Chloe
Desde que tengo memoria, la vida a sido un asco, siempre considerados como los vagabundos en todos los lugares que hemos estado. ¿Por qué?... Bueno, mi padre que es un excelente alcohólico, no hay lugar donde no causé problemas, por esa razón nunca e tenido una amistad con nadie, por lo que escuche de parte de mi mamá, esta vez nos mudaremos por la simple razón de que buscaban a mi padre para matarlo, eso era algo tan común que ya me había acostumbrado. Al parecer dos hermanos de mi padre le consiguieron dinero para que saliéramos de Australia, algo me decía que no era por que nos querían.
Aunque no hablábamos mucho, el sabía que lo quería a mi modo, además, me gustaba el hecho de que ni le interesaba lo que hiciera con mi miserable vida.
Siempre con su ego al máximo que muchas veces me daba asco y se lo decía en su propia cara, después de todo, soy la oveja negra ( La peor persona de un lugar) que más da que me digan unas cosas más.
- Mira hija ya llegamos.
Dijo mi mamá con una gran sonrisa cuando vimos el letrero que decía.
BIENVENIDOS A NAROA
Lo primero que pensé fue, otro lugar que me dará mucho asco, de repente observé por la ventana un lago, sabía en donde iba a estar todo el tiempo. Al parecer el lugar era muy famoso, era colorido, tenía un clima muy agradable y lo más importante, el lago que desde que lo vi me gustó.
- Hija, por favor hagamos que esta vez si funcione.
Sabía a que se refería, solo pude verla con una cara de alegría y decirle con sinceridad.
- Sí mamá.
Mi mamá era muy diferente a mi papá y a mí, ella era una persona muy amable, servicial y siempre intentaba convivir con los vecinos, al parecer nunca le resultó muy fácil, en todos los lugares la rechazaban, recuerdo cuando una supuesta amiga le dijo que nuestra familia era lo peor que había conocido, que dejara de actuar como una persona buena que no lo era en lo absoluto, sentí mucha rabia por lo que dijo esa vieja que la saqué a patadas de nuestra casa. Me daba mucha tristeza que mi mamá pasara por todo eso, por culpa de nosotros dos, así que intentaba ser la hija perfecta, quería que ella se sintiera feliz.
Cuando empezó a ver personas, ella vio a futuros amigos y amigas, al contrario de ella, algo me decía que aquí tampoco sería feliz, podía sentir lo mierda que era cada una de esas personas, moví un poco mi vista hacía el lugar donde se encontraba mi padre y pude visualizar una pequeña sonrisa, en ese momento supe que el pensó lo mismo que yo.
- Mamá... Ya verá que todas esas personas querrán ser sus amigos y amigas.
No sabía que decirle, no quería que estuviera triste y todo inició con esa primer mentira.
[...]
- Mamá, deja te ayudo con esas cajas.
Con una sonrisa le dije y claro que era de verdad, después de todo ella era la única amiga que e tenido.
- Sí... Esta bien hija, colócalas en el cuarto izquierdo.
Se le notaba la alegría y esperanzas de que todo sería mejor aquí.
Y el viejo como llamaba a mi papá, solo nos observaba, se movió un poco y pensé que nos ayudaría pero no fue así, solo sacó un cigarrillo y volvió a su postura, con solo verlo me daba ganas de vomitar.
[...]
- Al fin terminamos.
Dije con una voz tan frágil que se lograba notar lo cansada que estaba.
- Si hij...
Mi mamá iba a hablar cuando fue interrumpida por el sonido de la puerta.
TOC, TOC
Mi mamá me quedo viendo con una cara de confusión.
- Ve a ver quien es mujer.
Le dijo mi papá con un tono de arrogancia.
- Si, si.
TOC, TOC
- Ya voy...
Se le notaba la alegría por ser la primera vez que tocaban la puerta.
Al abrir la puerta se lograba ver una persona, lo primero que pensé fue ¿Qué hace una persona a estas hora?
- Hola señora, es un gusto conocerle, espero no interrumpir y disculpe mi hora de llegada.
Se le notaba la elegancia y los buenos modales que tenía y claro, eso sorprendió mucho a mi mamá.
