—¿Este es el proyecto del que estabas hablando con Akira?
—Si, se arregló todo para esto.
—Esto es un negocio sucio. ¿Dejarán a muchas personas sin hogar para cumplir tus malditos caprichos?
—Srta. Tsukino, usted más que nadie sabe de este negocio. No se olvide que de eso está viviendo y así fue que llegó a donde esta. No sé quedarán sin hogar, se les dará buen dinero para que desalojen y consigan un lugar mejor. No los dejaremos desamparados, todo lo contrario, estarán mejor que en ese lugar.
—No olvides que ustedes no son los únicos que deben hacer negocios entre sí, yo también cuento porque mi nueva identidad está de por medio. Así que no me jodas, Kanji. No estén haciendo estas suciedades a mis espaldas — me encaró repentinamente.
—Esta bien mi jefa, tú mandas — sonrió malicioso, y siguió caminando.
No pensé que aceptaría tan fácil. Yo no quiero que me excluyan y eso están haciendo. Las cosas han cambiado, y ahora que mi identidad está en juego, no puedo acobardarme y dejar que hagan lo que quieran esos dos. Caminé al lado de Kanji y me contó sus planes. Quedó en luego hacer el plano de cómo sería todo. Tiempo después, nos fuimos del lugar. Kanji me llevó a un restaurante para que almorzaramos juntos.
—Aqui podemos hablar de negocios sin que nos interrumpan.
—Eso espero... — alcancé a ver a Akira en otra de las mesas —. ¿Esto lo hiciste a propósito?— miré a Kanji y sonrió.
—¿Qué sucede? ¿Estás celosa?
—No, pero es de mal gusto. Pensará que lo estamos siguiendo—Kanji se levantó de la silla, y caminó a la mesa de Akira. ¿Qué hace este maldito loco?
Akira
—Cuanto tiempo sin vernos, Sr. Akira.
—¿Qué haces aquí, Kanji?
—Almorzar con la jefa, a ver si me sube el puesto — miré en dirección a lisa y desvió la mirada.
—Lisa, ¿Te molesta si se unen a nuestra mesa?
—No tengo problema— respondió la chica.
Lisa
Kanji caminó hacia mí y me extendió su mano para ayudarme a levantar. Todo lo hace para molestar a Akira y me mete en problemas a mi. Caminé hasta la mesa y Kanji me ayudó a sentar.
—Ahora que estamos todos juntos, podemos hablar de negocios, Akira.
—¿Negocios?— preguntó la chica.
—Cuéntame de tu relación, Sr. Akira. — preguntó Kanji, mirando fijamente a Akira. Este tipo está buscando problemas.
—¿Qué deseas saber, Sr. Carter?— preguntó Akira.
—¿Por qué sales con otra mujer teniendo una dama en la casa?
—Debería evitar este tipo de pregunta malintencionada y personal, Sr. Carter— comenté, mirándolo seriamente.
—No estamos en el trabajo, Srta. Tsukino.
—¿Qué es lo que estás tramando?— pregunté.
—¿Estropear mis planes?— preguntó Akira.
—¿Puedo saber qué está ocurriendo aquí?— la chica agarró el brazo de Akira y me molestó de alguna forma.
—No tienes que actuar delante de nosotros, mujer.
—¿No tengo que actuar? Me hace sentir más cómoda estar así — sonrió despreocupada, y soltó a Akira—. ¿Tu debes ser...?
—Si, esa misma— sonreí maliciosa—. Eres demasiado falsa, deberías actuar un poco más natural— comenté.
—Lo siento, no sabía que le molestaba mi trabajo— puso su mano en la pierna de Akira, y sonrió.
—No me molesta, todo lo contrario, espero que hagas un buen trabajo porque se te pagará muy bien por ello. No trates de hacer una jugada fuera del contrato o no me hago responsable de que tu hermosa dentadura se vea afectada, jovencita — sonreí inocente, a lo que ella quitó su mano de Akira.
—El ambiente se puso serio de momento. Somos socios y aliados, no lo olviden — añadió Kanji.
—¿Ya tocaron el tema con la jovencita presente?— pregunté, claramente dirigiéndome a Akira.
—Si, ya me encargué de eso — respondió.
—¿Y qué te parece la parte? — la miré fijamente
—Puedo hacerlo, será muy fácil— respondió.
—No esperaba menos de ti— comenté con una sonrisa fingida, a lo que Akira me miró y sonrió.
—La actividad será en tres días. Debes asistir con Akira, ahí van a revelar tu rostro — dijo Kanji.
—Entiendo.
—Debes mantenerte lejos de los demás y tener mucho cuidado. Si te matan será un problema para nosotros — dijo Akira.
—Tendré cuidado — nos quedamos hablando los cuatro de la actividad que habrá. Recaudarán fondos para niños sin hogar. Es una actividad que hacía siempre Leiko, ya que Akira es parte de la empresa usará ese día para que conozcan sobre ella y sus enemigos centren su búsqueda en ella, no en mi.
—Ya que todo está claro, me retiro— me levanté de la silla, y Kanji se levantó también.
—¿No van a comer?— preguntó ella.
—No, no tengo hambre. Tengo asuntos que atender en la empresa— miré a Akira y sonreí—. Fue un honor compartir con ustedes. Y no olvides tu buena actuación — comenté antes de irme con Kanji. No se despidió ni nada, solo siguió detrás de mí.
—¿Así que puedes llegar a ser muy celosa? Que envidia, ya quisiera que me celaran así— comentó Kanji, antes de ayudarme a subir al auto.
—Si buscas una mujer que no estuviera felizmente casada, no tendrías problema alguno.
—¿Qué culpa tengo de que seas tú quien me guste?
—Será mejor que evites ese tipo de comentarios necios. Vamos a la empresa.
—Como órdenes, jefa— sonrió antes de cerrar la puerta.