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VIGGO

Viggo, hijo de Hephaestus (Diosa de la Forja en Orario) y Kain (Antiguo Vástago del Equilibrio), nació como un semi dios. Sin embargo, con una derrota y la incapacidad de esforzarse por un objetivo en la vida, es enviado a entrenar con un furioso maestro. Acompaña a Viggo en su camino para convertirse en dios. "No te disculpes, se mejor" Este fanfic nace como un Spin-Off del fanfic Original "Suerte y Perseverancia" también escrito por mí y en emisión actualmente. Aclaraciones: Me han acusado de sádico con mis lectores, pero desmentiré ese tipo de observaciones. Lo que pasa es que no le doy todas las cosas en bandeja de plata a mis protagonistas; cada cosa se gana. Por otro lado, a veces solo pasa que las situaciones no salen como uno quiere. Sin embargo, ahí es donde radica la magia de un protagonista, en saber moverse dentro de los parámetros y buscar soluciones con las herramientas que ya posee. Créanme, jamás joderé a mis protagonistas si no es para hacerlos mejores y más poderosos. PD: LA IMAGEN ES SOLO REFERENCIAL.

AOoBeligerante · Komik
Peringkat tidak cukup
332 Chs

Orario ha perdido a sus campeones 2.221

Viggo en estos momentos, acompañado de sus esposas e hijos, miraba a su padre llorar frente a un mausoleo de piedra que debería tener los restos de Jason y Odiseo, pero donde solo había una lanza como el último remanente de la familia Hera. Detrás de Viggo había un sinfín de personas presentando sus respetos a los que fueron lo mejores aventureros de Orario. Dioses y aventureros en su gran mayoría. Algunos dioses como Freya y Apolo conversaban en voz baja y se reían.

Otros aventureros como Finn, un pequeño pallum o Gareth, un redondo enano de larga barba perteneciente a la familia Loki, miraban el mausoleo con respeto. Dentro de un grupo, Viggo vio a una persona de contextura delgada con una larga capucha negra con la cabeza agachada. Por una esquina de la capucha se asomaba un cabello de plata. Viggo lo encontró extraño, miró hacia una esquina haciendo memoria, pero fue interrumpido por Semiramis, quien le tomo la mano y lo miró a los ojos. Viggo hizo una pequeña sonrisa y miró hacia adelante, donde estaba el mausoleo de piedra y donde su padre lloraba sin consuelo mientras Hephaestus e Isabel le acariciaban la espalda a modo de consuelo.

Viggo miró a Semiramis, quien sostenía a una pequeña Uriel vestida con un pequeño vestido oscuro, similar a un quitón. Después miró a su izquierda y vio a Rosewisse, quien sostenía al pequeño Bell quien dormía envuelto en sus pañales con total calma, parecía que nada de esto le afectaba, lo que le daba paz a Viggo. De cabello blanco igual que su madre, tenía una expresión tierna e inocente. Un niño sin suerte que desde ahora tendría suerte. Al menos, eso se había propuesto Viggo. Darle toda la suerte que el mundo le negó cuando llego a este mundo.

Viggo volvió mirar al mausoleo, recordando lo que paso hace dos días cuando Ottar y él volvieron a la superficie. En total, estuvieron un mes en el calabozo. Lo cual les dio tiempo suficiente para procesar lo que habían visto en las profundidades. Lo primero que hicieron Ottar y él fue ir a la guild y reunirse con Uranos, pero este último solo recibió a Viggo.

<<¿Qué es eso que hay en las profundidades del calabozo?- preguntó Viggo

-Aquello de lo que el rey de los dioses debe hacerse cargo, la influencia de dioses exteriores y otras fuerzas que se tratan de hacer con el control de las almas- respondió Uranos desde su trono envuelto en su túnica blanca donde lo único que se veía era el rostro de un anciano demasiado serio e iluminado por las cuatro antorchas a su alrededor.