- Pase adelante por favor.
Le dijo mi mamá, conteniéndose de no llorar de la alegría.
- Muchas gracias.
Nuestras miradas lograron encontrarse.
- Quieres no voltearme a ver.
Le dije con arrogancia y sin saber quien era esa persona.
- Discúlpeme, es que es muy raro por aquí ver a una chica tan perfecta.
¿Qué? Ese bastardo se estaba burlando de mí, que carajo pasa con el.
- Ah...
Fue lo único que logré decir, conteniendo las ganas de darle un puñetazo en su rostro.
- Y dime muchacho, que te trae por aquí.
Dijo mi mamá cortando la escena.
- Quería conocerles mejor.
- Enserio... Y eso a que se debe.
- Disculpen no haberme presentado antes, yo soy Liam Colling, vivo a cinco casas de aquí, solo quería decirle como es este pueblo...
[...]
Por fin amaneció...
- Mom hoy iré a conocer el lago.
Le dije, como si todo lo que escuchamos ayer no me importará en lo mas mínimo.
- Ah... Esta bien Chloe...
Con una mirada perdida y sin emoción lo dijo.
Y claro, mi papá ya no estaba en la casa, supuse que andaba por ahí, viendo el lugar.
Iba incómoda porque sentía las miradas de todas las personas, hasta que ví una tienda que decía.
<<BIENVENIDOS AL BASURERO>>
Qué nombre era ese para un negoció, acercándome logre notar que habían muchas cosas, desde libros hasta cigarrillos, me dio mucha curiosidad que decidí entrar y ver de mas cerca.
- Ey...
- Si.
- Qué haces en este lugar.
Dijo un señor que se encontraba en una silla.
- Quiero ver si hay alguna basura que me llame la atención.
Que le pasa a este viejo, hablándome con tanta confianza.
- Bueno... Espero encuentres algo.
Pensé que el diría algo más pero no fue así y eso me incómodo mucho.
- Cuanto sería por esta cajetilla de cigarrillos.
Toda incómoda por que este señor casi ni hablaba y ni le interesaba lo que hiciera. Quiero salir de aquí, era lo único que pensaba en ese momento.
- $ 6.36
[...]
Me dio mucha emoción ver el lago, no creía la perfección que estaba al frente de mi, quiero quedarme aquí observando este lago siempre, repitiendo lo mismo una y otra vez hasta que logré ver una figura humana a la distancia que venía acercándose y perturbo mi tranquilidad, quien carajo era ella y porqué venía.
- Hola chica nueva.
- ¿Qué?
- Tu eres la nueva...
- Si y tu eres...
- Sofía, solo dime Sofía.
- Esta bien.
Porqué me decía que solo le dijese Sofía, que yo sepa, en este pueblo todo se basa en los apellidos. Además que parecía una modelo, con su lindo color de piel morena.
- Puedo sentarme.
- Ah...
- Que si puedo sentarme.
- Si, si... Y dime que haces aquí.
- Siempre estoy aquí y tu que haces aquí.
- Me gustó el lago desde que lo ví.
Ella sacó una cajetilla de cigarros y supe al instante que ella era la oveja negra de este lugar, según lo que nos dijo Liam, el fumar, el no comportarse como debe ser, son algunos factores para ser despreciado en este pueblo.
- Creó que nos llevaremos muy bien.
Dijo con mucha alegría, será que ella sabía quién soy en realidad.
- Porqué lo dices.
No dijo nada, solo me quedó viendo y sonrió.
Platicamos hasta que ella dijo que tenía hambre y me dijo que la acompañará a una cafetería donde iba siempre, cuando llegamos me sorprendió el lugar, tenía luces por todas partes, las personas actuaban normales y no como se veía en las calles.
- Qué es esté lugar.
Un poco confundida por lo que veía, nada de esto se parecía a lo que había dicho Liam.
- El lugar donde toda persona que es tratada mal viene a desahogarse.
- ¿Cómo así?
Sentía muchas ganas de salir de ese lugar, algo me decía que no era bueno para mi familia que yo estuviera aquí, pero me sentía tan cómoda que no quería irme.
