Al escuchar esto, el señor Luo inmediatamente movió los documentos con una sonrisa.
—Señorita Huo, si está satisfecha, por favor firme estos documentos para llegar a un acuerdo privado. Le pediré a mi cliente que transfiera el dinero a su cuenta.
—¿Pero pueden 700.000 Yuanes comprar la salud de mi hermano? Su cerebro fue dañado de manera casi incurable, y podría haber quedado discapacitado permanentemente —inquirió Huo Mian fríamente, fulminando con la mirada al abogado.
Sintiendo un cambio en su tono, el Sr. Luo quedó desconcertado. Acomodó sus anteojos y dijo: —Sentimos mucho el accidente. Mi cliente había bebido en ese momento. No fue su intención causar daño, y él se siente muy compungido por toda la situación.
—No creo que sea ese el caso. No solo huyó, si no que aún no ha mostrado su cara desde el incidente. Si las consecuencias no fuesen tan severas, tal vez ni si quiera se hubiera responsabilizado.
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