-¿Por qué no eres más abierto?- preguntó Viggo y después grito -mandaste a mis hermanos a su tumba-

-Los dioses de sus familias sabían cuál era su final- respondió Uranos. Viggo quedó helado al saber eso y Uranos continuo -Zeus y Hera sabían que el final de su tiempo se acercaba, ellos habían cumplido su propósito en esta tierra. Si no hubieras matado a Zeus, él hubiera tenido que volver al cielo después de cumplir cierta tarea-

-¿Te refieres a criar a Bell?-

-Sí- confirmo Uranos -pero como ahora tú ocupas su lugar, él ya no es necesario y por eso se te permitió alimentarte de su divinidad. Eres posiblemente el que tiene la mayor probabilidad de volverse en dios desde que los dioses llegaron a Orario-

Viggo llevo su mano derecha a su rostro y se cubrió los ojos -¿Y tú me dices que enfrente a esas cosas?- preguntó

-Tienes el poder, solo tienes que saber ocuparlo, pero como alguien que nació mortal, no sabes hacer las preguntas correctas, pierdes tu tiempo en frivolidades en lugar de avanzar en tu camino a la divinidad. Cualquier mortal…-

-Cállate- dijo Viggo en un tono mordaz -no sabes nada, no digas que pierdo el tiempo con mi familia y amigos-

-En ese caso, la divinidad de Zeus se habrá desperdiciado y todo este mundo se perderá. Los exteriores reclamaran las almas y tú solo podrás mirar como ellos se quedan con todo-

-En ese caso ¿Por qué no dijiste nada con anticipación? ¿Por qué no hablaste con mi padre? Él tiene más experiencia, fuerza y poder que todos nosotros juntos. Él sabe una infinidad de cosas-

-Alguien cercano al creador no puede servir para este propósito. A tú padre solo se le dejo estar aquí como un observador, alguien que algún día alcanzará la talla del creador y tendrá que tomar el ejemplo de este mundo. Además, él no estará aquí para cuando suceda lo que tenga que suceder. Solo podemos confiar en el futuro rey de los dioses-

-Lo dices como si no pudieras hacer nada-

-Nosotros, tampoco estaremos aquí, Viggo Dragonroad. Solo te podremos desear buena suerte desde el cielo->>

-Viggo- dijo Semiramis

Viggo salió de sus pensamientos y miró a su derecha, donde la hermosa mujer de cabello oscuro y la cabeza cubierta por un velo oscuro semi transparente lo miraba mientras cargaba a Uriel, la bebé pelirroja, quien dormía con su cabecita apoyada sobre el hombro izquierdo.

-¿Sí?- preguntó Viggo

-Es hora de irnos- añadió Semiramis

Viggo miró hacia adelante y vio que su padre, madre y tías se estaban retirando en grupo. Después miró hacia atrás y se dio cuenta que la gran mayoría se había ido. De repente Kain se acercó a Viggo, lo abrazo y le beso la frente mientras sollozaba. Viggo no sabía qué hacer ante un padre tan frágil, así que lo único que hizo fue devolverle el abrazo. Después de un minuto, Kain se movió hacia Ottar, quien todavía permanecía junto a Freya. Kain también abrazo a Ottar mientras la familia los quedaba mirando. Viggo miró hacia un lado del grupo y noto a Tatsumi, quien como siempre, era tranquilo y resaltaba muy poco. Tenía una mirada triste acentuada por su cabello oscuro.

Una vez que Kain pudo abrazar a todos sus hijos y nietos (incluso a Bell), camino hacia los carruajes acompañado de sus esposas e hijos más pequeños. Viggo también hizo lo propio con sus esposas e hijos, pero Tatsumi vino a buscarlo porque Kain quería decirle algo.

-¿Cómo estas Tatsu?- preguntó Viggo

Tatsumi miró a Viggo y siguió caminando con la cabeza gacha -bien, nii-sama- respondió -un poco preocupado por oto-sama-

-Yo también, nunca había visto a papá tan frágil-

Tatsumi asintió mientras tomaba una profunda respiración y continuaba caminando. Frente a los carruajes de la familia Dragonroad los esperaba Kain con las manos en los bolsillos mientras miraba el cielo. Su largo cabello blanco caía a los lados de su rostro mientras sus orejas puntiagudas de elfo sobresalían hacia los lados.

-Viejo ¿Cómo estás?- preguntó Viggo avanzando

Kain volteó su rostro con una mirada triste, ojos rojos de tanto llorar y una expresión cansada -bien, hijo- dijo con voz suave.

Viggo se detuvo delante de él, siendo solo una cabeza más bajo que su padre. A su lado Tatsumi también se detuvo y ambos lo quedaron mirando.

