A pesar de que Ye Xiu no tenía un celular, utilizaba frecuentemente QQ como herramienta de comunicación. Cuando se retiró, mucha gente le había enviado mensajes, pero él los ignoró a todos. En aquel entonces, Mo Qiang también le había preguntado al respecto y, ahora que había sido contactado, aprovechó esta oportunidad para conversar.
—Es una larga historia. ¡Hablemos de ello cuando esté menos ocupado! —. Ye Xiu evitó el tema.
—¿De verdad estás planeando crear tu propio equipo? —preguntó Mo Qiang.
—He pensado en hacerlo —dijo Ye Xiu.
—¿Entonces esto es para ayudar a recaudar dinero para ello? —preguntó Mo Qiang.
—No del todo —contestó Ye Xiu.
—Parece que no te está yendo bien. Este hermano no se quedará con la mitad. Sólo tomaré las ganancias de dos de las cuentas —dijo Mo Qiang.
—¡Gracias! —. Ye Xiu no se negó.
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