Casi me atrapan.

Song Yan se lamió los labios hinchados ligeramente y se estremeció de dolor —Dios. Esto era una locura, ¿cómo se suponía que comiera con ellos? ¿Podrá seguir usando sus labios después de haber sido succionados, mordisqueados y mordidos así? Caray, incluso cuando intentaba tocarlos no podía dejar de silbar como un gato enojado. Cada vez que respiraba, maldecía a Fu Yu Sheng una y otra vez en su cabeza.

Ese bestia, ¿intentaba besarla o quería desgarrar su carne y chupar su alma? ¡Ni siquiera podía comer bien con los labios mordidos de esa manera!

Observando su reflejo en el espejo volvió a tocarse los labios y apretó los puños cuando otra oleada de dolor le recorrió —¡Bestia! ¡Estúpido! ¡Bastardo! ¡Perro con piel humana! ¡Esto era literalmente demasiado! Respiró hondo y volvió a maldecir a Fu Yu Sheng, debería haberle cerrado la puerta en la cara y patearlo en el estómago cuando intentó aprovecharse de ella, honestamente, ¿qué se suponía que hiciera ahora?