Merlos había recibido la aprobación. Se sentó frente a Alvin, arregló su juego de cartas y se burló: —Como quieres darme dinero gratis, te concederé tu deseo.
—Jajaja, aún no se sabe quién perderá —Alvin se rio a carcajadas.
Su risa se escuchó en toda la cabina. Los otros pasajeros lo miraron.
Los dos comenzaron la ronda, la cual rápidamente se volvió intensa. Alvin se apresuró a familiarizarse con los demás y hablaba en un tono como si ya fueran amigos muy cercanos. Después de la etapa incómoda inicial, la atmósfera pronto se volvió armoniosa mientras conversaban y bromeaban entre sí.
Han Xiao miró a Alvin de principio a fin, se aseguraba que no tuviera motivos ocultos. Al mismo tiempo, activó discretamente el detector de metales y el detector de ondas en caso de que tuviera algunos dispositivos.
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