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Mundo Shinobi - Señores de la guerra - 405

Kain y Kaoru fueron transportados a la nación de las Aguas Termales. Para ser más específicos, en medio de un bosque a un kilómetros de un pueblo con aguas termales. El día estaba soleado, el cielo despejado y la luz penetraba el follaje de los árboles. En estos momentos eran las once de la mañana.

El bosque estaba vivo y se escuchaba el canto de todo tipo de pájaros.

Kain miró a la derecha, inclino su rostro y miró a Kaoru a los ojos color malva. Ella iba con el cabello ordenado en un coleta con un moño alto en la nuca, un palillo de oro cruzado y una coleta que caía hasta la mitad de su espalda. Llevaba puesto el haori blanco y abajo llevaba un hanfu de seda. La parte superior blanco con bordes rosados y la falda rosada.

Kaoru miró a Kain a los ojos, le tomo la mano derecha y Kain miró hacia adelante. Ellos avanzaron por el bosque a paso lento.

—Kain-sama— dijo Kaoru

—¿Sí, Kaoru-sama?— preguntó Kain

—¿Cree que es momento para tener una conversación seria?—

Kain levantó la ceja izquierda, la miró mientras avanzaban y se detuvo —¿Qué tan seria?— preguntó

Kaoru también se detuvo y lo miró a los ojos —bueno, he estado cultivado, pero he llegado a un cuello de botella y sin medicina u otros recursos de cultivación, va a ser un poco difícil superar ese cuello de botella—

—Lo entiendo— dijo Kain

Kaoru asintió y continuo —bueno, estaba pensando que por mientras que usted desarrolla las píldoras de cultivador, yo podría estudiar los libros que me recomendó. Bueno, y también, podríamos tener un hijo—

Kain mostro una pequeña sonrisa y le dijo —si Kaoru se siente lista, yo estoy listo—

—Esta vez, Kain-sama no podrá cuidar a nuestros descendientes hasta el final, como prometió la vez anterior—

Kain hizo una sonrisa incomoda recordando como termino su linaje en aquel mundo, pero tomo una profunda respiración, sonrió y se guardó esa experiencia para sí mismo. Kaoru no necesitaba sentirse mal por lo que hicieron sujetos desconocidos que llevaban su sangre. Ese era su único vínculo, ella no hizo nada mal.

—No, esta vez no podre cuidar de nuestros descendientes hasta el final, pero cuidare a nuestros hijos con la mejor de mi capacidad, igual que la vez anterior— dijo Kain

—Sí, lo sé— respondió Kaoru con una sonrisa en los labios

Kain miró hacia adelante y vio un sendero que cruzaba el bosque y lo llevaba al pueblo. Kain avanzó y Kaoru lo siguió. Fue una caminata relajante y silenciosa.

Una vez que llegaron al pueblo, vieron un gran letrero en la entrada. No decía el nombre, pero estaba escrito en grande "Aguas Termales". El pueblo estaba construido a las faldas de un cerro y el camino principal zigzagueaba hasta la última casa del poblado, la más grande y ostentosa de todas. El resto de las casas eran pequeñas, de un piso y de arquitectura tradicional. Era uno de los pocos pueblos shinobis que quedaban en esta nación.

Kain y Kaoru superaron el letrero y avanzaron por el camino de tierra mientras miraban la distribución del pueblo. Era un lugar tranquilo, la gente vestía kimonos y sandalias de madera. Sin embargo, se notaba en los mayores sus años de shinobi. Sus miradas se volvían agudas a segundos, como si estuvieran recopilando información sobre los visitantes.

Kain se dirigió al quinto edificio en la subida, una casa de un piso, ancha y alargada. Tenía una linterna roja en la entrada y un letrero sobre la puerta de corredera principal "Hotel".

Kain llevó a Kaoru al hotel, llamaron un par de veces y salió una mujer madura vestida con un delantal blanco de cuerpo completo y una pañuelo blanco sobre su cabeza.

