Huyó con su amante.

—Nadie podía permanecer indiferente después de escuchar a la Abuela Fang decir esas palabras —la Tía Wang, que vino en lugar de la madre de Yu Dong, sintió que la cabeza le daba vueltas, ¡si no fuera por Yu Tong que la sostuvo, se habría caído al suelo! Justo cuando pensaba que esta chica había dejado de causarle problemas, ¡hizo algo tan irrazonable y cruel! La Tía Wang se sentía tan enojada por dentro que estaba a solo un respiro de escupir fuego como un dragón. Caminó hacia Yu Dong mientras miraba a la multitud con una sonrisa y una vez que se acercó sigilosamente a Yu Dong, la apartó de la Abuela Fang y de Fang Chi tirándola de la espalda de la camisa y la arrastró hacia la esquina donde la procesión de la boda estaba parada, bajó su voz y susurró amenazadoramente: