Kasumi, la princesa del país del Fuego y hermana de Yahiko, estaba en su mansión dentro de los territorios del castillo. Diferente de otros días, ella se había levantado por la mañana impidiendo que cualquier sirvienta se acercara a su habitación. Quería estar sola. Ella se sentó frente a un tocador con un largo espejo que reflejaba su joven figura mientras pasaba un cepillo por sus largos cabellos oscuros. Su expresión era triste mientras sus ojos mostraban indiferencia, ante todo.
La única que pudo estar en la habitación de la princesa fue Akane, quien tenía la misión de cuidarla. Ella estaba apoyada en una pared y de brazos cruzados. Por un lado, estaba pendiente del entorno y de cualquier anomalidad. Por otro lado, veía con cierta pena a la princesa. Ella frunció el ceño y le dijo -es hora de que vayas a desayunar-
-¿Mm?- pronuncio Kasumi como saliendo de su letargo, miró por el reflejo a la kunoichi apoyada en la pared y asintió sin ningún tipo de energía.
Akane negó ante tal actitud y continuo -debes comer, si nos atacan en algún momento, necesitaras tus fuerzas para no convertirte en una blanco fácil-
Kasumi frunció el ceño y contesto enojada -para ser una guardaespaldas, no tienes ninguna delicadeza con tu cliente-
-¡Ja! Mi trabajo es cuidar tu trasero, no ser tu amiga. Además, no quiero escuchar de delicadeza de alguien que escribe cartas tan repulsivas-
Kasumi volteó su rostro y la miró con las mejillas ruborizadas -no sé de qué hablas- respondió
Akane hizo una sonrisa burlesca y recito tratando de imitar la melodramática forma de Kasumi:
<<Querido demonio,
Esta pura e inmaculada Sacerdotisa busca tu protección. Los dioses no me favorecen, así que mira mi causa y dame tu protección. Te daré mi alma y todo lo que tengo a cambio…->>
Kasumi grito, se levantó de su asiento y camino hasta Akane para taparle la boca. Una vez que le tapó la boca, la miró entre avergonzada y preocupada de su conocimiento.
Akane tomo las manos de Kasumi y las movió a un lado mientras afloraba una sonrisa en sus labios -¿Qué pasa? Pensé que sabias de delicadeza. Cuando leía esas cartas casi vómito, jajajajaja-
-Cállate, cállate, yo solo quería imitar a Murasaki y llamar la atención de Kain-sama- dijo Kasumi con vergüenza
-Sama ¿Eh? No eres la primera persona que llama así a mi otouto-
-¿Ah? ¿Eres su onee-sama?-
Akane mostro una sonrisa y dijo -sí, después de todo nuestros padres se casaron-
-Buuuu- dijo Kasumi con decepción -pensé que serías su real onee-sama, pero solo eres una extraña-
-¡Oye!- dijo Akane frunciendo el ceño
-Pero es verdad, solo te estas jactando de su conexión, ni siquiera son hermanos de verdad-
Akane bufo indignada y dijo -di lo que quieras, pero por lo menos yo no escribo esas asquerosas cartas-
-¡No son asquerosas!-
-Ja, Kain ni siquiera las quiso terminar de leer. Tu carta termino en un cajón del escritorio en donde Kain deja todas las cosas que le da pereza continuar-
De repente Kasumi se sintió triste y pregunto en voz baja -¿De verdad?-
Akane al ver a Kasumi triste soltó un suspiro y trato de arreglar lo que dijo -bueno, no hay nada que hacerle. Kain es una persona muy ocupada, está estudiando muchas cosas y no tiene tiempo para tramas políticas-
-No es una trama política- respondió Kasumi dando un pisotón -es solo que, la vez que él nos salvó, yo no pude agradecerle. Él fue increíble ¿sabes? Mi hermano me contó como él le dio su protección mientras peleaba contra una enorme serpiente-
Akane sonrió orgullosa e inflo su pecho -bueno, Kain es así, mi otouto-
-Ahí vas de nuevo, solo jactándote de tu conexión y solo eres una extraña-
-Cállate, acosadora-
-Enviarle una carta a alguien no te vuelve una acosadora-
-Mi hermano tiene menos edad que tú, así que no trates de aprovecharte de él. Conozco muy bien a las mujeres como tú. Se hacen pasar por damiselas en peligro para después tender una trampa de miel-
-Cállate, ya no quiero hablar contigo, solo dices incoherencias- respondió Kasumi totalmente molesta, pero con las mejillas ruborizadas al ser descubierta en su plan. Se dio la vuelta y dijo -voy a comer, no me molestes-
-¿De qué hablas, cabeza hueca? Si tú vas a comer, yo también tengo que ir, soy tu guardaespaldas-
-Eres tan molesta-
-Lo mismo digo, en vez de tratar de arreglar las cosas con tu amiga, pasas toda la mañana sintiendo pena por ti-
-Eso no tiene nada que ver-
-No importa, solo me molesta-
Akane bufo indignada y camino por delante mientras Kasumi la mirada asombrada de que alguien le hablará de esa manera. Entonces ella entendió que estaba en un error desde el principio. Akane nunca fue su sirviente.