—¡Kain-sama!— dijo la mujer con una afable sonrisa

—Sayuri-san, tanto tiempo— dijo Kain con una sonrisa amable

—¿Viene a ver a Xiao-sama?—

—Sí, venía a ver como estaba—

—Pase, pase— dijo Sayuri, ella miró a Kaoru y continuo —mucho gusto, señorita, soy Sayuri, para servirle—

—Mucho gusto, soy Kaoru—

—Mucho gusto, Kaoru-sama, adelante, adelante—

Kain y Kaoru avanzaron hasta el espacio donde estaba el mueble para dejar el calzado. Kain se sacó sus sandalias de madera y Kaoru sus zapatillas shinobi. Ellos dejaron sus calzados en un casillero y avanzaron por el pasillo.

—Kain-sama— dijo Sayuri, iba un par de metros por detrás de ellos —Xiao-sama está en el patio interno, bajo el cerezo—

—¿Jugando shogi?—

—Sí, es como usted piensa—

Kain asintió y siguió avanzando con Kaoru.

Ellos salieron al pasillo que los llevaba a las puertas de corredera que daban al patio interno. La puerta de corredera estaba abierta y podías ver el gran cerezo sobre el patio con sus ramas extendidas como si protegiera del sol. Bajo el cerezo estaba el viejo Xiao sentado frente a una mesa alta. Se veía igual que siempre, de aspecto robusto, grandes entradas, el cabello cano, la bata negra. Tenía un aspecto amable y una sonrisa astuta.

Por otro lado, el contrincante de Xiao era otro anciano, pero este se vería tranquilo y afable, de no ser por las dos cicatrices sobre su calva que formaban una X, como si fuera un guerrero que paso por muchas batallas. Eso le daba un aspecto honorable, además del haori blanco y la ropa oscura que llevaba por debajo.

—Mucho tiempo sin verte Kain— dijo Xiao sin apartar la mirada de su contrincante —viniste en un momento crucial, estaba hablando con mi amigo, aquí, sobre dividir las almas de este mundo ¿Cuál me recomiendas que conserve para mí?—

Kaoru abrió los ojos amplios y echo su rostro para atrás en un gesto de repulsión.

Kain continúo avanzando, entró al patio interior y siguió avanzando por los pastelones de piedra —en general, me gustaría que no tuvieran planes sobre las almas de un sistema planetario que no es suyo. A todo esto, nunca te he preguntado ¿Alguna vez construiste un sistema planetario?—

—Ooooh, mi muchacho, si supieras, te sorprenderías— respondió Xiao

El anciano delante de Xiao soltó una risita manteniendo el aspecto de anciano honorable. Se veía robusto con el haori, pero Kain intuía que bajo la ropa era puro musculo. Aunque claro, todos estos viejos monstruosos eran abominaciones que trataban de verse aceptables. Xiao, el viejo amable y bromista era llamado el caos reptante. Quizá que clase monstruo sería el otro anciano que trata de verse honorable.

—Xiao, solo te estaba preguntando por alguna recomendación, no es como si fuéramos a luchar ¿o no?— preguntó el otro anciano. Se veía risueño y amable, de aspecto honorable como un viejo guerrero, pero al abrir sus ojos y mirar directamente a Xiao, fue amenazante, como si de un segundo a otro fuera a sacar una katana y cortar a Xiao por la mitad.

—No, si quieres un alma de este sistema planetario, no debemos luchar. De lo contrario, no quedara nada— respondió Xiao mirándolo con seriedad y una sonrisa astuta en los labios.

—¿Qué me dices de este muchacho?— preguntó el anciano contrincante de Xiao. Sus ojos pasaron de amenazantes a una mirada amigable, tenía los parpados tan juntos que daba la impresión de que tenía los ojos cerrados. Tenía una larga barba que caía por su pecho ordenada con una cinta blanca entre cruzada.

—Lo siento, anciano, pero tengo cosas que hacer y estoy ocupado con mis propios problemas— dijo Kain, miró al anciano y se sintió igual que Xiao, una monstruosidad, un cumulo de poder incalculable, más anciano que la mayoría de los universos. Quizá qué clase de monstruo se escondía bajo la apariencia de este anciano honorable.

