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Fecha.

Clémentine observó la sala en la casa en París en donde su padre por lo general vivía.

Desde hace mucho tiempo no venía a esta casa en donde había vivido en su infancia.

Incluso como una psiónica con una alta fuerza mental, tenía dificultades para recordar los tiempos en esta casa.

Aunque era una niña cuando su madre estaba viva.

La sala tan hogareña era diferente a la elegancia fría de la casa en la Ciudad Atlántida, pero incluso con esa decoración hogareña no había calidez, solamente frialdad.

Ella se quedó observando y pensando sobre su madre y lo que le había contado Agatha sobre la misión en la cual su madre se vio involucrada y en la cual desapareció.

Tenía curiosidad para preguntar, pero esta vez tenía otro asunto sobre el cual preguntar.

La puerta se abrió y desde la entrada su padre vestido élegamente entró observándola.

"Ya fui a despedir a tu hermano." Dijo el hombre llevando una expresión estoica.

Si le agrado tener un almuerzo con sus hijos, no lo mostró en su rostro y permaneció tan estoico como siempre.

El hombre era uno de los rangos SS psiónicos más poderosos de este mundo y era un hombre que mostraba poco sus emociones.

"Voy a viajar por el Plano Astral." Reveló Clémentine en un tono serio.

Reflexionó sobre cómo hablar con el hombre y había estado titubeando en cómo decirle que viajaría por el Plano Astral más allá del velo, pero no había encontrado el modo.

Nunca le había pedido permiso para salir a fiestas o con amigos cuando era una adolescente y menos tener una cita… Siempre se trató de mejorar su capacidad.

Sin embargo, ella entendía que su padre se preocupaba y que ahora los ojos celestes del hombre se volvieran púrpuras por la energía psiónica dejó a la vista la preocupación.

La expresión del hombre estaba completamente seria y luego se sacó la chaqueta antes de deslizar su mano por su cabello rubio.

Clémentine quiso mantener la seriedad, pero no pudo evitar dar una sonrisa.

"Eres una hija problemática." Murmuró el hombre y observándola, cuestionó. "¿No te pedí que viajaras cuando alcanzaras el rango SS?"

Fue una promesa hace tiempo y ella no había viajado por el Plano Astral más allá del velo, así que mantuvo su promesa.

Y ahora, en vez de ir por su cuenta, le estaba avisando.

"Viajaré con el Fénix. Ella me está prestando atención desde que Agatha lo mencionó." Detalló Clémentine tratando de usar todas sus cartas posibles.

Iba a ir… Tal era un hecho para ella y era lo suficiente grande como para tomar sus propias decisiones, pero no deseaba pelearse con su padre antes del viaje.

"Agatha…" Murmuró el hombre levantando la ceja y luego golpeó con su dedo la silla en donde se afirmaba. "¿Crees que el Fénix te protegerá allá fuera? Eres un rango S. No sabes lo que puedes encontrarte o si puedes protegerte."

Estaba cuestionando al Fénix, la bestia santa de China y uno de los únicos rangos SSS de este mundo… La criatura psiónica más misteriosa y fuerte de la tierra.

La manera en la que advertía daba la impresión de que conocía el peligro del Plano Astral, algo raro cuando mencionó que no era un viajero.

"Es verdad que no lo sé. Pero prefiero entenderlo al lado de un rango SSS que en solitario." Respondió Clémentine y observándolo detenidamente, le dio una media sonrisa. "Soy una Viajera, padre. La facilidad de movimiento para mí es natural."

La facilidad para viajar era increíble para ella.

Tenía una alta capacidad para los viajes y también aprendía rápido sobre cómo moverse y ella era tan hábil que podía viajar con su verdadero cuerpo por ese mundo de conceptos e ideas.

Quería aprender con el Fénix, porque quería viajar y lo haría.

"Siempre me has contradicho. Cuando te mencioné que ir a la Academia de Héroes era una pérdida de tiempo, tú fuiste. Cuando decidiste realizar tus pasantías en Zerzura, lo hiciste." Dijo el hombre mirando hacia adelante.

No era una queja o una crítica, era una mezcla de suspiro agobiado y cariño por alguien problemática.

Clémentine no pudo evitar sonreír.

A pesar de que su padre insistió en que entrara a la Iglesia del Orden, siempre aceptó sus decisiones.

"Ve y cuídate. También recuerda ignorar cualquier voz… No importa lo que veas o escuches." Dijo el hombre y observándola, añadió. "Y también espero que tengas en cuenta la idea de entrar a la iglesia."

La advertencia fue seria y Clémentine asintió solemnemente.

Incluso si iba a viajar con el Fénix, ella necesitaba estar cautelosa… Después de todo iba a ser su primer viaje.

******

En una torre mágica en alguna parte de Londres, Érica que estaba en el interior, escuchó el golpeteo de la puerta.

Al frente de ella estaba los últimos avances de su hechizo y al ser distraída, Érica chasqueó la lengua.

Estaba usando cada hora de su tiempo para desarrollar su hechizo y entrenar, dejándola básicamente sin nada de tiempo para otras tareas.

Para ella, las únicas vacaciones antes del Portal Abismal fueron su visita a Zerzura.

Por tal razón, le desagradaba que la interrumpieran en medio de su investigación.

Dirigiéndose a la entrada luego de ocultar su hechizo, frunció el ceño al sentir la presencia al otro lado.

"Bienvenida, madre." Saludó Érica a la mujer que estaba al otro lado.

La mujer tenía un cabello rubio y ojos azules y a diferencia de ella no era lacio, sino que enrulado y la mujer tenía un peinado altamente preparado.

