Xinghe notó su reticencia y preguntó con las cejas levantadas: —¿Qué está mal? ¿Malentendí lo que quisiste decir?
Bien, mencioné algo con ese propósito.
Pero el lapsus fue solo para ayudarte a ganar la discusión… No lo dije realmente en serio.
Su abuelo también lo interrogó: —¿Tú realmente estás de acuerdo en que se lleve al niño?
—Lo hizo, usted lo escuchó, ¿no es así? —intervino Xinghe, tomando ventaja del silencio de Mubai.
Xi Gang la miró severamente.
—No hables si no se te pide. ¡Solo estoy interesado en su respuesta!
—¿No le respondió ya? No hay otra forma de interpretar lo que él dijo —respondió Xinghe prácticamente.
Mubai no tenía palabras.
La distancia a la que ella iría para torcer mis palabras. ¿No es eso un poco demasiado...?
—Bien, dime, ¿estás de acuerdo o no?
El abuelo Xi tenía su mirada puesta en Mubai. Era como si en el momento en que él asintiera, fuese a desheredarlo como su nieto.
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