Han pasado 8 meses desde ese incidente. La relación entre Akira y yo, ha ido deteriorándose. El doctor me recomendó alejarme un poco de él, ya que por el trauma que recibió en la cabeza, sus recuerdos están desordenados y el estar cerca de mi, le hace recordar cosas que no le ayudan en su recuperación. El único momento que puedo verlo es cuando le llevo a Kaori; al estar con ella se ve mucho más tranquilo. Contrataron una enfermera que se encarga de Akira, hubiera querido ser yo, pero si le hago daño con mi presencia es mejor que mantenga mi distancia.
Ha estado asistiendo a terapia física, donde se supone que si todos sus terapias han ido bien, le quiten las muletas hoy. Físicamente está en mejor estado, puede caminar sin problemas y esta más independiente. Su actitud ha sido la misma de la otra vez, muy agresiva con la ayuda del médico y las recomendaciones.
Cada día que pasa lo siento más lejos. Puedo entender que su salud no está bien todavía, pero me duele verlo en esta situación y no poder acercarme cómo quisiera. Siento miedo de que se convierta en el mismo Akira frio, y sin corazón que conocí.
Kaori está mucho más grande, ya ha comenzado a gatear. Se la pasa jugando con Aoi, quién está feliz de tener una amiga con quién poder jugar. Las expectativas que tenía de estar en momentos como este con Akira y disfrutando cada segundo con Kaori, se han ido. Han sido largos meses sin poder tocarlo tan siquiera. El poder verlo de lejos no me es suficiente y que me mire con tanta tristeza me duele más. Solo quiero verlo ser feliz, y si no puedo acercarme cómo quiero y darle la felicidad que él merece, será mejor que me haga ya la idea de que las cosas no son, ni serán como antes. Me duele admitirlo, pero de nada vale negarlo. No sé qué hacer en momentos como este, esas personas destruyeron todo lo que una vez deseé con Akira y Kaori; quizás no estamos destinados a ser felices.
No he visto a mi madre desde ese día de nuestra discusión, me ha dolido mucho no tenerla cerca, pero sabiendo sus intenciones no puedo estar tranquila. Mr. Jefferson nos visita todos los días sin falta, la mayoría de las veces cenamos juntos. Es de la única persona que he sentido afecto y apoyo en estos meses. Lo he estado esperando en todo el día, ya que me dijo que tenía algo importante que decirme.
Estaba en la antesala junto a Kaori y Aoi mirando lo felices que se veían al estar juntos. Me he estado sintiendo muy sentimental ante toda esta situación. No hay día en que pueda detener el llanto de frustración y de soledad. Pensando en todo eso vi a Akira caminar a la antesala, y se sentó en el sofá junto a mi. No dejaba de mirarme con esa mirada triste en su rostro. Será mejor que me vaya, aunque quiera quedarme no debo hacerlo. Saber que mi presencia le causa dolor, será mejor dejarlo así. Me levanté del sofá y caminé a la cocina.
¿Hasta cuándo tendrán que ser las cosas así?
Me sentía muy triste, y lágrimas bajaron por mis mejillas. No aguanto tener que estar lejos de él, no soporto este maldito dolor en el pecho cada vez que me tengo que alejar.
Sentí unas manos cálidas alrededor de mi cintura, que me sujetaron fuerte. Mi corazón se aceleró al sentir ese contacto. Su olor podía percibirlo tanto como su calor, debo estar soñando. No quería moverme, solo me quedé quieta en sus brazos. Pude escuchar su respiración agitada en mi oído, su mano removió mi cabello del cuello y en leves instantes, sentí sus labios en mi piel.
—Te amo—esa declaración, junto a su dulce voz, causó que mi corazón se acelerara aún más
Mi cuerpo estaba temblando, un escalofrío recorrió por el área. Me sentía tan feliz por ese momento, no quería que se acabara.
Me hizo girarme hacia él. Parecía al mismo Akira de antes del accidente; ese Akira tierno, dulce, amoroso y cariñoso. Me besó lentamente provocando que mi cuerpo se sintiera caliente. Sus suaves y dulces labios me hicieron sentirme en el cielo, su lengua jugaba lentamente con la mía. Su mano se metió debajo de mi camisa, y al sentir el contacto de su mano en mi piel, causó un gemido involuntario. Sus manos estaban calientes y eran tan suaves. Acarició mis senos suavemente por encima del sostén, esa área estaba más sensitiva que nunca, y más por ser él quien la acaricia. No paraba de besarme y acercó su cuerpo al mío, podía sentir que estaba excitado. Toqué su miembro por encima del pantalón, lo que le provocó un sonido tan tierno, que me provocaba querer escucharlo más. Lo froté suavemente, podía sentir el calor aún por encima del pantalón. Sus manos descendieron de mis senos, hasta llegar a mi cintura; cuando sentí sus manos queriendo bajar el pantalón, se escuchó el sonido de la puerta.
—Lo siento, no sabía que estaban aquí —la voz de la enfermera hizo que nos detuvieramos
Me quedé fria y estoy segura que Akira también. Akira salió de la cocina y yo me arreglé la camisa.
—No te preocupes— respondí, saliendo de la cocina
Que vergüenza, no sabía dónde esconder mi cara
Al salir a la antesala, Akira estaba jugando con Kaori y Aoi, será mejor que los deje quietos. Me senté de lejos a observarlos, aunque sea de lejos quiero presenciar y disfrutar este pequeño momento en familia.