- Aquí nadie te dirá nada... Y dime, cuando entras a estudiar.
- Ah... Bueno, aún no se, creó que hoy ira a ver mí mamá acerca de eso.
No le tomé mucha importancia a lo que ella dijo.
- Por qué te esfuerzas por hablar el español como lo hago yo.
- Tengo mis razones.
- ¿De qué país eres?
- Australia.
- Por qué se vinieron.
- Sabes, no me gusta que me hagan muchas preguntas.
- Ah... Y dime, te gusta esté lugar.
Ella era una persona muy extraña, no sabría como identificarla, lo único que sabía era que me caía bien.
- Sí... Algunos lugares, como esta cafetería, el lago y la tienda el BASURERO.
- Esa tienda es lo mejor que tiene este lugar.
Se le notaba la alegría en sus ojos cuando le dije que me gustaba esa tienda.
- Oye y ese nombre tan inusual a que se debe.
- Verás, el dueño de esa tienda es un amigo de mi padre, por lo que me dijo el, esa tienda es una muestra que no todo es perfecto en este lugar.
- Oohh...
No sabía que decir, era mi primer día aquí y no conocía nada.
Después de ese encuentro, Sofía se volvió mi primer amiga en esté lugar, ella era alguien que hacía lo que quisiera, no le importaba lo que dijeran de ella, creó que por esa razón nos llevábamos tan bien.
Una semana de haber llegado a esté pueblo y ya hablaban de nuestra familia, por lo que escuche, mi padre trataba mal a las personas del lugar y de mi mamá casi no hablaban, eso daba tranquilidad, en cambio de mí...
- Tan linda y tan podrida por dentro.
Se escuchaba por todos los lugares que pasaba, no me sentía mal al escuchar eso, quizás porque iba con Sofía que era igual que mí.
Todos los días pasábamos en el lago fumando, ya era una hábito de nosotras, hasta que llegó el primer día de ir a estudiar, al parecer ella empezaría a trabajar.
[...]
- Jóvenes, hoy tenemos a una nueva estudiante, espero se lleven bien con ella... Pase por favor.
- Quiere presentarse con sus compañeros.
- Hola, soy Chloe Johnston y vengó de Australia.
Con una expresión neutra lo dije, logré ver una persona que conocía muy bien.
- Hola, así que te llamas Chloe.
Lo dijo con una gran sonrisa y nada que ver al primer día que lo ví.
- Ah... Hola Liam.
Y le mostré una sonrisa.
- Puede sentarse en el último escritorio.
Dijo el profesor.
Sentí un gran alivió cuando dijo eso, no quería estar ahí al frente de todos.
Al terminar las clases empezaron a acercarse a mí.
- Hola, que lindos ojos tienes.
- Lárgate.
Me daba un asco escucharlos.
- ¿Por qué tienes un ojo azul y el otro verde?
- Porque quiero.
Que preguntas eran esas.
- Que linda piel tienes.
- Sales en revistas.
- Puedo ser tu amiga.
Con una sonrisa y amablemente les dije.
- Se pueden ir a la mierda por favor.
Todo el ambiente cambió después de decir eso.
- Hola.
Escuche desde atrás, conocía muy bien esa voz. Me moví un poco.
- Hola.
Respondí, por alguna razón el no me caía mal ni tampoco muy bien que se diga.
- Quieres que te muestre el lugar.
- ¿Qué?
Con un tono de arrogancia le respondí.
- Sígueme si quieres conocer este lugar.
Se le notaba tranquilo.
- Bueno, no tengo nada más que hacer.
Que raro que no me haya dicho nada más.
Al terminar de enseñarme el lugar pensé que todo terminaría ahí.
- Intenta no hablar cuando vengas a estudiar.
- ¿Por qué?
De donde venía eso tan inesperado, aunque sabía bien a que se refería.
- Así no les caerás mal a todos.
Pero quien se creía para hablarme de esa manera.
- Ah... Bueno, lo tendré en mente.
Maldita seas Chloe, di lo que piensas, no intentes ser educada con la personas que no conoces y tan mierda con los que conoces, repitiendo eso una y otra vez hasta irme de ese lugar.