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Mundo Shinobi - Amigos - 72

-Katon- dijo Akane con voz firme -gokakyu no jutsu- y lanzó una bola de fuego en dirección al Kain. Al mismo tiempo, Sakumo corrió en paralelo a la bola de fuego, buscando una apertura en Kain. Sin embargo, y para su sorpresa, Kain saco un papel de sello y lo lanzó al aire, interceptando la bola de fuego. Esto le dio suficiente movilidad para esperar tranquilo a Sakumo, mientras esté último miraba desaparecer la bola de fuego en el papel. Se quedo quieto, pasmado, sin poder creer lo que estaba viendo. Lo cual, Kain aprovecho y corrió a su encuentro. Una vez que llego frente a Sakumo le lanzó una patada al estómago y lo lanzó por el aire, generando una parábola, para luego caer un par de metros más allá y rebotar dos veces. Después de eso, Kain miró a Akane, quien se puso nerviosa y sacó un par de kunais de la mochililla que llevaba en su espalda, a la altura de la cintura. Se puso en posición defensiva, esperando el ataque y activando su sharingan. Vio a Kain gesticular una pequeña sonrisa en un movimiento lento y pausado, gracias a la visión de su sharingan. Después lo vio meter las manos en las mangas de su kimono y sacar una decena de kunais. Akane sintió que su corazón se aceleraba y se dispuso a correr en cuando Kain lanzara los kunais. Kain hizo una sonrisa burlesca y miró a Sakumo, tendido en el suelo. Lanzó los kunais en un relajado y suave movimiento. Akane soltó un grito del susto y corrió hacia Sakumo para protegerlo de los kunais. Los seis primeros era fáciles, todos dirigidos a la parte superior del cuerpo. Akane los repelió con habilidad, pero los siguientes dos iban a las piernas. No alcanzo a repelerlos y los kunais se clavaron en sus muslos. Eso debilito la postura de Akane, dejándola casi a merced de los últimos dos kunais. Esos iban directo a su cara, así que, en un movimiento desesperado, cruzo ambas manos, utilizando los kunais como escudo, y por instinto, logro desviarlos.

Akane cayó de espaldas, sintiendo que le faltaba el aire en este pequeño intercambio. Sin embargo, dentro de su sharingan parece que hubiera estado luchando durante media hora.

-Suficiente Kain- dijo Naori, a lo lejos, a través de un sello de papel. Este transmitió su voz a otro sello de papel que Kain llevaba en el pecho, por dentro de su kimono.

Kain agacho un poco la cabeza como si hablara a su pecho, al mismo tiempo que mantenía un contacto visual con Sakumo y Akane, ambos derrotados -como tu digas, abuelita- respondió

-¿Te contuviste?- pregunto Naori desde el pasillo que pasaba por fuera de su habitación, a unos diez metros de Kain y a quince de Akane y Sakumo.

-Sí, contuve mi fuerza, pero para Sakumo aun fue demasiado. Puedo golpear más suave, pero es un poco difícil actuar torpe cuando no lo eres-

Naori sonrió divertida, pero de todas maneras lo regaño -mocoso arrogante-

Kain también sonrió y se sentó en el suelo, apoyando las manos hacia atrás y mirando el tranquilo cielo azul. Aunque estaba a cinco metros de Akane y Sakumo, escucho claramente sin la ayuda del chakra, la respiración agitada de Akane y los gruñidos de Sakumo. Este último apoyo sus manos y se levantó adolorido, sin saber que lo había golpeado.

Este ya era el décimo ataque en conjunto que habían hecho Sakumo y Akane. Kain era el enemigo. La meta era sobrevivir a sus ataques por dos minutos sin caer noqueados o heridos. Cosa que, de momento, fue totalmente inútil. Los combates, con suerte y determinación, en el mejor de los casos duraban treinta segundos. En el peor, como el último combate, solo duraban diez segundos.

-Kain- dijo Sakumo con un rostro adolorido y apoyando su mano izquierda sobre su estómago -dijiste que te ibas a contener-

-Lo hice- dijo Kain, aun mirando el cielo azul -te golpeé con la fuerza de un genin. Aproximadamente, cincuenta puntos en el nivel de fuerza. Lo que pasa es que, con la técnica y velocidad adecuada, aumenta su potencia. Lo siento-

Sakumo frunció el ceño y se sintió más ofendido que aliviado después de escuchar esa explicación. Parece que él fuera un inútil por ser incapaz de ocupar su fuerza como se debe. Soltó un suspiro y se dejó caer de espaldas sobre el suelo, mirando el cielo azul.