No obstante, Kasumi no se dejó intimidar por la actitud de Akane y fue hasta el tocador. Ella se sentó y se terminó de arreglar mientras Akane ponía un rostro cargado de molestia. Kasumi miraba a Akane y disfrutaba cada segundo de retraso, porque eso molestaba a Akane. No obstante, dejo su broma y termino de arreglarse. Después salieron ambas al pasillo, donde Kasumi avanzo con un hermoso kimono fucsia. Sin embargo, cuando todo parecía ir bien, de repente se cayó de cara contra el suelo. Después Kasumi se sentó en el suelo y se acarició el rostro.
-Oh, pero que descuidada- dijo Akane con una voz de falsa preocupación que más sonaba a sarcasmo -deberías mirar por donde avanzas-
Kasumi levantó su rostro y vio a Akane mirándola con una amplia sonrisa.
-Maldita, algún día me lo pagaras-
-¿Qué debería pagar? Yo no he hecho nada- respondió Akane y llevo sus manos por detrás de su nuca mientras silbaba mirando hacia otro lado.
-Malditos shinobis, solo te burlas de mi porque soy débil, pero si Murasaki estuviera aquí te pondría en su lugar-
-Murasaki, la muchacha de ayer, pero si ella también es una civil- murmuro Akane para después mirar a Kasumi. Esta última se tapó la boca como si hubiera dicho algo que no debería. Akane entrecerró los ojos, pero no le dio mayor vuelta al asunto. Ella extendió su mano, Kasumi la quedó mirando por un tiempo. Akane agito su mano como volviéndosela a ofrecer y Kasumi por fin se apoyó. Akane levantó a Kasumi y ambas quedaron frente a frente.
-Solo porque ahora hayas sido amable, no quiere decir que me haya olvidado de tu trampa- dijo Kasumi frunciendo el ceño y mirando hacia otro lado
Akane sonrió y le dio una palmada en la frente. Kasumi se cubrió la frente y la miró con ojos llorosos. Akane sonrió de forma amigable y le hizo el gesto con la cabeza para que fueran al comedor. Kasumi asintió y juntas avanzaron por el pasillo.
-Ustedes viven en el lujo- dijo Akane admirando los muebles, jarrones y cuadros apegados a las paredes del pasillo -yo tengo uno de esos en casa, pero fue algo que hizo mi abuelo-
-Dudo que alguien tan bruta como tu sepa diferenciar la pintura de un niño con la pintura de un maestro- dijo Kasumi en un tono despectivo
-Te lo digo, tengo uno esos en mi casa. Si alguna vez vas a Konoha, te lo mostrare-
-Dudo que vaya alguna vez-
-Bueno, si pretendes a Kain, tendrás que ir. Dudo que, si le sigues enviado tus asquerosas cartas, él te haga caso-
-¡No las llames asquerosas!- respondió Kasumi -solo, son, poco inspiradas. En ese momento debí pedirle a Murasaki que la escribiera por mi-
-Eso no funcionaria, Kain tarde o temprano se hubiera dado cuenta de la falsificación y hubiera quedado decepcionado de ti. Si quieres llamar la atención de mi otouto, tienes que ser real, tú misma-
Kasumi miró a Akane y por su expresión entendió que ella estaba siendo sincera. Kasumi continúo avanzando y sonrió de forma relajada.
