Hércules me rodea con su brazo alrededor de mis hombros y me atrae más para sí. Con eso marcaba territorio, como todo un macho alfa.
Sentí placer al ver que se comportará realmente como si fuera mi esposo. Traté de ocultar lo que sentía, pero fue algo imposible de sacarlo en mis ojos.
Darcy intercambia una mirada significativa con Lizzy, y no podían creer lo que estaban viendo con sus propios ojos.
-- Pensé que te ibas a retirar del negocio de envíos a domicilio-- recalca lo que fue una decisión del pasado, Darcy.
-- Bueno, sucedieron un par de cosas por las cuales me obligan a comprar juguetes-- y me encogí de hombros, tratando de sacarle importancia.
-- Bueno-- toma la palabra Lizzy--. Tenemos lo más nuevo y mejor juguete que sería el mejor amigo de toda mujer casada-- y trata de quitar la tensión del ambiente.
Nos llevan a la sala exhibidora y era alucinante.
Sentí la presión que ejercía el brazo de Hércules. No le gustaba mucho que digamos el hecho de que me gustara las armas.
Seguí los consejos de esos dos, me dieron a entender cuál había sido mi gusto particular cuando los visitaba.
Pagué en efectivo, había llevado lo suficiente para hacerlo y pedí que lo enviarán al hotel.
Cuando regresamos, estaba sacándome las cosas del disfraz cuando Hércules me detiene.
-- No me gusta-- y no dijo más nada.
-- Crees que a mí sí?-- pregunté--. Ivanhoe me hizo así, yo al parecer traté de impedirlo-- traté inútilmente de hacerle entender--. No quiero recordar a todos los que posiblemente maté en su nombre.
Bajé la cabeza para evitar ver la expresión de Hércules. Sabía que me desaprobaba.
-- No entiendes-- menea la cabeza en señal de desaprobación--. Lo que no me gusta es que solamente elegiste armas para tí y no para mí.