La risa melodía ce Anna al escuchar esa pregunta sonó en armonía con el entorno.
-Casi podría decir que estas interesado en mi - siguió riendo con solo pensarlo- el vino de la cena le sentó mal señor Lee.
El oírla reír así despertó la fiera dormida dentro de él y se acercó muy suavemente a su oído y le susurro.
- ¿Y si es verdad?¿ y si realmente estoy interesado en ti?- lo sensual de su voz hizo que las terminaciones nerviosas de Anna se pusieran en alerta automáticamente, pero decidió hacer como que no notaba lo serio de su respuesta.
- Venga ya, no me hagas reír más, sé que a ti ahora mismo te deben de rodear un gran grupo de mujeres y lo siento amigo mío, yo no soy una de ellas.
- En serio, que pena, quería ver si me ibas a perseguir como el pasado.
- Desde luego tienes mucha imaginación, ya mi tiempo de averiguar tu horario y verte desde la distancia, ver todos tus partido daba igual el deporte, eso ya pasó, ahora tengo muchas cosas en mi cabeza y una carrera por delante.
- En serio me seguiste a mis partidos...
- Por supuesto, era tu fan y hice bien mi trabajo de fan... la verdad ahora que lo pienso mira que perdí mi tiempo siguiéndote.
-Como puedes decir eso, me gusta la idea esa de que yo sea tu sol, y orbites a mi alrededor.- esa expresión solo los hizo sonreír.
- La verdad si hubieras fijado tus ojos en mi, ahora sería una esposa esclava, casi seguro, y tu estarías mas que aburrido de mi, así que mejor que deje de orbitar a tu alrededor para brillar por mi misma.
- Supongo que tienes razón, debí de estar muy ciego para no ver a la mujer hermosa que me miraba.
- Más que ciego estabas cegado por las luces de la gran ciudad, habían demasiadas bellezas a tu alrededor, es más pensé que ya estarías casado con alguna de ellas.
- Probablemente eso hubiera pasado si no hubieras venido a mi habitación esa noche, pero al hacer eso, me obsesioné con saber quien eras y deje de prestar atención a esas chicas superficiales que se me acercaban.
- Supongo que sin quererlo también influí en ti.
- No lo sabes bien, supongo que también es el momento de confesarme yo también, te busqué mucho, pero te fuiste sin rastro, y como Lu dijo que no te conocía pues no se me ocurrió volver a preguntarle, fuiste un dolor de cabeza bastante grande, un problema sin respuesta, después una vez terminé la universidad mi padre me dejo el puesto en la empresa y así el trabajo me robo todo el tiempo, y ya no pude ver ni buenas ni malas chicas, mi tiempo de descanso solo duermo.
- Pero si no recuerdo mal ibas muy bien acompañado en la gala.
- Ella es la modelo de la campaña promocional de uno de los centros comerciales, es una opción bella y disponible para unas horas sin ganar energía.
-Entonces las mujeres somos un gasto de energía... nunca hubiera pensado en nosotras así, y esta cita entonces debe cubrir un gasto muy grande.
- Por supuesto, has gastado mi dinero, mi tiempo y hasta me robas el calor... eso en números es un gasto terrible. - la sonrisa en su cara era un signo mas que claro de que se estaba divirtiendo con la respuesta.
- Pobre niño, obligado a comerse la verdura por su abuela- la expresión de madre dándole palmaditas el la cabeza era tierna, intima y divertida a partes iguales.
Hablaron y rieron durante un rato más, como si su relación se hubiera forjado en esos años de colegio, se compenetraban y tenían un humor muy parecido, cuando llego el momento de volver a la realidad, ninguno quería irse realmente, pero Ryo la llevó hasta su coche, quería llevarla a casa, pero Anna necesitaría su coche y no podía dejarlo en el aparcamiento del restaurante.
Cuando ambos salieron del restaurante cada uno en su coche, ambos tuvieron una sensación de ruptura, Anna se negó a pensar en ello, era como admitir que todavía estaba enamorada de él, y Ryo tomó la decisión de que esta vez sería él el que orbitaria alrededor de ese sol brillante que era Anna.