"..."
En este momento Alexander estaba esperando a que viniera Maia, la Princesa Caballero de la Cuarta Fortaleza, hacia la pequeña habitación de piedra dentro de los muros, donde se encontraban él y sus Esposas.
'Haaa.'
Aunque Alexander no pudo evitar suspirar mentalmente, ya que en este momento, parecía un animal exótico en un Zoológico, siendo los espectadores, alrededor de unas 10 damas muy escasamente vestidas, que al parecer eran las guardias de aquí.
Prim: "Juejuejue~"
Alicia: *Temblar* *Temblar*
Kaguya: "Jejeje."
Sus Esposas también estaba obviamente muy divertidas con todo esto, ya que Prim sonreía extrañamente, Alicia trataba de no reírse, sólo que temblaba mucho aguantando la risa, y Kaguya reía mientras se ponía la manga del Kimono en los labios.
"Haaa."
Alexander vió esto y volvió a suspirar.
"... Entonces, ¿él es Esposo de ustedes tres, Kaguya-sama?"
Preguntó una guardia que parecía ser la que estaba a cargo en esta pequeña división, con curiosidad escrita por toda su cara. Ya que era muy difícil, creer todo lo que estás le habían dicho a ella, y a las demás guardias, hace unos momentos.
Kaguya: "¡Hai!"
Ella respondió feliz con una sonrisa, mientras enseñaba el anillo en su dedo anular.
Prim: "¡Yo también, yo también!"
Prim saltó un poco mientras inflaba más su pecho y enseñaba su anillo con orgullo.
Alicia también quería hacerlo, pero todavía le daba algo de vergüenza, y aunque últimamente había cambiado bastante, faltaba un largo tramo para poder ser tan abierta como Prim.
Las guardias se sorprendieron todavía más, de que hubiera alguien que pudo conquistar a Tres de las Princesas Caballeros de Eos, y esto sólo hacía, que la admiración que sentían hacia este hombre todavía algo desconocido para ellas, creciera.
Aunque después, la guardia y Kaguya, o mejor dicho, todos los que vieron la energía con la que Prim respondió, no pudieron evitar que una sonrisa se posara en sus caras.
Prim tenía ciertamente este encanto, donde prácticamente le parecía como que la linda Imouto de todos.
Si, incluso a veces Alexander llamaba a Prim en su mente [El Aliviador Tensional Absoluto] ... ya que si alguien quisiera que hubiera un buen ambiente en algún lugar, solo hacía falta una Prim allí.
Alexander: "Entonces... ¿qué es lo que hacen mayormente en su trabajo?"
Preguntó Alexander con dudas, ya que realmente no tenía idea de a qué estas guardias se dedicaban aquí, es decir, claramente eran las porteras de la Ciudad, pero como esto era un Isekai, se diferenciaba mucho del trabajo original o normal que Alexander conoce.
Guardia 1: "Uhmm, eeh, no-nosotras s-sólo estamos a cargo de la Puerta de la ciudad, nuestro trabajo no es muy importante-..."
La que parecía ser la de mayor rango, y la que hablaba con Kaguya anteriormente, respondió al ver como Alexander la miraba, aunque se sonrojó mucho y se equivocaba con las palabras del sentimiento cálido que corría por su pecho al hablar con este hombre, pero cuando por fin se había calmado algo al final, Alexander la interrumpió.
"No creo que sea algo sin importancia, ustedes son las que velan por los ciudadanos, ¿no es así? No hay forma de que eso sea un trabajo no relevante, protegen su ciudad para la tranquilidad de las personas que viven allí, creo que es algo bastante admirable."
Alexander habló con una sonrisa, que si bien no se podía ver por su máscara, era posible darse cuenta al notar el contorno de su cara.
"..."
*Puff*
"¡Ana-san!
"¡Ana!"
Kaguya, Alicia y Prim, vieron como las 10 chicas de allí, se quedaron en silencio cuando oyeron a Alexander, y se empezaron a sonrojar. Especialmente la líder, ella se fue poniendo poco a poco roja desde los pies a la cabeza, y luego, con un sonido algo lindo... humo fue liberado de arriba de ella, como una locomotora, o una oya de presión...
Kaguya/Alicia/Prim: "..."
Alexander: "..."
Alexander miró como la guardia, o Ana, al parecer, se desmayó y fue sostenida por las demás, entonces él miró de manera indefensa a sus Esposas... y estas lo miraban de vuelta con unas caras de póker.
...
...
Pasó un tiempo, y Ana, después de que se levantó, vió la preocupada cara de Alexander que la miraba, y... volvió a desmayarse...
Todas las demás estaban sin palabras, pero por suerte, Ana se volvió a despertar rápido, y esta vez sólo se sonrojó mucho.
Aunque nadie podía culparla, ya que había reaccionado de manera algo sólo un poco mas exagerada que las demás guardias.
Sus trabajos fuertes en la milicia, sus personalidades militares y su propio autodesprecio, por ser mujeres sin haber probado el amor por primera vez en sus vidas, mantenían a raya cualquier tipo de acercamiento de el sexo opuesto hacia ellas.
Pero aquí estaba, un hombre tan perfecto como nunca habían visto, diciendo palabras tan amables y tan cálidas como si por la fuerza tomara un borrador para borrar el desprecio que sentían hacia sí mismas por su trabajo muy masculino, cosa que en una gran parte, logró.
En especial, porque nadie, ni siquiera hombres o mujeres, pudieran decir lo mismo de la misma cosa, y que nunca se había hecho.