El vestido que ella llevaba destacaba de inmediato y cualquiera que la viera levantando una ceja de manera inquisidora, se daría cuenta de que tenía una atmosfera de aristócrata.

La Duquesa Josephine la observó seriamente.

"Estás hecha un desastre." Dijo la mujer al fruncir el ceño. "¿Qué pasaría si otra persona era quien te llamaba?"

Érica que recibió la mirada fija de la mujer, giró su cabeza a un espejo cercano y se dio cuenta de que tenía el cabello desarreglado y algo de cansancio en sus ojos.

Sin embargo, este no era el peor estado en el que podría haber estado.

"No pasaría nada, madre. Quizás mencionara que soy guapa. Algo que heredé de ti, madre." Respondió Érica permitiendo que la mujer entrara.

No le importó que su madre la cuestionara desde el principio, ya que esa clase de mujer era su madre… Alguien que le daba importancia a la apariencia y a la imagen.

Su alago relajo la expresión de su madre, quien entró y le dio un anillo espacial.

"He preparado algo para ti." Dijo la mujer y en calma, explicó. "Todos los suministros que necesitaras."

Érica tomó el anillo espacial y se dio cuenta de que era un anillo que podía guardar en otros anillos.

En el interior estaban muchos tipos de pociones y brebajes junto a ropa, comida y utensilio diarios.

Todo lo que Érica ya tenía estaba de vuelta aquí y ella sonrió al ver que la ropa era nueva y estaba encantada o tenía algunas funciones de defensa.

Era básicamente un regalo.

Su madre no era una persona que mostrara preocupación directamente, sino que lo hacía por estos medios.

"Gracias, madre." Dijo Érica y guardando el anillo, observó los ojos azules de la mujer. "No tienes que preocuparte. He estado entrenando mucho y me han aconsejado bien."

Había entrenado con Alice, Rupert, Cesar y Nicole en sus mini vacaciones en áfrica y tanto como las dos hermanas Campbell y Akira le dieron consejos.

Las hermanas también aconsejaron y si bien algunos consejos fueron algo extraños, luego Aurora le paso varios detalles a los que tenía que tener en cuenta.

No solamente se trataba de tener suministros, sino que sus ideas de los portales tenían un escenario limitado y algunos consejos que solamente alguien con experiencia podía dar.

Érica no iba a decir que tenía toda la confianza del mundo, pero estaba preparada hasta donde había podido.

"El portal ya tiene fecha." Dijo su madre de repente.

Ya tenía fecha… Érica asintió.

Ya se había decidido el día en el cual partiría y no faltaba demasiado, por tal razón Érica estaba usando todo el tiempo que tenía para entrenar o mejorar su hechizo.

El libro de notas que obtuvo le permitió a ella progresar rápido, así que con cada momento que le daba a investigar podía avanzar un paso a la vez.

Quizás eran pasos pequeños, no obstante, se acumularían y eventualmente le permitirían dar un paso para avanzar aún más.

"Se ve que tienes confianza." Murmuró su madre y observándola, titubeó y declaró. "Aun así, ten cuidado. Recuerda que es peligroso. Mantente cerca de la Directora Meredith o de Cécile."

Debía mantenerse cerca de cualquiera de los dos rangos SS y aunque Érica no era muy cercana a esas mujeres, la había conocido antes.

Era normal tener contacto con tales individuos cuando su madre era una aristócrata prestigiosa y su padre lideraba el gremio más importante de Gran Bretaña.

"Lo tendré en cuenta, madre." Respondió Érica dando una sonrisa.

Estaba nerviosa por ir al Undécimo Portal Abismal, pero lo quería hacer… Después de todo, no podía quedarse para siempre encerrada en una torre mágica, no cuando ella empezó como una maga de guerra.

******

Aurora en la sala principal en el edificio de Zerzura revisó su peinado y luego su ropa.

Llevaba una chaqueta y una camisa que estaba más cerca de estar del lado formal, que del lado cómodo y ligero.

Ella volvió a revisarse.

"Sabes que no tiene que ir si quieres, ¿cierto?" Preguntó Alice que la observaba desde atrás.

Ayer conoció a su cuñada… Tal idea era tan aterradora como la nota que le había dejado.

Algo había sucedido en la torre mágica de su hermano y aunque Aurora no pensaba demasiado del tema, su hermano era un mago reconocido mundialmente.

Todos se volvían loco por sus secretos y si alguien pudo hacer algo en la torre mágica delante de la mirada de una Primordial… Entonces era grave.

"¿Y qué quieres que haga? ¿Que ignore todo?" Preguntó Aurora levantando su ceja.

"Bueno, lo has estado haciendo hasta ahora." Respondió Alice y dando una sonrisa, señaló. "No te preocupes, te acompañaré."

Aurora observó la sonrisa burlona de su hermana.

Se estaba divirtiendo al verla a ella tan nerviosa y la manera que se preparaba, pero Aurora no dijo nada… Después de todo, le agradaba que Alice la acompañara y estuviera a su lado.

Su hermana tenía una actitud mucho más ligera cuando se trataba de estos asuntos y Aurora iba a ir, ya que necesitaba averiguar lo que sucedía.

Esta vez no podía ignorar todo como siempre estuvo haciendo y necesitaba enfrentarlo.

"¿Vamos?" Preguntó Alice en calma.

Aurora le dio una mirada seria y…

"¿Vas a ir de esa manera?" Preguntó Aurora frunciendo el ceño.

Alice llevaba ropa casual, pero nada formal y parecía que iba a comprar a la esquina en vez de visitar una torre en donde podía encontrarse una Primordial.

La respuesta de su hermana a su nerviosismo fue una risa descarada que se transformó en una carcajada.

Aurora se puso roja de vergüenza.

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