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VIGGO

Viggo, hijo de Hephaestus (Diosa de la Forja en Orario) y Kain (Antiguo Vástago del Equilibrio), nació como un semi dios. Sin embargo, con una derrota y la incapacidad de esforzarse por un objetivo en la vida, es enviado a entrenar con un furioso maestro. Acompaña a Viggo en su camino para convertirse en dios. "No te disculpes, se mejor" Este fanfic nace como un Spin-Off del fanfic Original "Suerte y Perseverancia" también escrito por mí y en emisión actualmente. Aclaraciones: Me han acusado de sádico con mis lectores, pero desmentiré ese tipo de observaciones. Lo que pasa es que no le doy todas las cosas en bandeja de plata a mis protagonistas; cada cosa se gana. Por otro lado, a veces solo pasa que las situaciones no salen como uno quiere. Sin embargo, ahí es donde radica la magia de un protagonista, en saber moverse dentro de los parámetros y buscar soluciones con las herramientas que ya posee. Créanme, jamás joderé a mis protagonistas si no es para hacerlos mejores y más poderosos. PD: LA IMAGEN ES SOLO REFERENCIAL.

AOoBeligerante · Komik
Peringkat tidak cukup
332 Chs

Segundas oportunidades 1.53

Después de deambular por las ruinas de piedra obsidiana y solo encontrar escombros, Viggo, Ana y Sakura se sumergieron en la piscina. Entonces vieron que, por debajo del agua, bajo una pila de escombros, había una especie de cueva. Viggo fue el primero en sumergirse para pasar por la cueva de paredes rocosas. Al mismo tiempo, se dio cuenta que esta continuaba diez metros hasta dar con una especie de rampla que ascendía. Viggo siguió nadando hasta poder poner los pies en la rampla y comenzó a emerger. Una vez que salió del agua se topó con un largo pasillo de murallas, piso y techo hechos de piedra obsidiana. El lugar estaba bastante oscuro y a las paredes le faltaban algunos trozos de muralla que ahora obstruían el camino. Sin embargo, pese a como estaba y a la antigüedad que proyectada, aun parecía una construcción firme. Viggo avanzó generando chapoteos en el agua hasta que piso tierra firme. Avanzó por el pasillo mientras el agua caía de su cuerpo. Entonces vio al final del pasillo una gran puerta hecha de piedra y a su izquierda un tótem rectangular. Viggo escucho el ruido de alguien emergiendo del agua y tomando una gran respiración. Volteó su rostro y vio a Sakura en el agua. La ropa roja se le pegaba al cuerpo mientras se pasaba las manos por el rostro para quitarse el agua. Viggo sonrió, ya que vio esos prominentes montículos contorneados en la tela. Al mismo tiempo, los pezones se le ponían duros sobresaliendo sobre esos montículos. Después él miró hacia delante de forma disimulada y continúo avanzando por el pasillo, mientras escuchaba a otra persona emerger del agua. Debió haber sido Ana, pensó.

-¿Qué es este lugar?- pregunto Sakura generando eco por el pasillo

-No lo sé- dijo Ana con una voz cargada de asombro mientras elevaba su rostro para mirar la construcción.

Viggo tampoco lo sabía, así que continúo avanzando hasta el tótem. Esté tenía dos metros de altura, de aspecto rectangular. En la cara que daba al pasillo, habían grabado la figura de un disco de unos 30 cms de diámetro. Al mismo tiempo, en la parte superior alguien había dejado flores silvestres a modo de adorno, junto a dos velas aromáticas. Las mechas aún estaban encendidas, pero pese a eso, el instinto le decía a Viggo que estaban solos. Quien haya prendido las velas, ya se había ido.

Viggo miró al frente e inspecciono la gran puerta. Debe haber tenido unos 4 metros de altura por 5 de ancho. Se veía sólida, pero algo la había golpeado tan fuerte que, en la unión de los dos lados de la puerta, faltaba un trozo de roca de 1 metro de alto por 60 CMS de ancho. La grieta tenía el espacio perfecto para que Viggo pasara agachado y de lado.

Viggo se iba acercar para mirar por la grieta y ver que había del otro lado. Sin embargo, escucho un rugido bestial similar al que hacían los poderos ogros en el mundo de su maestro. Así que de forma inconsciente dio dos pasos hacia atrás.

Viggo sonrió emocionado y agarro el hacha con ambas manos. Entonces comenzó a avanzar hacia la grieta. Sin embargo, antes de que pudiera llegar, dos pares de manos lo tomaron de un brazo cada uno y lo jalaron devuelta.

