—No, Zhiyuan, déjame explicarlo. ¡No es lo que crees!
Usualmente, Huo Mian era una mujer muy serena. Sin embargo, cuando se trataba de los eventos sucedidos hace siete años, su mente se dispersaba completamente, al punto que se le dificultaba formar palabras.
—Hu Mian, tú no eres una mentirosa ¿Por qué le mientes a él? Deberías decirle todo lo que pasó entre nosotros en aquella época.
El tono de Qin Chu era dominante.
—Huo Mian, déjame preguntarte esto: él es tu exnovio, ¿no? Él, te tocó, ¿o no te tocó? ¿Te besó? ¿Y bien?
Ning Zhiyuan se aproximó a Huo Mian. En todo el tiempo que habían estado juntos, esta era la primera vez que ella lo veía así de serio. La expresión en sus ojos era casi homicida.
Ninig Zhiyuan y Huo Mian habían estado juntos por un tiempo, pero lo más lejos que habían llegado era tomarse de las manos y besarse; aún no habían avanzado más. Tal vez era porque Huo Mian era una chica tradicional, y Ning Zhiyuan tenía el matrimonio en mente, estuvieron dispuestos a posponerlo. Ahora, al escuchar que la mujer que adoraba como a una diosa había sido manchada por otro, él ya no podía contener su ira.
Una ola de furia sin nombre llenó el pecho de Ning Zhiyuan, dejándolo tan exasperado que el color desapareció de su cara.
Huo Mian no quería mentir a Ning Zhiyuan. La habían besado en contra de su propia voluntad. Sin embargo, si le dijese la verdad ahora, ¿No empeoraría eso el malentendido?
Mientras luchaba por decidir la mejor manera de explicarlo todo a Ning Zhiyuan para que el pudiera entenderlo, la voz de Qin Chu sonó de nuevo, como la de un diablo salido del infierno.
—¿Parece que tampoco sabías que nos acostamos hace siete años?
Las palabras de Qin Chu eran como una bomba, haciendo añicos completamente lo poco de razón que le quedaba a Huo Mian.
Ella nunca hubiera esperado, ni en un millón de años, que Qin Chu fuese a mencionar lo que había pasado hace siete años de manera tan casual y con una expresión tan indiferente en su rostro.
—Qin Chu, ¿cuándo te volviste tan sinvergüenza...?
Asombrada, Huo Mian ya ni podía terminar una frase completa.
—¡Bastardo! ¿Qué has dicho? —Ning Zhiyuan lo interrogó, ojos rojos, mientras tomaba el cuello de la camisa de Qin Chu con una mano. El refresco helado y el maíz a la parrilla habían sido arrojados a un lado.
Una sonrisa se formaba en las comisuras de los labios de Qin Chu mientras miraba casualmente a Huo Mian.
—Al parecer ustedes no han llegado tan lejos aún. Parece que a Huo Mian no le gustas en realidad, jejé.
—¡Pendejo! ¿Que has dicho? ¡Te mataré, maldito!
Con eso, Ning Zhiyuan dio el primer puñetazo a la cara de Qin Chu.
Por otro lado, Qin Chu lo esquivóágilmente. Inmediatamente, Ning Zhiyuan se arrojó encima de él, dando otro puñetazo. Esta vez fue demasiado rápido para reaccionar, golpeando a Qin Chu sin que él lo viera venir.
Qin Chu se tambaleó hacia atrás. Limpiándose la sangre de sus labios, dijo en una fría voz —tomaré este golpe por que has estado cuidando a Huo mian estos últimos años. Pero no tendrás otra oportunidad.
—De acuerdo, devuélveme el golpe. Vamos, pendejo. ¿Qué te da el derecho a tratar a Huo Mian así? Aún si eres su ex, eso es el pasado. ¿Por qué demonios volviste a buscarla?
Ning Zhiyuan estaba casi loco de ira. Debía admitir que su mente se quebró cuando oyó a Qin Chu decir que Huo Mian se acostó con él hace siete años.
Hace siete años. ¿Cuántos años tenía Huo Mian en ese entonces? ¿Dieciocho? Aún era una inocente estudiante de preparatoria...
Ningún hombre podría soportar ser desafiado por un adversario tan formidable en relaciones. Ning Zhiyuan no era la excepción.
Ignorando la advertencia de Qin Chu, se abalanzó sobre él como una bestia enloquecida.
Esta vez, sin embargo, Qin Chu no lo esquivó. En vez, arrojó un puñetazo a la cara de Ning Zhiyuan, haciéndolo caer al suelo.