Era un enorme Ruc que aparecía trepando entre las nubes y la neblina.
Las alas del Ruc que eran como nubes que cubrían el cielo estaban desplegadas y su porte imponente se disparaba hacia el cielo como un arcoíris.
Los ojos feroces del Ruc miraban fijos a la jovencita de ropas amarillas que estaba en lo alto del cielo.
—Eh. La joven de ropas amarillas se sorprendió al ver al Ruc. —Nunca imaginé que conocería una bestia demoníaca con el linaje del Gran Ruc Alas Doradas...
¡Gran Ruc Alas Doradas!
El Ruc entrecerró los ojos al oír a la jovencita de ropas amarillas y le contestó mediante transmisión de voz:
—Jovencita, ¿quién eres? ¿Has podido detectar que soy descendiente del Gran Ruc Alas Doradas?
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