—Mmm, una lástima, pero veo que tienes algunas personas en mente—

Kain mostro una pequeña sonrisa, pero no respondió. Este era su trato con Xiao, así que no podía desistir y darle las almas a otro. Kain miró a Xiao y le dijo —tú tienes la última palabra, las almas que tengo consideradas son dos. A lo mejor, podrían apostarlas en una partida de shogi—

El anciano primordial oponente de Xiao soltó una carcajada estruendosa mientras Xiao sonreía manteniendo su cara de póker, como si todo estuviera bien.

—No está mal— dijo Xiao —me parece correcto ¿Qué dices tú? ¿Hastur?—

—Vamos, ahora que estoy jugando tu juego, deberías llamarme por el nombre de esta alma que amablemente me regalo su apariencia— dijo el anciano, pero su aspecto dejo de ser honorable y su mirada se volvió intimidante.

—Regaló amablemente, dices, pero dudo que haya algo amable en tu existencia—

Xiao y Hastur se miraron a los ojos en un concurso de miradas. Ambos mostraron una sonrisa astuta, pero después se relajaron.

Xiao tomo una pieza del tablero de shogi y la movió.

Hastur se acarició la largaba barba desde el mentón hacia abajo como si se la peinara y le preguntó —¿Este juego cuenta como parte de la apuesta?—

—No— dijo Xiao de forma cortante

—Que aburrido, en ese caso, prefiero perder esta partida y que empecemos a jugar de verdad—

—Seguro, porque puede que esta sea la única victoria que pruebes delante de mí—

Hastur curvo la comisura derecha de su labio hacia arriba, mostrando una corrida de dientes blancos.

—A mí también me gustaría que terminaran su juego— dijo Kain —tengo asuntos con Xiao—

Hastur y Xiao miraron a Kain con molestia, pero Kain solo los quedó mirando tranquilamente sin darle mayor pensamiento. Si alguno de ellos lo quisiera muerto, solo tendrían que chasquear sus dedos y la existencia de Kain dejaría de ser.

Al final, Hastur y Xiao soltaron un suspiro, se pusieron de pie y se dieron un apretón de manos.

—Te dejo— dijo Hastur —y la próxima vez ten la amabilidad de llamarme por mi nuevo nombre—

—Claro, claro, Yamamoto-san—

—Suena mejor— dijo Hastur y se desvaneció en el aire

Xiao se dio la vuelta y por fin miró a Kain —no debiste haberle dado tal idea— dijo

Kain mostro una sonrisa astuta y le preguntó —¿Él no lo hubiera propuesto?—

Xiao entrecerró los ojos, pero al final, soltó suspiro y asintió —sí, tienes razón, al final hubiéramos llegado a este punto— dijo

—Vengo por lo que conversamos, pero antes de eso, con respecto a las almas: A uno ya lo tengo más o menos listo, pero tienes que dejármelo un par de años y después será todo tuyo para que hagas lo que quieras con él—

—Después de conocerte, tengo muchas ideas—

—Me lo imagino, pero por ahora, enfoquémonos en lo que te pedí—

—Un área cerrada donde tú y tu padre puedan luchar sin restricciones y sin hacer arder el mundo—

—Sí, se podría decir que captaste la idea a la perfección. Será divertido— dijo Kain, él sintió un pequeño jalón de su manga izquierda y miró al lado. Entonces vio a Kaoru y ella le dio una mirada significativa.

—Lo siento, amor, la tensión entre los dos monstruos era un poco fuerte— dijo Kain, miró a Xiao y le dijo —esta linda chica a mi lado es mi esposa, Kaoru—

Xiao examino a Kaoru y asintió —un reencarnado de un mundo de alto nivel— dijo con tranquilidad mientras examinaba el alma de Kaoru. Después miró a Kain y le preguntó —¿Cómo vas con el tema de las píldoras?—

—Ya lo sabes ¿Para qué preguntas?—

—Se llama conversación. Como podríamos tener una relación cercana si yo leyera tus pensamientos todo el tiempo—

—Bien, me las estoy arreglando con lo que tengo a mano—

Xiao soltó una risita macabra, por eso adoraba a Kain. Su poder era el conocimiento y para esto, no había limites en cuanto podía crecer. Pronto alguien llegaría al mundo Onírico a causar caos y destrucción.

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