—Yo, yo, yo... Estaba en una situación muy estresante, ¿de acuerdo? Eso no cuenta… No quise decir eso —dijo Huo Mian nerviosamente.
—¿De verdad? ¿Cómo es que no pude decirlo? Cómo es que pensé que... ¿Parecía que no tenías miedo de morir? Realmente sabe un par de cosas sobre amenazar a su propio esposo. Doctora Huo, realmente la subestimé antes.
Pensando en lo loca que estaba actuando Huo Mian en ese entonces, Qin Chu todavía se sentía asustado.
Ni siquiera se tomó tanto tiempo para pensar en ello antes de exigir que Qin Chu fuera a rescatar a Porotito primero.
Como madre, estaba dispuesta a arriesgar su vida por su hija. Esto era algo que cualquiera podía entender.
Sin embargo, como su esposo y el hombre que más la amaba, no pudo aceptar esto. Que su esposa decidiera dejarlos tan fácilmente y fuera lo suficientemente egoísta como para dejarlo solo con dos niñas de tres años, Qin Chu pensó que era extremadamente cruel.
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