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Capítulo 3. Dulces Sueños Interrumpidos

編集者: Nyoi-Bo Studio

Cuando Shen Ying volvió a su cabaña, ya era medianoche. Abrió las mantas, entró a la cama y dio un profundo suspiro de alivio, por fin todo estaba en calma.

Habían sido ya cuatro meses desde que había transmigrado a este mundo, y aún no tenía ni idea de donde estaba ubicado este lugar lleno de árboles extraños. Teniendo un horrible sentido de la orientación, había pasado varios días vagando dentro del bosque, sin poder encontrar ningún ser humano. Había pasado hambre luego de enfrentar a la naturaleza durante días, hasta que finalmente encontró a un par de cazadores que escalaban la montaña. Las batatas que le dieron consolaron temporalmente las protestas de su estómago.

Al principio la invitaron a dejar la montaña con ellos, pero la esperanza de que podría transmigrar de vuelta a su mundo con algo de suerte hizo que rechazara la oferta. Volvió a la cabaña, esperando que eso sucediera algún día. A pesar de su aspecto viejo y lamentable, como si fuera a caerse de un minuto a otro, la cabaña de paja había logrado mantenerla protegida del viento y la lluvia. Después de quedarse algunos días, la persona hogareña en su interior salió a relucir, y perdió todo deseo de moverse.

Quién hubiera adivinado que, una vez que empezó a encerrarse en aquella cabaña, iba a durar cuatro meses. Viendo que no podía regresar y que ya se habían acabado las batatas que le habían dado, no tenía otra opción más que salir y buscar comida.

En las profundidades del bosque, no podía distinguir entre lo que era comestible y lo que no lo era. Había varios animales pequeños que parecían un poco sobrealimentados, ya que eran más grandes de lo normal. Además, se dio cuenta que podían hablar.

Al ser atea, esto le impactó en un principio. Sin embargo, a medida que su hambre persistía, se preocupaba cada vez menos de poderes extraños y deidades. Si ya había transmigrado a un mundo diferente, ¿Qué tan difícil sería para ella el aceptar que algunos animales eran algo distintos?

Eso era todo hasta que se encontró con un conejo negro que estaba mordiendo a alguien, al cual le dio una paliza, y al hacerlo, salvó a la persona que estaba siendo atacada. Al mirar más de cerca, se dio cuenta de que aquella persona se le parecía familiar, eran los cazadores que le habían dado las batatas. En ese momento, se dio cuenta de que aquellas pequeñas criaturas en realidad eran demonios que devoraban gente.

El grupo de cazadores creyó que ella era una deidad y le agradecieron profusamente. Esta vez no la invitaron a dejar la montaña. Elogiaron sus acciones de matar a demonios y la animaron a matar más para impedir que devoraran humanos, mientras ellos le daban aún más batatas.

Por su parte, Shen Ying tenía la intención de dejar la montaña desde un principio —…

-_-|||

Al ver las batatas en sus manos, le daba demasiada vergüenza decir que quería marcharse. A partir de entonces, comenzó una vida de cazadora de demonios, comenzando por matar aquellos animales pequeños de aspecto extraño, al menos su carne tenía mejor sabor que las batatas.

╮(╯▽╰)╭

Una vez que comenzó a cazar, se dio cuenta que había algo distinto en su cuerpo. Nunca había cazado antes y, aun así, no importaba el tipo de criatura extraña que se encontrara, era capaz de capturarla fácilmente. Su fuerza era tan grande que ni siquiera ella se lo creía.

Algunos de estos animales incluso tenían habilidades especiales como escupir fuego, agrietar el suelo con sus patas, etcétera. Sin embargo, estas habilidades parecían ser inútiles contra ella. El fuego a lo más lograba dañar los bordes de su ropa, mientras que aquellos seres que abrían la tierra sólo acababan por sepultarla un poco antes de que ella lograra volver a subir. Hasta había veces en las que deliberadamente se dejaba morder y las bestias terminaban con la boca llena de colmillos rotos.

Su piel lucía exactamente igual a como era antes, y, aun así, sus oponentes simplemente no podían dañarla. Al principio, creía que se debía a que los animales eran demasiado débiles. Hasta fue a tratar de levantar un árbol centenario que se encontraba detrás de su cabaña, y terminó sacándolo a pesar de que tenía las raíces profundas y entrelazadas, y lo hizo con el mismo esfuerzo con el que sacaba un cebollín. Acabó arrancando las docenas de árboles que rodeaban su cabaña, y como resultado, había limpiado, de manera conveniente y cómoda, su propio patio.

