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—¿Lin? —Kaori trató de acercarse y los hombres le apuntaron a ella.

—No te muevas, Kaori — la abracé contra mi pecho.

—¿Qué pasa? ¿No te quitarás la capucha?— preguntó Akira.

El hombre se quedó quieto por unos instantes y le hizo seña a uno de los hombres a que se le acercaran a Akira.

—Tira el arma al suelo — ordenó el hombre al que le hicieron seña. Akira se quedó quieto y no hizo caso a lo que le ordenaron.

—¿Eres tú, Lin? — pregunté con ese nudo en mi garganta. Su estatura y cuerpo parecían mucho, no quería creer que realmente era él. ¿Cómo nos puede estar haciendo esto? En especial a Kaori.

—Te dije que tires el arma al suelo o los mataré a los tres— ordenó el otro hombre de nuevo. Akira no tuvo de otra que hacerlo.

—¿Hasta aquí vas a llevar por ese odio que me tienes, Lin? ¿Olvidas que esa arma te la regalé yo? ¿A quién crees que engañas? Si tuviste los pantalones para hacer esto, debes tenerlos también para mostrar tu cara. Deja que vean tus verdaderas intenciones durante todos estos años, que vean que solamente te quedaste con nosotros para vengarte de mi, y que solo te metiste con Kaori para herirme directamente— el hombre bajó el arma y se quitó la capucha. Al ver a Lin, mi corazón se rompió en mil pedazos. En su rostro no se veía que quedara nada del Lin que yo crié, del Lin que tanto amo, del Lin que tanto veía sonreír. Su mirada estaba llena de odio y desprecio hacia Akira.

—¿Qué es esto, Lin? — pregunté en lágrimas.

Kaori se soltó de mis brazos.

—¿Me vas a decir que es esto, Lin? — preguntó Kaori, tratando de caminar hacia Lin.

—No te acerques— le dijo Lin mirándola fijamente, y Kaori se detuvo.

—Detén esto y vamos hablar— le pidió de buena forma.

—No interfieras, esto es entre Akira y yo.

—Basta de esto, Lin— le gritó molesta.

—No me digas lo que tengo o no que hacer, traidora.

—Cuidado de cómo le hablas a Kaori— añadió Akira.

—¡Tú te callas! Me debes muchas, Akira. Me voy asegurar de cobrártelas todas.

—Adelante, estoy esperando por eso.

—Entren a la casa y de ahí no salgan— ordenó Lin.

—Hablemos, no dejes que esa rabia te vaya a cegar, Lin. ¡Es nuestro papá! — comentó Kaori.

—Es tú papá, no el mío — dijo irritado.

—¿Cómo puedes decir eso luego de tantos años, Lin?— pregunté, llevando mi mano al pecho.

—No será biológicamente tu padre, pero te crió como si lo fuera. Te dio todo lo que quisiste, estuvo contigo para todo, ¿Cómo tienes el descaro de decir eso, Lin? ¡Te desconozco!— comentó Kaori.

—No tienen que decir nada. Al final de cuentas, a él no le importa eso. Dejen que tenga lo que quiere. Prefiero morir en manos del niño que crié como un hijo, que de un enemigo.

—No digas eso, papá.

—Entren a la casa — ordenó Akira.

—No te dejaremos solo, Akira— añadí, sujetándole la mano.

—Así es, si van a hacerte algo a ti, también tendrán que hacernos algo a nosotras. La familia permanece unida en las buenas y en las malas, ¿Qué esperas, Lin? — Kaori encaró a Lin y eso me preocupó mucho. Lin comenzó a reír descaradamente.

—¿A esto le llamas familia, Kaori? Vives en la casa con un asesino y una madre egoista y masoquista, con dos personas que te han puesto en riesgo muchas veces. ¿A eso le llamas familia?

—¿Cómo te atreves a faltarles el respeto a nuestros padres? — Kaori trató de acercarse más a Lin, pero éste le apuntó con el arma.

—¡Kaori!— Akira y yo le gritamos a la vez.

—Te dije que no te acerques, Kaori.

—¿De ti es que estoy esperando un bebé? ¿De esto? — lo miró de arriba abajo—. Será cierto alguna de las cosas que dices, pero mírate. Juzgas a nuestro padre, pero te has convertido en algo peor. Apuntándome con un arma a mi y a tu hijo. ¿Este era el amor que decías sentir por mi? — Lin bajó el arma.

—Tu me abandonaste primero, preferiste defender a ese criminal, en vez de quedarte a mi lado.

—Estoy de parte del que tenga la razón y en este caso tú no la tienes.

—Akira me intentó matar y a ti no te importó, terminó casi matando a nuestra madre, ¿A eso le dices tener la razón? ¡No me jodas!

—Detén esto de una vez y hablemos.

—No vine hablar, vine a llevármelo. Sube a la camioneta, Akira— Akira trató de caminar, pero lo jalé.

—No vas a ninguna parte, Akira. No te atrevas a moverte, porque no voy a perderte otra vez.

—Estaré bien, quédate con la niña.

—No te dejaré ir y punto.

—¿De qué tanto hablan? — preguntó Lin.

—Me llevarás con él y dejarás a Kaori aquí, lejos de todo esto— le dije.

—¿Vas a seguir defendiéndolo, mamá?

—No lo dejaré ir solo, ya que nos incluiste hace un momento a los dos en el tema, no creo que haya problema en que paguemos los dos. Los dos hemos sido unos malos padres, es por eso que iremos juntos.

—Deja la tontería, mi venganza es contra Akira, no contra ti.

—Él es mi esposo y padre de mi hija, lo que suceda con él, es conmigo.

—No quiero lastimarte, mamá, no te metas en esto.

—Si me meto.

—¡Maldita sea! — Lin suspiró molesto—. Me los llevaré a los dos.

—¡No! — gritó Kaori.

—No quiero lastimarte, Kaori. ¡Te quedas y punto!

—¿Por qué odias tanto a nuestro padre? ¿Qué mierda te hizo?

—¿Por qué? Tú mejor que nadie sabes, Kaori.

—No, no sé, nunca me has hablado de eso.

—Mató a mi hermano, ¿Tengo o no razón, para querer matarlo igual?

Escuchar eso de su boca me hizo sentir culpa. Es algo nunca le dije y siempre traté de ocultarlo. Supongo que es cierto lo que dicen. «La verdad siempre sale a la luz» Creo que es el momento de hacerlo. Bajé mi cabeza y respiré hondo.

—¡Fui yo! — grité con todas mis fuerzas—. Yo fui quién mató a tu hermano, Lin.

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