Caminar sobre el verde del jardín de alguna manera se sentía rebelde, el aire que con frecuencia golpeaba mi rostro o una caricia dejaba una sensación de tranquilidad. El sonido lejano de una autopista parecía susurrarle al viento secretos que solo algunos podían escuchar. A mi alrededor, mujeres y hombres de todas las edades reían a carcajadas a chistes lamentables que la figura contaba.
Sus cuerpos parecen escurrirse pero sus rostros solo mostraban felicidad. Sin palabras, con máscaras que sonríen sin malicia, vestidos como muñequitos en un aparador para los que observan desde fuera. Una blanca mentira que solo buscaba servir como cortina. Con su tela y encaje, como decoración que se le pone a un gato muerto.
En el jardín se encontraban los bien portados, los que no buscaban salir del hoyo en el que se encontraban. Mi derecho de participar se había confiscado desde el incidente con...la basura. Sin embargo me encontraba en las afueras mientras los sacos de huesos estaban siendo llevados a la parte más baja del edificio. Los otros tomando sus pastillas para dormir, y el resto, los mejores, practicando su comportamiento para las visitas de mañana. Cada año sin excepción y solo por un dia, se había organizado un evento convocado desde lo más profundo del corazón del CEO.
Apesar de que esto pueda parecer un evento de caridad, no te dejes engañar por los adornos. Incluso con una sonrisa, un muerto no deja de estarlo.
Este evento solo tiene como propósito cubrir la mierda detrás de las paredes, solo los que abandonaron su alma saben la verdad en su totalidad.
Caminando sobre la línea que los faroles alumbran, golpeando con mis sandalias las piedras que parecen muy grandes. Dando pasos cortos y lentos, buscando un "nada" entre la tierra y el césped. Mirando de reojo la sombra que recae en los costales que permanecían sentados y atentos a un escenario vacío. La obscuridad de la noche parecía darnos vida. En el césped al igual que yo, habían otros que deambulaban en el jardín disfrutando del aire que no podrían tener hasta que el dia de mañana terminará. A pesar de que antes muchos de nosotros no habíamos puesto un pie fuera por un tiempo, eventos como este siempre son añorables. Las personas son amables, apesar de que la mayoria son solo niños sin carácter propio, estar cerca de ellos, al menos a mi, me resulta medicinal.
Continue en mi camino hasta que llegue a una parte donde la luz no me espiaba. Me senté en el césped y observe a los locos que rondaban el lugar. Entre muchos de ellos, había un maníaco que trataba de escalar un árbol. Bajo el en las raíces, una niña que lo observaba. Ellos se encontraban lejos de mi, lo suficiente para no poder ver sus rostros. Pero incluso a esta distancia podia ver como todo de ella a excepción de su voz le gritaba que se mantuviera a salvo.
verlos se sintió como tragar una piedra. pero incluso mi orgullo no pudo impedir satisfacer mi curiosidad. mi mirada persiguió a aquel hombre hasta donde su cuerpo le permitió. la niña aun lo veía con preocupación. pero no hacia nada mas que observar con miedo. no parecia actuar, si lo hacía era inútil pues él no podía verla. se preocupaba pero no hacia nada al respecto.
-Ser covarde no es un pecado…..pero deberia serlo, si el cae, su dolor y pena recaera sobre ti. ha..soy un hipocrita
el joven se levanto y camino colina abajo asta ellos.
-Parecen ninos..
el joven continuo en su camino.