-_-|||

A fin de cuentas, era capaz de reconocer algo hasta el momento, y era el hecho que quizá podría ser invencible en este mundo

Sentía que estas diferencias entre este otro mundo y la Tierra eran absolutamente normales, tal como la Tierra y la luna tenían gravedades diferentes.

Siendo muy honesta, después de descubrir este problema, había querido encontrar a alguien para verificar que en efecto había deidades en este mundo, pero para su desaliento, apenas había encontrado un puñado de gente en todo un mes. Su carácter siempre había sido despreocupado: siendo amables se podía decir se adapta fácilmente a las circunstancias, pero si somos francos, ella nunca se esforzaba por progresar y era una persona casera, muy perezosa. En resumen, su vida carecía de cualquier propósito.

Aunque sus habilidades culinarias no eran exactamente fuera de este mundo, ya que la comida por lo general terminaba quemada o sobre cocida, al menos no pasaba hambre. El comer carne de animales que podían hablar se sintió un poco incómodo, pero a medida que comía, más se acostumbraba a ello.

╮(╯_╰)╭

—Mucho… sueño —Shen Ying estiró sus perezosos huesos, la somnolencia la embargaba en lo que tiraba de su vieja y andrajosa manta. Esta noche había sido especialmente cansadora y al fin podría seguir durmiendo. Idealmente nada más volvería a molestarla.

Con esa idea en su mente, cerró sus ojos. Y justo en ese momento, un repentino estruendo la sacudió.

Un relámpago golpeó el techo de la cabaña, el cual se hizo trizas, dejando un gran agujero. Se escuchaban los crujidos de la vivienda mientras el heno salía volando por todas partes. Una gran parte de la cabaña quedó deshecha después de la caída del relámpago, dejando sólo una pequeña parte intacta, justo sobre su cama.

A pesar del estruendo, Shen Ying no movió un músculo

Fue entonces que sintió un estruendo, seguido por una persona cayendo al patio, salpicando sangre por todas partes. Su camisa, originalmente blanca, tenía la mitad manchada con sangre y poseía varias heridas.

—Jajaja …—una risa arrogante sonó en el aire, y luego una sombra negra aterrizó despacio sobre las ruinas de la cabaña de Sheng. —Joven Yi Qing, ¿No querías aniquilar demonios y defender el Dao? ¿No ibas a matarme? ¿Por qué no has hecho nada al respecto?

—Rui Mi …—el hombre que había caído al patio apenas se ponía de pie, pero la gravedad de sus heridas le hacía casi imposible mantenerse derecho. —Tú, Demonio, ¡Usar almas humanas para ofrecerlas en sacrificio al Estandarte Devorador de Almas es un acto condenado por nosotros, los cultivadores ortodoxos!

—Meh... ¡Todavía insistes en eso! —la persona de negro resopló con frialdad. —Yi Qing, sólo porque te cultivas en la espada, me perseguiste por tres días y noches seguidas, que casi hicieron que el Estandarte Devorador de Almas fuera destruido, con el enorme trabajo que me llevó crearlo. Sólo por eso, ¡Te sacrificaré al Estandarte para apaciguar mi odio hacia ti!

El Estandarte Devorador de Almas era alzado mientras la persona decía aquellas palabras. Docenas de relámpagos se dispararon en dirección al patio. No sólo el hombre salió golpeado hasta quedar sin fuerzas, sino que también se formaron varios cráteres de tamaño considerable en los alrededores.

Shen Ying frunció el ceño —Mi patio…

—Jajaja …¿Cómo se sienten las auras demoníacas entrando en tu cuerpo? —la persona de negro dijo con una leve risa. —Los esfuerzos que invertí en montar este conjuro recolector de almas por tres días para atraerte no han sido en vano.

—¡Eres despreciable!

—Nadie te pidió que te entrometieras. —Rui Mi respondió en tono burlón. —Sólo mataba unos cuantos mortales. Si ni siquiera la Secta Cielo Oscuro lo cuestiona, ¿Quién eres tú para interferir?

