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Ha pasado un mes desde que nos mudamos al extranjero. Akira y yo hemos estado juntos desde entonces. Todo ha sido normal y tranquilo en nuestra relación. Sale una que otra vez en algún viaje de negocios y luego regresa. Por otro lado, Yuji a conseguido un empleo en un café. Se siente muy cómoda y hemos estado un poco más tranquilas lejos de tantos problemas. He llamado a mi madre como de costumbre y, sin dar mucho detalle de dónde estoy. Muero de ganas de verla, pero sé que no sería conveniente en un momento como este. Si fuera por mí le pediría a Akira que la deje quedar con nosotros, pero mi madre no lo va a permitir. La he sentido indiferente cada vez que hablo del tema de Akira. Si supiera todo lo que ha sucedido, le cogería más odio a Akira y con razón. Quisiera hacerle entender de alguna manera que, a pesar de todo lo que ha pasado, Akira ha estado para mí y me a ayudado en todo. Que ya no es tan malo como parece y, que me ha tratado muy bien. Me trae rosas siempre que llega de cerrar sus negocios, salimos a divertirnos, cenamos, dormimos y hacemos todo juntos. Se podría decir que ahora sí somos una pareja normal.

Esta noche nos invitaron a una fiesta, Akira pidió que lo acompañara. Supliqué que por favor me dejara escoger el traje a mi. Quiero impresionarlo por mi cuenta, así que me autorizó. Le pedí a Yuji que me acompañe para darme su opinión y Keita vino con nosotras; ya que últimamente hemos estado muy juntos, parecemos una familia. Pensando en esa idea sonreí.

-Lisa, ¿a qué tienda quieres ir primero?- preguntó Yuji.

-Entremos a esa.

No sé nada de moda, no conozco ninguna marca, mucho menos ningún diseñador. Ni siquiera conozco mi talla y él la conoce a la perfección.

Al entrar a la tienda una mujer muy amable nos atendió y pedí algo adecuado para la ocasión, sin importar el precio. Me mostró unos 7 vestidos diferentes. Algunos con encajes, otros con diseños y uno sencillo. Había uno azul cielo que llamó mi atención al verlo y quise probármelo. La tela era muy suave y encajó perfectamente conmigo. Es la primera vez que salgo a comprar algo de ropa para mí. No tengo experiencia en eso de vestir a la moda, pero este traje era perfecto. Salí del vestidor y Keita y Yuji se quedaron perplejos al verme con el vestido.

-Pareces una princesa, lisa-dijo Yuji, mientras que Keita desvió la mirada.

-Creo que he encontrado el traje perfecto para esta noche.

Escogí el vestido con emoción. Ya quiero que Akira me vea con el puesto, pero tendrá que esperar hasta la noche.

-Quisiera que me acompañaras a mi trabajo, lisa. ¿Será que tienes tiempo? El ambiente es muy agradable y sé que te gustará - me invitó.

-Claro, vamos-nos dirigimos a su trabajo.

Sus compañeros eran muy amables, la comida lucía estupenda y el olor a café era muy delicioso.

-¿Quieres algo, lisa?-me preguntó pasándome la lista del menú-. Tenemos variedad de postres y el café que sirven es uno de los mejores que he probado.

-Sin duda el café lo quiero y este postre se ve muy apetitoso.

Me hace sentir muy feliz este tipo de salidas. Yuji se ha convertido como en una hermana para mí. Me ha apoyado en todo y ha sido realmente muy buena conmigo.

-Aquí tienes- sonrió, y miró por la vitrina-. Keita no quiso entrar- lucía desanimada.

-¿Mucho interés?-no podía parar de reír al ver su cara avergonzada. Creo que sí di justo en el clavo.

-No es eso, él me ayudó mucho y hubiera querido que entrara con nosotras, pero prefirió quedarse en el auto.

-Es muy reservado, pero no te preocupes, ya algún día podrá venir a probar estás delicias.

El café era muy dulce y el postre ni se diga. Hace mucho no comía algo así. Recuerdo cuando preparaba los postres con mi madre y mi hermana. Esos tiempos jamás los voy a olvidar. Sentí unas repentinas náuseas y tapé mi boca.

-Lisa, ¿estás bien?

-Creo que algo me cayó mal- me levanté, y corrí al baño.

No debí comer tanto. Mi barriga dolía mucho.

-Lisa, ¿Quieres ir al médico? Estás muy pálida.

-No, estoy bien. Solo me cayó un poco pesada la comida. Ya se me pasará-sentía mi cabeza dando vueltas y mi visión cada vez estaba más borrosa, hasta que perdí el conocimiento.

Al despertar estaba acostada en la camilla de un hospital. ¿Qué hago aquí?

-¿Lisa? Que bueno que despiertas-Yuji salió de la habitación a llamar al doctor y me senté en la camilla.

Mi cabeza aún daba vueltas. Mi barriga dolía un poco. Recordé cómo me sentía cuando estaba en el trabajo de Yuji. El doctor entró a la habitación y me hizo un chequeo para saber que todo estuviera en orden.

-Estoy bien, doctor. No había necesidad de traerme aquí, solo me cayó mal la comida-me senté en el borde de la camilla y el doctor me miró fijamente.