-Me pregunto si estamos progresando- murmuro Sakumo

-Pregunta a tu profesor- dijo Kain -pídele que te haga luchar contra algunos chunin-

-Buena idea- dijo Sakumo, se impulsó hacia adelante y se sentó -dame algunos papeles de sello, esos que sanan-

-Sakumo, el tío dejo esos papeles para los entrenamientos-

-Ahora estamos entrenando, me duele el estómago y si me siento mal, no podre luchar contra los chunin-

Kain se sintió sorprendido, se impulsó para sentarse y le pregunto -¿Vas a ir a ahora?-

-Claro, se siente mal ser vencido todo el tiempo. Necesito golpear a alguien y saber que me estoy haciendo fuerte-

Kain soltó una risita y acerco su mano derecha para masajearse el tabique. Después saco el papel de sello del interior de su pecho y le dijo -¿Escuchaste abuelita?-

-Solo murmullos- respondió Naori a la distancia -muchas gracias- le dijo a Biwako quien estaba sentada a su lado y recibió una taza de té -¿Qué quieren?- preguntó

-Le dije a Sakumo que les preguntara a sus maestros de Academia para que los hagan luchar contra algunos chunin. Sakumo quiere ir ahora ¿Qué opinas?-

-Joven imprudente- dijo Naori, dio un sorbo a su té y continuo -que vaya, lleva a Akane también y cuida que no se vayan a pasar de la raya-

-Ok- dijo Kain de buen animo

-No te alegres demasiado- dijo Naori en tono firme -ellos están recién aprendiendo. Tu debes muchas horas de entrenamiento ¡recuérdalo!-

Kain dejo caer su cabeza y soltó un suspiro -sí, abuelita- dijo. Después se puso de pie y camino hasta Akane quien seguía tendida en el suelo, tratando de recomponer sus energías. Todavía tenía los kunais enterrados en los muslos.

-Déjame ver, Akane-san- dijo Kain

-Eres malo, Kain- respondió Akane con ojos llorosos -eso dolió-

-Si soy demasiado blando contigo, la abuela se molestará y te pondrá otro maestro que, a lo mejor, será más estricto. Lo siento, te ayudaré con eso-

Akane se sentó y Kain se arrodillo a su lado. Intento poner su mano sobre el kunai, pero Akane se lo impidió dándole un manotazo.

-Tengo que hacerlo- dijo Kain, sacando un papel de sello -estoy listo, solo tienes que estar lista-

-Va a doler-

-Por supuesto que va a doler, pero me contuve, el kunai no está muy profundo-

-Eres malo-

-Si, esa parte ya me la dijiste, ok, ahora voy a retirar un kunai y utilizar a la vez un sello para sanarte ¿entendido?-

Akane asintió con los ojos llorosos y miró sus tiernos muslos. Solo agradeció que el kunai pasara unos cuantos centímetros alejados de su pantaloncillo.

-Bien- dijo Kain, poniendo la mano sobre el kunai -a la cuenta de tres. Uno, dos…- y tiro el kunai dejando salir un pequeño hilo de sangre. Akane dio un grito y le pego varios puñetazos en el hombro. Al mismo tiempo que Kain le colocaba el sello de curación, lleno con la energía sanadora de Hashirama.

-Tenías que contar hasta tres, mentiroso- dijo Akane con lágrimas en los ojos.

-Si sabes cuando va a pasar, te va a doler dos veces. Es mejor no imaginar el momento del dolor. Ahora vamos con el otro-

Akane, con ojos acuosos asintió y Kain sacó el otro kunai de la otra pierna. Akane de nuevo soltó un alarido de dolor. Kain se apresuró a colocar el sello sobre la herida, a un centímetro del corte. Canalizo chakra del alma y el sello emitió una energía verdosa y curadora. El dolor mitigo en unos breves segundos y el tierno muslo quedo como si nunca hubiera sido herido. Después de eso, Kain siguió con el otro muslo y se puso en pie para ver a Sakumo. Este último ya estaba reincorporado. Tenía la nariz arrugada y la mano sobre su estómago, en un gesto para aminorar la molestia.