A medida que retrocedía, Viggo miró hacia los lados y vio a Sakura y Ana con rostros cargados de angustia alejándolo de la puerta.

-No vayas- dijo Sakura con los ojos húmedos por las lágrimas que se le asomaban a la comisura de los ojos.

-Sí, no vayas- dijo Ana -podemos, podemos…- trato de continuar lo que iba a decir, pero la boca le comenzó a tiritar.

Por su parte, Viggo detuvo su retroceso, pero ni Ana ni Sakura le soltaron los brazos. Viggo se volteó para mirarlas y ellas lo abrazaron por la cintura.

-No sé qué haya ahí, pero no es humano- dijo Sakura -no vayas-

Ana asintió mientras escondía su rostro en el pecho de Viggo.

-Sé que no es humano- dijo Viggo con voz suave que apaciguo las dudas y los miedos. Ambas muchachas levantaron sus rostros y lo miraron a la cara. Viggo sonreía con total naturalidad y les dio esa tranquilidad que tanta falta les hacía en estos momentos.

-No se preocupen- continuo Viggo, le dio un breve beso en los labios a Sakura y otro a Ana y las miró a los ojos -he enfrentado cosas como esa cuando era más joven. Sé que por el ruido que hace parece intimidante, pero créanme, puedo vencerlo-

-¿Lo prometes?- pregunto Ana con los ojos cubiertos de lágrimas

-Lo prometo por mi vida y la de mi familia. Ahora tú también eres mi familia, así que de ningún modo te pondría en riesgo o te dejaría a tu suerte.

Ana asintió y Viggo sonrió. Entonces intercambiaron besos y ellas al final lo soltaron. Una vez libre, Viggo les dio la espalda y comenzó a caminar hacia la puerta sosteniendo su hacha en la mano izquierda. Al llegar a la grieta, primero paso su cabeza y miró el interior.

El lugar parecía una amplia habitación con las dimensiones de un domo. De 10 metros de alto por 50 metros de diámetros. Las estalactitas estaban esparcidas tanto en el techo como en el suelo. Sin embargo, algunas de las murallas tenían trozos de piedra obsidiana resquebrajada. En el centro del techo de la cueva había un agujero por el cual se filtraba la luz del día y dejaba ver al fondo una gran figura humanoide, casi tan grande como un troll. Viggo trago saliva pensando en el monstruo con grandes cuernos a los lados de su cabeza y un enorme tótem casi tan grande como él, en su hombro izquierdo.

Sin embargo, y pese a las reservas, Viggo termino de pasar su cuerpo por la grieta y paso al interior de la gran cueva. Diferente de aquella vez en que lucho junto a su maestro contra un troll, ahora era más fuerte y versado en el combate. Tenía su hacha y todas sus experiencias luchando en Muspelheim.

-"Prepárate"- escucho Viggo a su maestro decirle con su voz gruesa y estricta.

De forma inconsciente, Viggo tomo el hacha con ambas manos y rugió -¡Estoy listo!-. Entonces la criatura lo escucho y se comenzó a mover generando movimientos telúricos por toda la superficie. Del techo cayó sedimentos y las estalactitas temblaron. La criatura fue iluminada por la luz que se filtraba por el techo y se pudo ver un enorme cuerpo humanoide de piel naranja. En su cabeza solo tenía un ojo, el cual emitía un brillo dorado. Por otro lado, en vez de esperar a que el gran ciclope viniera por él, Viggo corrió en su dirección.

-AAAAAAAAH- rugió el ciclope abriendo su enorme boca, con una expresión de furia. Sin embargo, de poco le sirvió tal rugido, Viggo corrió a su encuentro y cuando estuvo a tres metros, el ciclope levanto su brazo derecho, casi tan grueso como el torso de un adulto, y lo descargo contra Viggo. Este último saltó hacia un lado, tomo el hacha y lanzó un corte horizontal que le abrió el bíceps. El ciclope rugió de dolor y la sangre emano de la herida. Retrocedió un paso mientras se cubría la herida del brazo con la otra mano. Viggo aprovecho de correr a la pierna derecha. Una vez que llego, tomo el hacha con ambas manos y dio otro poderoso corte. Sin embargo, diferente de antes, al momento de cortar, el hacha quedo incrustada en la rótula. Viggo jalo el hacha para que esta se soltara, pero fue inútil. Al mismo tiempo, sintió que algo venía a su cuerpo y saltó hacia atrás. Entonces vio pasar un enorme puño naranja por delante de él.