-La próxima semana vas a estar ocupado con la mudanza ¿Cierto?- preguntó Kain

-Sí, padre, pero si me necesitas para algo, podemos aplazarlo-

-No, no es necesario- dijo Kain con una sonrisa en los labios -necesito que después de eso te hagas un tiempo, tú, Semiramis, Scheherezade y Uriel. Van a venir conmigo a ver a Hera y Dorian-

-Entiendo- respondió Viggo -¿Necesito llevar algo?-

-Por ahora no, Hera quiere conversar contigo sobre lo que viste en el calabozo. Ella, dijo que es necesario que recibas orientación-

-Yo…- dijo Viggo agachando la mirada -entiendo-

-No te enojes, hijo- dijo Kain, se adelantó y lo abrazó -lamentablemente, como mortales, solo podemos hacer lo que está en nuestras manos y nada más. Incluso los dioses con su poder no son dueños de su destino-

-Entiendo, padre- susurro Viggo -siempre me pregunte porque no hacías nada contra la injusticia en Orario, pero ahora lo entiendo todo mejor-

-Sí, el mundo es más complicado de lo que parece-

Kain retrocedió, miró a Viggo con una sonrisa cansada y asintió -nos venos, cuídate- dijo

-Nos vemos padre, te informare cuando terminemos con la mudanza e iremos a ver a la tía-

Kain asintió, miró a Tatsumi y le hizo el gesto con su mano derecha para que él se acercara. Una vez que Tatsumi se acercó, Kain lo abrazó y le susurro algo al oído. Después se separaron, subieron al carruaje y se fueron.

Viggo los quedó mirando durante unos minutos y después camino de vuelta a los carruajes, solo para encontrarse en su interior a Semiramis dándole de comer a Uriel y Bell, ambos pequeños comiendo de un seno cada uno mientras Rosewisse los miraba desde el asiento del frente.

-Parece que la pena se muestra en forma de hambre- dijo Viggo con una sonrisa, cerró la puerta del carruaje y se sentó al lado de Semiramis. Viggo le dio dos golpes al techo y el carruaje se comenzó a mover. Entonces se escuchó el repiqueteo de los caballos y el traqueteo de las ruedas sobre los adoquines.

-¿Qué necesitaba mi suegro?- preguntó Semiramis mientras miraba a Bell y Uriel lactando de sus senos.

-Papá dijo que después de la mudanza iremos a ver a la tía Hera. Ella quiere verte a ti, a Uriel, Scheherezade y conversar algunas cosas conmigo-

-Veo- dijo Semiramis levantando la cara y pensando en las razones de la conversación. Ella miró a Viggo y le pregunto -¿Hay algo que no me hayas contado?-

-Yo, me gustaría conversar estas cosas contigo, pero estás ocupada con tus negocios y los niños. No necesitas más problemas, no te preocupes, lo conversare con papá y la tía Hera, después de eso lo conversare con las personas que me puedan ayudar. No tomare toda la responsabilidad por mi cuenta. Necesito estar bien-

Semiramis asintió y Viggo estiro su mano para acariciar la escasa cabellera roja de Uriel. Después acercó su mano a la cabecita de Bell y le acaricio sus cabellos casi inexistentes. El pequeño estaba concentrado en comer igual que Uriel.

-Viggo- dijo Rosewisse

Viggo miró hacia adelante y vio a Rosewisse sentada en el asiento del frente, con su cabello de plata cayendo a los lados de su hermoso rostro y sus alas blancas que, por sus dimensiones, ocupaban casi todo el espacio del asiento.

-¿Sí?- preguntó Viggo

-Sabes que puedes contar conmigo-

-Lo sé, amor, es solo que no es tan fácil. Muchas cosas influyen en esto y tengo que saber cómo proceder en lugar de correr nervioso y de forma caótica, solo propagando la preocupación-

-Yo ya me siento preocupada solo de escucharte-

Viggo negó con la cabeza. Si ella supiera, realmente estaría preocupada, puede que más que del ragnarok y Odín ¿Cómo se podría categorizar una criatura amorfa, hecha de materia oscuro, tentáculos, bocas y patas como de elefante que puede crecer solo absorbiendo la materia oscura de su alrededor? Si esa cosa saliera del calabozo ¿Qué sería de Orario? ¿Qué sería del mundo?