-Ven acá, Sakumo- dijo Kain. Saco otro sello y Sakumo camino hasta él. Kain le puso el sello en el estómago y una vez que emitió la luz verdosa, Sakumo dejo de fruncir el ceño.

-Maldición, golpeas muy fuerte- dijo Sakumo y le dio un puñetazo en el hombro. Sin embargo, diferente de Akane que quería equilibrar la balanza y desquitarse, Sakumo lo hizo como una forma de elogió.

Kain negó con la cabeza y se volteó a ver a Akane -te ayudo- dijo y le tendió la mano. Ella se la tomo y Kain la jalo para que se pusiera de pie.

-¿Estás de acuerdo con Sakumo?- preguntó Kain

-Claro, porque no, después de soportar a un pequeño mocoso diabólico, cualquier shinobi será amigable-

-Hey, no soy diabólico. Soy angelical, casi bueno. Al menos Naomi piensa así-

Akane frunció el ceño, volteó su rostro y bufo indignada.

Kain se largó a reír y Sakumo miró a sus amigos conversar. Era divertido estar en compañía.

Cuando Kain iba saliendo de su casa, Hiruzen lo esperaba en la puerta de salida. Hace solo unas semanas lo habían ascendido de rango a jounin. Danzo era un chunin mientras sus otros compañeros de grupo seguían siendo genin. Sin embargo, por superior que hoy fuera el rango de Hiruzen, el grupo iba liderado por Kagami Uchiha, el shinobi que se hablaba era la sombra del hokage Tobirama. A excepción de Hiruzen, todos esperaban por fuera de la puerta Torii, en la vereda de la calle.

-¿Cómo estas, Saru?- dijo Kain de buen humor -hoy no te vi husmeando por mi casa ni mirando a mi madre ¿A qué es bonita?-

Hiruzen se apresuró y le tapó la boca, miró hacia todos lados y le dijo a Kain en un susurro -pensé que éramos amigos, Kain-

Kain asintió y Hiruzen poco a poco le quito la mano de la boca.

-Sí, éramos amigos, pero tu rompiste esa línea cuando intentaste espiar el otro día a mi madre. No le dije al tío Hashirama para que no te mataran, pero puedo decirle a Biwako-san, me pregunto qué dirá ella-

-Ok, ok, lo entiendo. No lo volveré a hacer. Eres bastante resentido, a pesar de que me lanzaste una bola de fuego que casi me convierte en carbón-

Kain bufo indignado y le dijo -tu merecido, eso te pasa por tratar de espiar a mi madre- después soltó un suspiro y le pregunto -¿A qué vienes?-

-Te venía a decir que por los próximos días no habrá escolta para ti. Esto se prologará de acuerdo con como resulte la misión secreta que voy a hacer-

-¿Es grave?-

-Es secreta, Kain- dijo Hiruzen

-Bien, Saru, cuídate y vuelve. De lo contrario, cuando tenga edad tomare a Biwako-san como mi esposa-

-Mocoso insolente- dijo Hiruzen enojado, le lanzó una patada a la cara, pero como siempre, Kain fue más rápido y saltó para quedar en cuclillas sobre su pierna. Kain miraba a Hiruzen con una expresión burlona y este último agito su pierna para que Kain se bajara.

Una vez que Kain se bajó de la pierna de Hiruzen, este último dijo -Biwako-chan será mi esposa, y no tienes que preocuparte, volveré-

Kain dejo de sonreír y miró con seriedad a Hiruzen, estiro su mano y se la ofreció -eso espero, amigo-

Hiruzen hizo una pequeña sonrisa y le estrecho la mano -eso espero yo también, amigo-

Después de despedirse, Kain vio a Hirzuen caminar hasta su grupo que estaba liderado por Kagami Uchiha y después desaparecer, como si fueran aire. Fue un movimiento demasiado rápido para Akane y Sakumo, quienes estaban a los lados. Pero para Kain, era claro que esos sin vergüenza habían saltado a la puerta Torii y de ahí, saltaron hacia los árboles del frontis izquierdo de la casa de Hashirama.

-Bueno ¿vamos?- le pregunto Kain a Sakumo y Akane

De esa manera, se encaminaron hacia la Academia Ninja. Hoy era sábado, las clases habían terminado hace un par de horas, pero de seguro habría algunos profesores trabajando hasta tarde.

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