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Desperté ante la sensación del beso de Akira

—Akira…

—¿Tomaste una decisión?—su expresión aún lucía algo triste

—Me quedaré, pero no vuelvas a ocultarme algo así.

—Perdóname, no lo volveré a hacer.

—Por favor, recupera a mi hermana, es lo único que te pido.

—Te juro que lo haré, lisa.—su cálida mano acarició mi mejilla

—Sé que no debería preguntarte, pero quiero saber. ¿Qué harás con la venganza contra tu padre? Sería muy arriesgado para ti.

—Lisa, no tienes que preocuparte por eso. Ya no me importa nada más que estar contigo y nuestro bebé. 

—¿De verdad? No quiero que te pase nada.

—Solo recuperaré a tu hermana de sus manos, pero no voy a atacar por venganza. La venganza ya la descarté. Acabo de decidir lo que quiero y es a mi familia.

—¿Eso te hará feliz? Sé que has pasado por mucho para lograr todo lo que has logrado, Akira. ¿Estarás satisfecho dejando todo ahora?

—Si, mientras despierte todas las mañana así contigo, me siento satisfecho. Perdóname por todo lo que te he hecho.

—Lo importante ahora es que estamos bien y vamos a tener una familia. Será mejor que dejemos a un lado el pasado y vivamos el presente.

Akira me besó, haciéndome olvidar todo lo malo que había ocurrido.

Meses después

Hoy cumpliré 8 meses de embarazo, desde entonces las cosas han ido bien entre Akira y yo. Hoy esperamos que sea el gran día para determinar el sexo de nuestro bebé. Hemos tenido varias citas, pero no se había dejado ver. Tal parece que es como dice Akira, quiere darnos una sorpresa. Akira presiente que será una niña y la verdad yo también. Él ha cambiado mucho, se pasa en la casa conmigo, cuando sale a trabajar regresa rápido. Siempre que viene trae chocolates, rosas o me sorprende con algún regalo. Ha estado al pendiente del bebé, le canta todas las noches y le leé un libro. Utiliza ese tiempo para jugar con Aoi, ya se ha acostumbrado a esos momentos nuestra querida Aoi. Cuando aún no ha llegado Akira se nota algo intranquila rondando la puerta. Aoi al igual que yo, lo extrañamos cuando no está. No puedo sentir celos pues la entiendo, sus atenciones y cuidados han sido muchas. Ha estado más sobreprotector que nunca, no me deja hacer nada por mi cuenta. Inclusive me ha sorprendido cocinando, Jamás pensé verlo de esta manera tan dulce. Ya ha ido comprando muchas cosas más para el bebé. Hemos arreglado casi toda la habitación. El bebé se mueve mucho cuando Akira se acerca a hablarle. Todas las días al llegar se pone de rodillas y acaricia mi barriga. A veces hace largas pláticas con el bebé. Estoy segura que puede percibir que lo estamos esperando con mucho amor. Él ha estado mucho más cariñoso, siempre está sonriendo, no deja sus calenturas, creo que eso no lo puede cambiar, aunque no creo querer que cambie. No me trata como antes, ha sido mucho más gentil desde aquella noche.

Mi madre y Mr. Jefferson se ven cada vez más feliz. Tal parece que ya formalizaron su extraña relación. Cada vez compartimos todos juntos, parecemos una familia feliz. Mr. Jefferson y él han estado en busca de mi hermana. Creen haber dado con el lugar donde la tienen, pero es muy arriesgado. Mr. Jefferson no quiere que Akira se entrometa en el rescate de ella. Lo he intentado convencer de que permita que Mr. Jefferson y sus hombres lo hagan, pero no ha querido ceder. Habían planeado ir por ella en dos noches, pero Akira no está de acuerdo. De ser por él, lo haría ahora mismo. Estoy segura que lo hace por la culpa que carga, aún así no quiero que nada le pase. Estos meses de paz y felicidad han sido los mejores y no quiero que nada lo dañe.

Akira estaba visiblemente ansioso, esperando por el llamado del médico. Su manera de mostrar sus nervios era tan tierna, que estaba a punto de morir de amor. Nos llamaron con el médico, así que nos dirigimos a su oficina.

—Buenos días, Srta. Lisa y Sr. Akira.

—Buenos días —ambos respondimos al mismo tiempo

—Todos sus resultados están muy bien, no tiene de qué preocuparse —el médico dirigió una mirada a Akira y comenzó a reír

En la última visita que tuvimos actuó muy desesperado, pensando que algo andaba mal en los resultados e hizo un escándalo. Dado a ese impulso es por eso que el médico actúa de esa forma.

—Hoy estamos de vuelta para ver si ese pequeño se deja ver. Esperemos que esté de buenas hoy. —nos dirigimos a la habitación donde me harían el sonograma

Akira no pierde la costumbre de cubrirme frente al médico. En todas las visitas es igual. El médico se quedó en silencio por unos minutos, lo que nos tenía a ambos ansiosos.

—Hoy están de suerte, este pequeño no desea esconderse más.

—¿Qué es doctor?—Akira se acercó a la máquina y yo miré fijamente al doctor

—Es un niña, tenían toda la razón.—el médico sonrió ante la noticia

Akira abrió sus ojos de par en par, y vi como una lágrima bajó por su mejilla. Supongo que está feliz tanto como yo. Mi emoción era tan grande que no paraba de temblar y llorar. Akira se acercó a mí y me besó la frente. Recostó su cabeza delicadamente en mi barriga.

—Te amo, lisa.

Él al igual que yo, esperamos este bebé con muchas ansias. Ya falta poco para que podamos estar juntos los cuatro

                *Desconocidos*

—A ella no le harás nada todavía, al único que quiero es a Akira. Si le haces algo a la chica, yo mismo te mato.

—¡Maldita sea!

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