Algo así, era muy raro por decir menos, incluso, ellas mismas aparte de la poca cantidad de hombres humanos en Eos que pudieran ser sus Esposos, también existía el otro limitador de su trabajo... bien y mayormente por esto, era que la ídolo de todas y cada una de las mujeres que trabajan de cualquier rama de la Milicia, Claudia Levantine, la guerrera más fuerte de la Humanidad, eran tan especialmente adorada, ya que estaba casada. Claro, esto era sólo aparte de su gran poder de combate y su gentil y amable carácter fuera de la lucha.
'¿Esto es amor?'
Se preguntaba Ana, toda sonrojada mientras tocaba su pecho.
'Se siente... cálido...'
Y para su desconocimiento, las otras 9 guardias, inexperientadas en este tipo de temas, hacían lo mismo.
En fin, después de unos minutos, cuando se superó la timidez inicial, todos, desde Alexander y sus Esposas, hasta las guardias, empezaron a hablar de diferentes cosas.
Aunque, ya sea por lo poco que estas mujeres se habían desarrollado en el ejército de Maia, o que aparte de un entrenamiento de vez en cuando en lugar de guerras unas tras otras, o simplemente porque eran mujeres y las mujeres son seres muy misteriosos... por todo esto, era sólo principalmente las guardias haciéndoles preguntas a Prim, Kaguya y Alicia, y para cuando obtenían las respuestas, iban "~Kya~ ~Kya~" por todos lados mientras se retorcían un poco, con las manos en las mejillas, y miraban a Alexander cerca de ellas, aunque de alguna forma... los movimientos nocturnos de Alexander y sus mujeres, eran tanto lo que más presente tenían las guardias para preguntar, y lo más presente que tenían Kaguya, Alicia y Prim para hablar... dejando incluso, a un Alexander algo sonrojado de lado, ya que no importa lo bajo que ellas hablaran, no podía evitar escucharlas. Y bueno, como seguían siendo mujeres, por lo tanto tenían este espíritu hablador entre ellas, donde se contaban muchas cosas asombrosas... en varias magnitudes...
"¡¿Kaguya-sama y, y, y es así de sorprendente?! ¡~Kyaa~!"
"¡Prim-sama! ¡¿Es verdad eso?!"
"Entonces Alex-sama... ¡Tan grande...! ~Fiuuu~"
"¡Ana-san, Ana-san! ¡Aiyo, Ana-san se está desmayando de nuevo, ni siquiera pudo escuchar lo que pasó cuando Alicia-sama y Prin-sama asaltaron a Alexander-sama! ¡~Uwaa~!"
Perfectamente, todavía existía esa distinción social entre las guardias y las Princesas Caballeros, pero todo esto fue derrumbado por estas últimas mientras también empezaban a hablar de todo tipo de cosas... y las reacciones de las oyentes... eran realmente muy variadas.
Alexander incluso pensaba profundamente, en lo puras que eran estas guardias, cuando el Mundo en el que vivían era prácticamente salido de un Hentai, y aunque ya lo sabía, esto lo contentaba bastante, ya que demostraba que el hecho de que el propio Hentai tuviera una trama extremadamente pervertida y oscura... era sólo para la parte de Kuroinu, por lo demás, aunque muy extrañamente, era todavía un Mundo normal.
Alexander mayormente sólo se quedaba quieto allí, y era observado de vez en cuando por las guardias sonrojadas, que se volteaban la cabeza rápidamente, y junto a esto, al escuchar el jaleo que se armó en poco tiempo en la muy entusiasta conversación... lo hacía sudar un poco en secreto. Aunque se reía cuando veía a Prim, y la nariz de esta parecía crecer apuntando hacia el cielo cuando hablaba de él con confianza...
Después de unos minutos más...
Alexander estaba pensando en Aki Nijou, la encantadora sorpresa inesperada que había recibido el día de hoy, pero de pronto, sintió algo con sus sentidos extranormales.
Caminó un poco hacia la puerta de paso a la ciudad de la habitación de piedra, y enfocó sus ojos en las figuras que se acercaban, también dándose cuenta de que una de las guardias que estaba esperando allí, había empezado a hablar con una mujer muy hermosa y pelirroja, que el suponía que era Maia, ya que la diferencia del 2D, a la realidad que él veía, no era completamente igual, lo que resultaba en que a veces no distinguiera a las personas, pero en su opinión, aquí Maia parecía incluso más hermosa.
Pero por curiosidad miró detrás de ella, y vió a Eleonora, otra persona que decía Milf por todas partes, y parecía muy encantadora y seductora a la vista, junto a su encanto de "madre", incluso sin serlo, aunque claro, él no lo sabía... que la hacía prácticamente casi brillar en los ojos de Alexander. De hecho, incluso esta mujer que Alexander veía, al igual que Chaia, tenía cierta similitud a un personaje de un Anime, aunque Alexander no pudo darse cuenta en ese momento principalmente por la diferencia existente entre la realidad y el 2D del Anime.
Luego...
Puso sus ojos sobre aquello que desataba un sentimiento oscuro.
El noble gordo y muy cliché, donde se podía notar a 1000 kilómetros de distancia, lo repugnante y corrupto que era, pero algo hizo click en la mente de Alexander, mientras lo miraba.
'Ah... ya veo.'
Alexander recordó de los comerciantes de esclavos, ocultos en la Primera Fortaleza, a los cuales mató después de torturarlos.
'Parece que este era el grupo escondido en esta Fortaleza... todavía falta analizar un poco más, pero dudo que encuentre a alguien aparte de ellos.'
De entre los recuerdos que vió, encontró a este noble, Balier Nod, en muchos recuerdos, junto a dos más que trabajan aquí en la Cuarta Fortaleza. Siendo males de la misma calaña que aquellos tipos, por lo tanto...
Alexander, con su normalmente rápida velocidad, desapareció de donde estaba.
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