¡Quiero privilegios como prisionero de guerra!

El ambiente estaba animado con un ímpetu excitado. Una sucesión de ovaciones llenó de energía todo el Terreno Protegido.

Algunos de los seres vivos que escucharon los fuertes rugidos no sabían lo que estaba pasando. Ciertamente, era raro que algo por el estilo ocurriera dentro del Territorio Protegido.

—¡PATEADLE LOS HUEVOS HASTA QUE REVIENTEN!

Los rostros de todos se tensaron mientras observaban al incapacitado Rey Soberano del Trueno.

Las miradas eran tan intensas que culminaron en un rayo de luz concentrado. En el momento en el que el Rey Soberano del Trueno sintió ese rayo concentrado, su corazón no pudo evitar temblar por un segundo. Para ese Rey Soberano del Trueno que había aterrorizado a los seres vivos toda su vida, aquel fue un sentimiento que jamás había experimentado en el pasado.