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Akira me llevó a la casa y antes de irse me dijo que no me atreviera a dormir. Ya creo saber lo que viene. Se fue a llevar a sus hermanos con Mr. Jefferson, no sé si haya sido buena idea dejarlos ir solos con Akira. No sé si sea capaz de algo ahora que no estoy. La preocupación tampoco me dejaría dormir de igual manera.

Akira

—Quiero que vigiles a estos dos, Jefferson. Son hijos de ese cabrón.

—¿Y por qué están aquí y no les hiciste nada?

—Me van ayudar con lo del negocio. Necesito dar con el paradero de la hermana de lisa.

—Yo sé dónde la tienen— dijo Shuji.

—¿Y dónde la tienen?

—Hay un negocio que se llama "SugarBay". Puedo llevarte directamente si así lo quieres, aunque necesitarás hombres que te ayuden. Ese lugar solo entran matones.

—¿Dime algo que no sepa? ¿Cómo sabes de la chica?

—Mi padre te mencionaba mucho. Tenía la intención de que yo hiciera su trabajo de buscarte. Me dio toda información de su esposa y tuya, la realidad no me importaban sus problemas. Mencionó a esa chica muchas veces, la tuvo en su posesión hasta que supo de tu paradero.

—¿Estás seguro de que aún sigue ahí?

—Ese negocio solo prospera con mujeres. Deben tenerla todavía ahí, aunque drogada para que no escape.

—Estás muy familiarizado y al tanto sobre el negocio, ¿Estás seguro que no estabas en el?

—No, nunca me interesó. Lo que sé es porque mi padre me lo dijo. Yo solo quería sacar a Lin de su lado, pretendía querer venderlo y obviamente me interpuse.

—¿A ti te vendieron el culo también?

—Lo intentó varias veces, pero mi madre no lo permitió. Estaba completamente enfermo y loco.

—Luego coordinamos bien para ir a rescatarla. No más tardar de mañana quiero a esa chica aquí, antes de que la saquen de ahí o la maten. Averigua la información del lugar, Jefferson, manda unos hombres para allá. Quiero toda la información de ese sitio, entradas, salidas, personal, todo.

—Cuenta con eso.

—¿Dónde estamos hermano?— preguntó Lin.

—No sé, pero no te preocupes, vamos a estar bien.

—Y tu mocoso, espero te comportes, igual que tu hermanito.  No hagan ninguna estupidez— advertí.

—No lo haremos, Akira, puedes irte tranquilo.

—Jefferson, no comentes nada sobre el tema de la hermana de lisa con su madre. Ella no sabe que está viva y no quiero que sepa por ahora de lo que está pasando.

—No te preocupes, no lo haré.

—Ya tengo que irme, tengo una esposa que me está esperando. Permiso— miré a Shuji por última vez, antes de salir de ahí.

Lisa

Me quedé un rato con Kaori y luego regresé a mi habitación a esperar por Akira. Al rato de acostarme en la cama, escuché la puerta de la habitación abrirse.

—Tardaste mucho. ¿No hiciste nada malo? — le dije levantándome.

—¿Tanto te preocupa, princesa?— dijo quitándose la corbata —.  Deberías preocuparte mas por ti que por ellos— no se veía molesto, para como estaba en ese lugar. De hecho se ve más relajado y eso me preocupa.

—¿Qué vas hacer? — le pregunté acercándome a él.

—Te ves nerviosa, ¿Tanto miedo me tienes?

—Si supiera lo que estás pensando, quizás no lo estaría.

—¿Quieres saber lo que pienso, corderito?

—Si, quiero saber—me agarró por la cintura para voltearme de espalda a él y pegarme a la pared.

—Pues te voy a decir con lujo de detalles. Has sido una niña muy mala esta noche, has hecho muchas cosas que me han hecho enojar. No sabes cuanto me he estado controlando para no cometer una estupidez. Te acostaste con otro y me lo admites en la cara, me desafiaste frente a ellos y no te importó hacerlo, interveniste muchas veces y hablaste muy feo y no solo eso, me amenazaste con un arma en tu cabeza. ¿Sabes cuántas ganas tengo de cobrarte todo eso?— bajó sus manos y las metió por debajo del traje—. No me gusta que se aprovechen de mi debilidad, corderito— bajó mi ropa interior—. ¿Crees que no tengo suficiente razón para castigarte por todo lo imprudente que has sido?— metió sus dedos sin avisar en mi vagina bruscamente—. Y para completar y cerrar la noche con broche de oro, estás húmeda ahora. Tal parece que te has acostumbrado a los castigos, princesa— sacó sus dedos y los lamió—. Sabes muy bien. Me pregunto si aquí también— rozó su dedo en mi ano.

—Detente, por favor— se me erizó la piel.

—Es un castigo, ¿Por que tendría que seguir tus ordenes?— sentí que metió lentamente su dedo en mi ano.

—Se siente incómodo, detente — su fino dedo, me hacía sentir incómoda. Dolía un poco, pero no como creí que dolería.

—Dices que no, pero estas mojando el piso, corderito. No se siente mal, ¿Verdad? Te acostumbrarás — no sé si pueda acostumbrarme.

—Se siente muy raro, sácalo — dije con un hilo de voz.

—Me pregunto si una mujer puede correrse por hacerlo por aquí, ¿Quieres intentarlo?— metió y sacó su dedo lentamente. Acercó su boca a mi hombro para besarlo. Su respiración se escuchaba agitada, como si le encendiera esto. Mi cuerpo extrañamente se sentía caliente, ¿Cómo puedo exitarme con esto? Su otra mano la puso al frente, tocando mi vagina a la vez. Podía pensar en lo que pasé con Kanji, a diferencia de todo eso, Akira no me está lastimando. Los recuerdos no creí que vendrían después de tanto tiempo. Antes podía sentirme asqueada, pero ¿Por qué con Akira todo es diferente?

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