Keita entró a la habitación en ese momento y me sujetó la mano.

-Lisa, ¿estás bien? Llamaré a Akira.

-¿Para qué? Yo estoy bien. Solo algo me cayó mal. No preocupes a Akira por algo tan simple.

-Les tengo una noticia; usted está embarazada, señorita. Van a ser padres -mis ojos los abrí de par en par.

La sorpresa de esa noticia me hizo sentirme feliz, pero a la misma vez me invadieron preocupaciones y malos recuerdos. Vi que Keita salió de la habitación, tirando todo lo que había a su paso. ¿Por qué se comporta así?

-No te preocupes, yo lo busco - dijo Yuji.

-No dejes que llame a Akira, por favor -le dije antes de tratar de levantarme.

-Doctor, ¿Qué debo hacer ahora?- pregunté preocupada.

-Cuidarse, no puede hacer ningún tipo de fuerza innecesaria y debe alimentarse bien. Le daré una receta de las indicaciones que debe seguir, no se preocupe. Muchas felicidades para usted y su esposo.

-Él no era mi esposo precisamente-dije incómoda.

-Disculpe mi torpeza. Le daré los documentos de alta, pero deberá descansar. Tiene que tomar reposo. El tiempo que tiene es crítico para el desarrollo del bebé. Le recomiendo siga mis indicaciones al pie de la letra -diciendo esto el doctor salió de la habitación.

Esta noticia es inesperada. Me hace sentir muy feliz, pero tengo mucho miedo. Todo lo que viví aquella vez, esos recuerdos tan fuertes me causaban preocupación. Mis lágrimas bajaron mis mejillas y no pude detenerlas. ¿Cómo tomará Akira la noticia? ¿Será que le haga feliz? ¿Se molestará? Fueron muchas las preguntas y preocupaciones que tenía. Me siento muy feliz al lado de Akira, pero todo en nuestra vida a sido un caos. No puedo negar que me hace feliz el tener a un chiquito aquí en mi barriguita. Quiero protegerlo, no quiero que le pase nada. Quisiera saber cómo lo va a tomar Akira. Muero de la ansiedad y los nervios, pero tengo que calmarme, esas emociones afectan a mi bebé.

Yuji entró a la habitación sin decir ninguna palabra. Solo se acercó a mí y me abrazó. Su abrazo me hizo sentir mucho mejor. Salimos del hospital, les dije a Yuji y a Keita por el camino que no le dijeran nada a Akira todavía. Trataré de tener el momento esta noche. No quiero ocultarle algo tan importante. Sea la que sea su reacción, solo espero que no quiera hacerle daño a mi bebé.

Al llegar a la casa, Akira no estaba lo cual me hizo sentir un poco aliviada. Él puede leer mi mente y, si descubre que algo anda mal va a preguntar, y aún no siento la fuerza de voluntad de decirle. Fui directo al baño, quería relajarme un poco. Eso nos haría bien tanto al bebé, como a mi. Me quedé por un largo tiempo en el baño y busqué mis pastillas, las tomé y me recosté un rato. Me sentía un poco cansada.

Desperté por la sensación de un beso en mis labios, al abrir mis ojos me encontré a Akira desnudo sobre mí.

-¿Así que despertó mi corderito? ¿Me extrañaste?-me besó apasionadamente y tocó mi vagina bruscamente a través de la ropa.

-Akira, así no. No ahora. Llegaremos tarde a la fiesta.

No puedo permitir que me haga lo que siempre hace, puede lastimar al bebé, pero tampoco quiero que piense que lo estoy rechazando.

-Un rapidín. Prometo ser rápido - removió a un lado mi ropa interior, y metió sus dedos.

Quisiera más de esto, muero por estar en sus brazos ahora, pero tengo miedo de que me lastime. Sus dedos entraban profundamente y su lengua lamía mis senos.

-Por favor, ahora no. Cuando lleguemos está noche lo hacemos, ¿Si?

-No creo poder aguantar hasta la noche, corderito - sacó sus dedos y metió su pene tan profundo como siempre.

-Más despacio, por favor-le pedí.

-¿Te duele?- se detuvo.

-Sí, sé un poco más amable, por favor -le pedí con miedo de que preguntara algo más.

-Lo que ordené mi corderito-continuó moviéndose más lento dentro de mi.

Creí que se resistiría y haría todo a su manera como siempre, pero esta vez tomó en cuenta mi petición. ¿Por qué me siento mucho mejor que antes? Que Akira esté dentro de mi y sea tan amable me excita mucho. Sus besos eran muy delicados, hacían que mi cuerpo se estremeciera. Sentí que aligeró sus movimientos en ese momento, tal parece que estaba igual de caliente que yo. Es algo que no hacemos a menudo. Sentí la sensación de calor dentro de mí, era como una corriente lo que me causaba sentirme aún más excitada. Que lo haga despacio como lo hizo se siente igual de bien. Todo lo que experimento con Akira me gusta. Tiene la facilidad de que mi cuerpo se sienta de esta manera y no solo mi cuerpo. ¿Será que él se siente igual?

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