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—¿Y Lin qué? Lin es parte de nosotros. ¿Cómo vamos a empezar una vida sin él? 

—Él no va a querer aceptar, mamá, él ya me lo dejó claro; supongo que después de todo tenías razón. Me enamoré de la persona incorrecta, supongo que tengo que pagar ahora, pero no es justo que por mi culpa ustedes sigan separados. Han estado siempre juntos, todo estaba bien hasta que sucedió esto.

—La relación de tu padre y mía estaba dañada desde mucho antes, Kaori.

—Lisa…

—Es la verdad, Akira; aunque te recojas, va a suceder lo mismo, una y otra vez. Aún si dejas esa venganza contra tus hermanos, ellos vendrán por ti y tendremos que seguir huyendo. Aunque quiera creerte y darte la oportunidad, las cosas seguirán igual. Nos han encontrado en todas partes, tienes muchos enemigos. Mi miedo es que le suceda algo a nuestros hijos por ti. Yo te amo demasiado, y te juro que quisiera poder tener una vida normal y tranquila contigo y nuestros hijos, pero sé que no se va a poder. No importa a donde vayamos, nos buscarán, esa es la vida que escogiste desde antes de conocerme y aunque no quieras, ya no puedes hacer nada para cambiarlo. No te culpo, tuviste tus razones para hacer la mayoría de las cosas que has hecho, y es por eso que ahora no hay marcha atrás.

—Lisa, por favor, no me alejes de ti— verlo llorar era muy doloroso, sentía esa presión en el pecho y el nudo en mi garganta. No hay nada peor que amar a alguien sobre todas las cosas, y peor aún, cuando sabes que te hace daño y simplemente no puedes dejar de sentir esto por dentro.

—Me iré contigo, pero quiero que al menos hables con Lin e intentes convencerlo— Akira se quedó en silencio y me besó la mano.

—Está bien, lisa, trataré de contactarlo— se levantó del suelo y se acercó repentinamente a mi rostro, besó mi frente y se mantuvo así por unos segundos—. Te amo, corderito, te juro que no te vas arrepentir— se alejó y le dio un beso a Kaori.

—Gracias, princesa— la abrazó y salió de la casa.

Supongo que va hacer lo que le dije, o eso espero. No quiero que Lin se sienta más rechazado por él. Ellos dos tienen mucho de qué hablar, y si realmente quiere que nuestra familia esté unida, debe perder ese orgullo que carga. Estoy segura que él ama a Lin, y se encariñó con él como un hijo; aunque diga lo contrario por orgullo. Yo misma lo veía cuando entraba a su cuarto cada noche y le daba un beso en la frente luego de dormirse, o lo cubría con la sabana para que no le diera frío. Le compraba todo y más de lo que pedía, si íbamos al parque siempre jugaba con él y sonreía como un niño. Siempre se le a hecho difícil demostrarlo o admitirlo, pero me consta que le dolió el doble, porque lo veía como su hijo.

—Gracias, mamá—Kaori se sentó al lado mío.

—No hice nada, Kaori.

—Me preocupa mucho papá.

—¿Por qué?

—Él no está bien, mamá. Sé que ha sido un golpe duro, pero tengo miedo de perderlo por completo.

—¿Por qué dices eso, Kaori?

—Está muy deprimido, mamá. Nunca había visto a mi padre así. No es el mismo desde que sucedió ese incidente. Tenía miedo de que si lo dejaba solo, él cometiera una locura.

—Él no va a cometer nada, él ama a Lin; y aunque le cueste trabajo demostrarlo, él no va hacerle nada ahora.

—No hablo de Lin, hablo de él mismo.

—No entiendo, ¿Puedes explicarte mejor, cariño?

—Papá trató de suicidarse, mamá.

—¿Qué?

—Sí, luego que sucedió eso, él no soportó toda la carga que sentía. Algo ocurrió dentro de papá ese día, solo recordarlo me hace sentir un escalofrío por todo el cuerpo. Estaba un trance, no sé en qué estaba pensando, pero su expresión cambió por completo. Cayó de rodillas al piso y su cuerpo estaba temblando, se quedó mirándote por un tiempo y murmurando algo, su mirada estaba perdida; fue cuando me di cuenta que algo andaba mal. Lin no dejaba de echarle más leña al fuego y traté de callarlo. Por más que le hablé, él no reaccionaba. No parece que hubiera estado en sí. Cuando vi que sacó el arma y la acercó a su cabeza, tuve que correr hacia él para evitar que lo hiciera; cuando logré tener contacto visual con él, fue cuando vinsu mirada ida nuevamente, a pesar de haberme mirado y hablado, aún se veía fuera de sí, creí que lo había perdido por completo. Sentí mucho miedo, mamá. Nos dieron la noticia de que habías muerto en el hospital y mi padre se terminó de derrumbar. Siento miedo de que papá pierda la cordura.

—Dios mío, pero ¿frente a ustedes?

—Sí, me di cuenta de que papá aún te ama, de que no es tan malo como todo el mundo dice. Aún queda algo bueno dentro de él, por eso pienso que puede cambiar todavía, estoy segura de que si le das una oportunidad, él saldrá de ese estado en el que está. Se supone que de este golpe, él aprenda algo bueno. Ambos se aman mucho y no creo que sea justo que una relación de tantos años, se venga abajo por culpa de otros. Sé que papá no es un santo, ha cometido muchos errores, pero algo me quedó claro ese día, y es que, aún nos ama a los tres. Si él está dispuesto a dejar todo por ti, permite que pueda demostrarte de lo que es capaz, no pierdes nada intentándolo.

—Esta bien, Kaori, ¿Qué harás con Lin?

—Ya lo dije. Seguiré adelante sin él, aunque me duela; él fue quien me dejó y no le importó que esté embarazada. Voy a concentrarme en mis estudios y en mi embarazo, es lo que realmente importa ahora.

Akira entró a la casa y ambas fijamos la mirada en él.

—Lin no responde.

—No creo que lo haga. Será mejor que olvides eso, papá. Él no va a cambiar de opinión por más que trates.

—Tengo que intentarlo— fijó su mirada en mí.

—Quiero decirte algo, papá— Kaori se levantó del asiento y fue a donde Akira—. Ven conmigo — lo jaló del brazo y lo trajo a donde mí—. Fíjate que mientras no estabas, hablé con mamá y me confesó algo sobre ti.

—¿Algo como qué?

—Se quedó con ganas de que la besaras.

—¡Kaori!— Akira me miró fijamente y me dio vergüenza, no sabía dónde meter mi cara.

—¿Es eso cierto, corderito?— arqueó una ceja, y esbozó una media sonrisa. Miré a Kaori y estaba haciéndome una mueca de burla por detrás de Akira. ¡Que niña tan tremenda!

—No sé.

—Esa respuesta me suena a un si, ¿Has visto sus orejas, papá?

Me levanté del sofá, al no tener con que tapar mi rostro. Estaba tan avergonzada por los comentarios de Kaori, que mi rostro estaba caliente. Akira me agarró la mano.

—Hagámoslo por Kaori— Akira entralazó su mano en mi pelo y me besó, sus labios tan suaves y dulces como siempre. Mi cuerpo se estremeció al sentir tan apasionado beso. Akira se detuvo y me miró—. Ahora hagámoslo por nosotros — volvió besarme de vuelta.

—Así es como deben estar los dos — añadió Kaori.

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