filas de personas. A simple vista deben haber sido cien personas.
—Kain— dijo Onoki
—¿Sí?— preguntó Kain con una sonrisa confiada
—Esas cosas, los pequeños diamantes. Se están ganando la atención de daimio-sama y los nobles—
—Lo sé, en realidad, esperaba que se interesaran mucho antes. No son tan inteligentes como esperaba—
Onoki cerró los ojos y soltó una risita. Él soltó un suspiro y le preguntó —¿Tienes alguna medida para protegerte?—
—Sí, no te preocupes—
Onoki soltó otro suspiro y se detuvo. Kain también se detuvo, este último tuvo que agachar el rostro para que su mirada coincidiera. Onoki preguntó —¿Es una medida drástica?—
—No, sabes que esa no es mi idea de cómo hacer las cosas— dijo Kain —vas a tener un poco de desorden, pero nada que llegue a las manos—
—Entiendo, es un alivio— dijo Onoki
—No te preocupes, amigo mío— dijo Kain —te contare cuales son mis intenciones cuando tengamos un tiempo libre—
Onoki asintió con una pequeña sonrisa en los labios y comenzó a caminar al edificio con forma de pagoda —estoy confiando en ti, Kain-kun, no me defraudes— dijo
—Claro— respondió Kain con ligereza
Onoki y Kain entraron al edificio y encontraron a diez shinobis esperando por su llegada. Onoki hizo las presentaciones y Kain desplego diez clones de madera para enseñarles ninjutsu medico a cada uno. Después Kain creo otros diez clones de madera para atender a los pacientes. No eran muchos, así que en un par de horas quedaría desocupado. No vivía tanta gente en la fortaleza, en su mayoría shinobis y estos rara vez se enfermaban. En estos momentos la mayoría de los enfermos eran civiles y comerciantes que vivían en la fortaleza. Iwagakure no era tan descuidada para invitar a Kain directamente a su villa, pero participaba del amistoso intercambio dejando que Kain pisara una de sus bases más importantes.
Media hora después, Kain y Onoki caminaban con dirección a la residencia que había preparado este último. Los shinobis estaban a postados a las afueras de la muralla. Por dentro parecía una residencia normal del tipo tradicional: con techo de tejas de doble pendiente y puertas de corredera.
Onoki paso saludando a sus shinobis y ellos realizaron una reverencia en respuesta.
Ellos se detuvieron frente a la puerta de corredera, Onoki deslizo la puerta hacia un lado y entraron.
Onoki y Kain se quitaron las sandalias y las dejaron en pequeños casilleros a un lado del pasillo.
—Ellas no están acá— dijo Kain
Onoki se quedó quieto por unos segundos mientras procesaba lo que decía Kain, todavía no se acostumbraba a como Kain se movía. Él asintió y le dijo —por favor, llévame con mi esposa—
—Claro— respondió Kain —habitación de viaje, casa Konoha—
Al instante desaparecieron de la casa en la fortaleza de la cordillera Aisu y aparecieron en la habitación de viajes en la casa de Konoha.
—Por aquí— dijo Kain y camino hacia la puerta de corredera. Él la abrió y dejo que Onoki saliera primero. Kain lo siguió y juntos caminaron por los pasillos de la casa.
—Está un poco fresco, pero no tan helado como en la fortaleza— dijo Kain
—Es entendible, allá la nieve se conserva durante mucho tiempo y llega a ser un problema. En Konoha debe ser algo a menor escalada y más manejable ¿Verdad?— respondió Onoki
—Algo así— respondió Kain, pero no le dijo que él había modificado la estructura de los materiales de la casa para que fuera más hermética y no entrara el frio o el calor. Además de agregar otras utilidades.
Onoki y Kain llegaron a la puerta del comedor y escucharon un par de voces en una conversación animada. Kain deslizo la puerta de corredera y vieron el comedor. Kurotsuchi estaba sentada del lado izquierdo de la mesa y su hijo estaba recostado en una colcha a un metro por detrás de ella. El niño estaba durmiendo.
Del otro lado estaba la alegre Rizu, de cabello rojo y piel morena. Ella era todo sonrisas y como alguna vez fue la asistente de una princesa, sabía hacer buena conversación para entretener a los invitados. Todo eso se veía reflejado en la expresión amigable de Kurotsuchi, esposa de Onoki.
Por su parte, Miyuki estaba en los brazos de Tsukino, la joven niñera del clan Hyuga. Esta última le estaba dando su biberón, pero Aoi no estaba por ninguna parte.
Rizu capto la mirada de Kain y le dijo —Kain-sama, buenas tardes. Aoi-sama dijo que iba a estar en el laboratorio, que la excuse. Ella volverá en una hora o dos—
Kain asintió, pero de inmediato se abrió una ventana y le mostró la imagen de Aoi en la sala de diseño. Ella estaba trasteando con una imagen en tres dimensiones de las unidades de apoyo. Ella parecía concentrada y seria.