-¿Cómo es Kain-sama?- pregunto Kasumi
-Kain, bueno, es mi mejor amigo, creo- dijo Akane
-¿Pero y el otro muchacho de cabello gris?-
-¿Sakumo? Él es mi novio, no cuenta, no es lo mismo- respondió Akane agitando su mano de lado a lado como si separara los conceptos -Kain se convirtió en mi otouto hace poco tiempo, pero desde el principio nos llevamos bien-
-¿Qué cosas le gustan?-
Akane miró a Kasumi de soslayo e hizo una sonrisa astuta -la información de mi otouto tiene un precio, si la quieres, tienes que pagar-
-Pero que horrible persona, convirtiendo la información de su otouto en mercancía-
-Lo que digas, pero todas las cosas tienen su propio mercado. No habría oferta, sin una demanda. Tú quieres la información de Kain, yo estoy dispuesta a vendértela por una módica suma-
-¿Cuánto?- pregunto Kasumi tragando saliva ante tal oportunidad
-Un millón de ryo por cada dato-
-¡Estafadora!-
-Oye, oye, es la información de Kain Uchiha ¿Crees que mi Otouto es cualquier persona?-
-¿Solo por ser el hijo del demonio Uchiha?-
El rostro de Akane perdió cualquier signo de amabilidad mientras sus ojos adquirían un brillo asesino. Ella se detuvo, se acercó a Kasumi y la pincho en el pecho con su dedo índice. Kasumi comenzó a retroceder mientras Akane la empujaba contra la pared. Kasumi se asustó al ver tal mirada de enojo mientras Akane decía -nunca, jamás, vuelvas a decir eso. Mi otouto no es hijo de un demonio, el anterior patriarca de mi clan no es un demonio y yo no soy una persona tan agradable como para dejar que ofendan a mi clan ¡¿Entendido?!-
Kasumi asintió repetidamente mientras trataba de echarse hacia atrás, pero la muralla se lo impedía. Akane bufo hacia un lado y camino por delante. Kasumi soltó un suspiro y sus piernas cedieron como si estuvieran hechas de hilo. Ella cayó sentada en el suelo.
Después de un tiempo, Kasumi noto que ella estaba sola en el pasillo. Miró hacia ambos lados del pasillo sin escuchar ningún ruido y eso la asusto. Ella se puso de pie y camino lo más rápido posible hasta llegar al comedor, donde Akane ya estaba tomando su desayuno como si fuera la dueña de casa.
-Eres pésima como guardaespaldas- se quejó Kasumi mientras tomaba asiento al otro lado de la mesa. Al instante siguiente una sirvienta se acercó, le pregunto lo que quería y ella le enumero una serie de platos. La sirvienta se fue y Kasumi continúo mirando a Akane. Esta última fue indiferente a las palabras de Kasumi y siguió comiendo mientras la ignoraba.
Después de un tiempo, Kasumi se sintió incomoda ante tanto silencio. Akane continuaba comiendo y estaba a solo unos pocos bocados de terminar. Al mismo tiempo, la sirvienta volvió y le sirvió sus alimentos a Kasumi. Esta última agradeció y la sirvienta se retiró.
Kasumi tomo los palillos, los movió como si fueran unas pinzas, pero antes de tomar algún bocado, miró a Akane y le dijo -lo siento, no debí decir esas cosas-
Akane termino de comer, dejo los palillos a un lado y entrelazo las manos -no, no es tu culpa. Todo el mundo llama a Kain de esa manera. Tu no tenías por qué saber que a mí me molesta. Sin embargo, no lo vuelvas a decir, no te lo perdonare-
-Lo tendré presente- dijo Kasumi, tomo una profunda respiración y empezó a sacar vegetales de un plato hondo. Akane continuo en la mesa mientras Kasumi comía, pero el silencio era incomodo, así que Kasumi pregunto -¿Para qué quieres tanto dinero?-
Akane exhalo y la miró a los ojos -¿para qué lo quieres saber? Solo era una broma, jamás te diría las cosas de mi otouto-
-Soy noble ¿lo recuerdas?- dijo Kasumi con una sonrisa astuta -desde pequeña he tenido buen ojo y tacto para las relaciones sociales y el flujo del dinero. Creo que tienes una idea. Si es así, me gustaría escucharla y ver si podemos hacer negocios-
-¿Eeeh? Cuando no la cagas, eres bastante perspicaz-
Kasumi comió un poco de arroz, pero al escuchar a Akane comenzó a toser. Al mismo tiempo, Akane se largó a reír.