—¡Tonterías! —Yi Qing vomitó algo de sangre, sintió que apenas le quedaba un poco de Qi Espiritual. Nunca había imaginado que ese cultivador demonio tendría las agallas para establecer un conjuro recolector de almas en la entrada al Reino Demoníaco. Su propio descuido dio como resultado dejar entrar en su cuerpo aura demoníaca, la que disipó su Qi Espiritual completamente. Lo habían emboscado con éxito y ya se encontraba herido gravemente. Aunque él era solo un cultivador itinerante, cultivaba el tradicional Camino Dhármico y buscaba el supremo Gran Dao. ¿Cómo podría quedarse de brazos cruzados mientras un demonio capturaba almas humanas? ¿Acaso las vidas mortales no son vidas también?

Como una secta con un glorioso inmortal, era imposible para la Secta Cielo Oscuro ignorar tales asuntos; tan solo debían descubrir el hecho.

—Olvídalo. ¡Ya que estás convencido de cortejar a la muerte, te la concederé hoy! —Rui Mi levantó el estandarte con su mano, listo para atacar.

—Oye, …—una suave voz femenina sonó a su derecha.

—¿Quién es? —Rui Mi se desconcertó. Volteó su cabeza con violencia para revisar, pero todo que vio era a una persona cubierta en polvo con una manta encima. Su cuerpo se veía muy sucio y su pelo desordenado tenía varios trozos de heno enredados. Su corazón se contrajo por un momento, era una mujer. ¿Desde cuándo estaba ahí? ¡Incluso a su nivel de cultivación, no la había detectado en lo absoluto!

La examinó de una mirada y luego se dio cuenta que estaba desprovista de cualquier cultivación. Para su alivio, solo era una mortal.

—No puedo creer que haya un mortal viviendo en lo profundo del bosque montañoso. —los labios de Rui Mi formaron un extraño arco. —Más material para sacrificar al Estandarte.

—¡¿Qué pretendes?! —Ante aquellas palabras, el hombre en el piso cayó en la provocación y usó todo su poder para avanzar a rastras, gritando, —¡¿Todavía quieres seguir dañando gente?!

—Que amable eres. —Rui Mi mostró desdén en su rostro. Caminó en dirección a Shen Ying y dijo, —¡Mira cómo estás, y aun así quieres salvar a otros!

—¡Detente! Rui Mi, es sólo un mortal.

—JeJe…—su sonrisa se volvió más amplia. —Mi Estandarte Devorador de Almas no es quisquilloso con las almas de mortales.

—¡Oiga! ¡Señorita, comience a correr! ¡Esa persona es malvada! —el hombre en el suelo trató de agarrarlo por los pies, pero no tenía fuerza alguna como para detener los pasos de Rui Mi. Sólo era capaz de gritarle a Shen Ying para que escapara cada vez más fuerte.

—Mmhh, ¿Acaso tiene alguna posibilidad de escapar?

—¡Detente!

—Solo pensaba que…—Shen Ying se quitó la manta y dejó ver sus cejas fruncidas. —¿Pueden meter menos ruido? Ya es muy tarde.

Rui Mi había llegado junto a su cama. Al oír tal comentario, soltó una suave risa y dijo, —Jeje. ¡Mira niña, voy a darte la tranquilidad que pides! Del tipo que dura para siempre.

Levantó el estandarte en su mano que al instante chispeó en relámpagos …

Shen Ying al mismo tiempo se levantó, soltando otra vez un largo suspiro. Estiró su mano tranquilamente, la que pasó a través de los relámpagos, para agarrar al contrario por el cuello.

—¿Ah?

Rui Mi quedó estupefacto, antes de que pudiera reaccionar, comenzó a sentir que el mundo giraba alrededor de él.

Shen Ying lo había tomado por el cuello y lo arrojó a la derecha, golpeándolo contra el suelo. Cambió el agarre, y luego lo arrojó a la izquierda, como si de un saco de patatas se tratara. Nuevamente, a la derecha y a la izquierda, el bosque entero se llenó de ruidos de azotes junto con infelices quejidos.

—Ya había dicho que tengo mal genio cuando despierto. ¡Quién le pidió que interrumpiera mi sueño! ¡Quién le pidió que interrumpiera mi sueño! Quién le pidió que interrumpiera mi sueño …

Yi Qing observaba sin decir palabra.

¿Estaba… delirando?

Pero antes de que su mente pudiera registrar la escena ante él, la oscuridad se apoderó de sus ojos y finalmente, se desmayó.

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