Viggo quedo a un metro del ciclope y este levantó su brazo izquierdo para continuar la acometida. Entonces lazo un puñetazo y Viggo tuvo que agacharse para esquivar el golpe. El ciclope continúo dando otro puñetazo con su brazo derecho al mismo tiempo que avanzaba. De esa manera, continúo intercalando entre un puño y el otro y lo único que pudo hacer Viggo fue retroceder y esquivar. Entonces el ciclope cansado de perseguirlo levantó ambos brazos y los descargo contra Viggo. Este último vio una oportunidad, se adelantó, paso por entremedio de ambos brazos sin recibir daño y saltó elevaban su codo derecho para conectar un poderoso golpe en la mandíbula del ciclope. Con la fuerza del avance en contraposición de ambos cuerpos, el daño fue masivo y un colmillo del ciclope salió volando por los aires mientras el cuerpo caía de lado.

Al ver al ciclope caído, Viggo corrió a la rodilla derecha y le pego un manotazo al pomo del hacha, está se aflojo y Viggo la tomo por el mango y la sacó de un solo tirón. Al mismo tiempo, el ciclope lanzó una patada con su otra pierna, la cual alcanzo a Viggo y lo lanzó a diez metros de distancia, estrellándose contra las estalactitas que emergían desde el suelo. El polvo y las rocas saltaron por todos lados dejando una polvareda. Cosa que ayudo a Viggo a gatear para esconderse detrás de otras estalactitas.

En medio de la polvareda, el ciclope avanzó haciendo temblar el suelo y buscando con su ojo de brillo dorado. Viggo camino a gatas y se escabullo utilizando otras estalactitas, apartándose 5 metros del ciclope. Entonces tomo un segundo aliento y se miró el cuerpo. Solo tenía unos cuantos rasguños en los brazos y otras contusiones en el cuerpo, pero nada de cuidado. Así que asintió, salió de detrás de las estalactitas y tomo el hacha con ambas manos. Entonces junto todas sus fuerzas y la lanzó al mismo tiempo que lanzaba un grito bestial. El hacha voló en vertical, haciendo giros sucesivos hasta que golpeo la espalda del ogro y quedo clavada. Entonces Viggo comenzó a correr y el ciclope se dio la vuelta para enfrentarlo. El ciclope soltó un rugido bestial y Viggo grito en respuesta. El ciclope lanzó un puñetazo y Viggo esquivo una vez más y salto conectando otro codazo en la mandíbula. Sin embargo, esta vez el ciclope ataco con menos fuerza, así que el impacto solo lo mareo y retrocedió un par de pasos mientras se tambaleaba. No obstante, Viggo al caer de pie en el suelo continuo con su acometida. Salto hacia el frente con ambos pies por delante y esta vez le pego en la pierna derecha que había quedado herida por el hachazo. El hueso crujió como un madera partiéndose por la mitad y el ciclope cayó de rodillas. Al mismo tiempo, Viggo cayó de espaldas contra el suelo rocoso, pero lejos de sentir dolor, estaba concentrado en continuar con su siguiente movimiento. Así que se levantó lo más rápido que pudo y aprovecho que el ciclope estaba arrodillado. Saltó apoyándose en la rodilla del ciclope que lo dejo en el antebrazo. Después dio otro salto y escalo hasta pararse sobre los hombros. Entonces comenzó a lanzar puñetazos a la nuca del ciclope sin descanso. Gritando y elevando la voz con cada golpe que daba, hasta que sintió que el hueso en la nuca crujió. Entonces levantó ambos brazos, entrelazo las manos y las descargo como si fuera un poderoso martillo. El hueso crujió y los puños de Viggo entraron al interior del cráneo. Al mismo tiempo, la sangre exploto de la cabeza del ciclope y este soltó un rugido débil, para luego desplomarse.

Viggo saltó desde los hombros de ciclope y cayó al suelo de pie, cubierto de sangre. Estaba jadeando con fuerza, pero más que sentirse molesto, se sintió renovado. Miró su puño derecho y lo apretó, para luego sonreír y sentir que se había vuelto más fuerte.

Por otro lado, las muchachas pasaron por la grieta y entraron a la cueva. Corrieron hacia Viggo y él levantó el rostro para mirarlas con los ojos cansados. Ellas lo abrazaron a pesar de la sangre y Viggo les devolvió el gesto. Sin embargo, lo que era un momento de paz, fue interrumpido por la luz dorada que emanaba el ciclope. El enorme cuerpo se transformó en dos cosas; una momia reseca y la esfera dorada de la que seguramente Kiara hablaba. Tanto Viggo como las chicas quedaron asombrados.