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39-{No deseado}

Salió mareada, llorando, sintiéndose mal y culpable ¿Qué se supone que iba a hacer con un bebé? El ginecólogo le explicó con cada detalle cuánto tiempo de embarazo tenía, las fases de este y todos lo síntomas, sobretodo que había un inconveniente, tenía mucho riesgo de tener un aborto, debía de cuidarse mucho.

Tenía ganas de devolver, muchas ganas, se sentía muy perdida. No le gustaba la idea de tener un bebé a tan temprana edad, no quería desgraciarle la vida a Jason tampoco. Así lo veía ella como una desgracia. No quería abortar pero tampoco deseaba tenerlo. Pensó en sus futuros planes;  la empresa de la familia, la arquitectura, la universidad, Jason, amigos, familia. Si realmente decidía tenerlo, gran parte de sus planes se retrasarían o tal vez se iría al garete.

Mariah percibió como el color de Daphne cambiaba, estaba pálida y asustada como si hubiera visto un espíritu. Su tez se estaba tornando blanquecina.

—Daphne siéntate, voy a tratarte agua , no luces nada bien. Espérame aquí. — La joven parecía ida, como si no la escuchara. Mariah fue corriendo a buscar agua, se sentía mal por su amiga.

                             ….

Decidió llamar a Jason, con sus manos temblorosas, no pretendía estorbar el futuro de su novio, ni ninguno de sus proyectos. Con lágrimas en los ojos y llorando sin parar, sintió como tuvo que tragar impresionada al escuchar a Jason desde la otra línea telefónica.

— Hola nena ¿Cómo va?

La chica lamentó dentro suyo, notando su corazón despedazandose lentamente y es que así se sentía como si su dignidad se hubiera desplomado por los suelos. Estalló en llanto, rota por dentro y muy vulnerable, no sabía si era por el bebé, por la decisión que iba a tomar, o por lo cobarde que llegaba sentirse en este momento. Permanecía quieta lloriqueando, captando la atención de la gente que rodeaba la zona de la entrada de la clínica privada ,mientras sostenía el móvil con muy pocas fuerzas.

Jason preocupado al escucharla llorar de tal manera exclamó alarmando, también algo espantado.

—¿Qué sucede Daphne? — sonaba tan fuerte que la chica tuvo que apartar el móvil de la oreja.— ¿Por qué estás llorando? ¿Estás corriendo peligro? — Prosiguió al recordar que Juliette rondaba por ahí, esa criminal estaba suelta ¿Y si le estaba haciendo daño?

Aún así sollozó más fuerte incapaz de dialogar, como una niña que se ha hecho daño jugando en el parque.

—Joder…¡ Habla maldita sea! Me tienes preocupado ¿Esa hija de puta te ha hecho daño? — interpeló refiriéndose a Juliette.

—Jason… Tenemos que dejarlo, yo… —se apartó las lágrimas bruscamente —, yo no puedo seguir a tu lado, solo seremos un estorbo en tu vida.

Al escucharla hablar de esa manera exhaló aire nervioso ¿Que estaba diciendo ahora?

—Daphne, ¿Juliette te está obligando a dejarme ? ¿Estás con ella?

— ¿Juliette?

Jason decidió quedarse callado, ella no sabía nada así que era mejor contarlo más adelante.

—Escucha, ¿Por qué diablos me quieres dejar? ¿Esque te has vuelto loca? — desvió el tema.

Limpió sus lágrimas y se sonó la nariz, estaba muy afligida.

— Ya te lo dije antes, gracias por estar en mi vida, eres mi primer amor y siempre estarás en mi corazón— lloró aún más, maldita sea lo estaba dejando. Colgó. Sin rodeos, apagó el móvil así a Jason no le daba tiempo a responder.

«—Se había terminado… Todo se ha ido a la mierda— pensó lamentando una y otra vez»

Estaba muy mareada, casi no podía respirar, aparte de acabar su relación con Jason así de esta forma tan rápida, tenía un embrión dentro.

No sabía cuál de las dos es peor.

Después de derramar un montón de sollozos mientras tenía la mano en la barriga, se percató de que tenía mucho dolor y sangre deslizándose por su muslo, no estaba muy consciente, poco a poco se encontraba frágil, incomodada, no veía con claridad. Empezó a chillar del dolor tan fuerte acompañado de lo que antes era sangre, ahora era una hemorragia.

Aterrorizada gritó el nombre de Mariah, pero su amiga aún estaba comprando la botella. Casi no tenía voz, se estaba desmayado y cada vez gimoteaba más fuerte por el dolor. La gente corrió para auxiliarla. En seguida se aglomeró más,mientras una de las personas entraba a la clínica para dirigirse a urgencias.

—¿Cómo te llamas? — preguntó el chico que la estaba ayudando. Pero ella era incapaz de responder, cerró los ojos, no podía hablar del dolor tan grande.

— Se está quedando inconsciente, el personal de urgencias vendrá en seguida — habló una de las personas muy preocupadas.

«Jason…»

Eso fue lo último que dijo antes de desmayarse por completo.

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