Como dice el refrán, a veces cuatro cabezas son mejores que dos. Xinghe y Mubai estaban ocupados descifrando el sistema y no tenían tiempo para preocuparse por otra cosa y ahí fue donde SamLobo intervino.
Como no tenían nada con lo que ocuparse, era mejor que pensaran un poco. Mientras Mubai y Xinghe trabajaban en las computadoras, SamLobo se reunió para una sesión de lluvia de ideas. Cada uno de ellos realmente proporcionó algunas sugerencias, pero ninguna de ellas parecía funcionar. Después de todo, el mundo entero estaba buscando maneras de lidiar con He Lan Yuan. Varios billones de personas no podían encontrar una solución y mucho menos ellos cuatro.
Sin embargo, esto no significaba que se dieran por vencidos. Mientras Xinghe y Mubai se tomaban un descanso para almorzar, Ali y su grupo se acercaron para proponer sus ideas. Xinghe estaba ligeramente sorprendida.
—¿Tienen algunas ideas para resolver esto?
Sam asintió.
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