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11. Las dos marionetas

Houston ahora parecía un luchador nato, cosa que no era él; para nada. Tomó del cuello a John con extrema fuerza y lo lanzó al suelo para tratar de herirlo. William trataría de golpearlo, solo que se dejó llevar por sus emociones. En consecuencia, un infernal golpe en su abdomen lo mandó disparado del otro lado del edificio.

Juxs y Casey  no se habían enterado de que ya habían encontrado a Houston, por lo tanto, seguían buscando. —¿Lo has visto? —preguntó Juxs. Casey giró su cabeza a los lados varias veces, diciendo que no. La diferencia de ellos con John y William, es que ellos no eran buenos para buscar o hallar. —Ya llevamos un rato aquí. Es aburrido buscar—mencionó Casey con notoria molestia. —Relax, lo encontraremos—Dijo Juxs colocando su mano en el hombro de Casey.

De igual forma, ellos dos escucharon un misterioso sonido, captando la atención de Juxs, sorprendiéndolo—¡Rápido, por acá! —Las orejas de Juxs parecían poseer mucha mejor audición que los de Casey, quien siguió el paso de Juxs. Tres segundos pasaron corriendo para que Casey lograra escuchar el ruido, similar a cuando golpeas una roca con otra para generar un fuego controlado. —Tienes razón, se escucha algo—dijo Casey.

Al llegar, encontraron de espaldas a alguien sobre los escombros. El ruido cesó. Allí parado y sin ningún tipo de movilidad, emanando un aura impresionante. —¿Eres tú, Houston? —preguntó Casey temeroso. Aun así, se acercó cautelosamente al misterioso hombre, quien poseía un cuerpo delgado. Tocó su hombro y el hombre delgado se volteó. Ambos no tenían ni la menor idea de quien fuera ese hombre con un cuerpo delgado, un moño, un traje, cabello peinado para atrás, una gran boca y unos ojos pequeños. Aquel hombre era Steve. Los pequeños ojos estaban tornados de negro, salvo la única excepción de que tenían una estrella brillante de un hermoso color blanco como pupilas.

—¿Quién carajos eres tú? —preguntó Casey dando dos pasos atrás

—¿Está todo bien? —Juxs se preocupó

—¡No! Hay un chico aquí que no conocemos

—¿Y eso es malo?

—Pues... no me hace nada—Casey agitó su mano frente a los pequeños ojos de Steve. Se fijó a detalle en sus ojos y notó dos estrellas. Se distrajo un poco y cayó en los escombros. Su trasero y sus manos tocaban el suelo—¡Este chico tiene estrellas en sus ojos! Aparte sus ojos están negros

—¿Estrellas? ¿No es William? Se parece un poco

—No, no es William. Además, sus estrellas son blancas y lo blanco del ojo está negro

—Deja veo—Juxs subió la pequeña montaña de escombros, analizaría al hombre. Cuando subió, fijó su mirada en el rostro de Steve sin poder identificarlo—Nop, no tengo la menor idea de quién es. Pero tienes razón, sus ojos negros tienen una estrella blanca.

Las estrellas de los ojos, dirigieron su mirada a Casey. —¿Me está mirando?

Ágilmente, Steve asignó un codazo a las costillas de Casey, quebrándose como galletas; las hizo polvo. Fue un dolor insoportable para Casey, cayendo de rodillas. De inmediato escupió sangre.

Ahora Steve trató de añadir un codazo más a Juxs, sin éxito. —¡Ja, no me diste! —De una forma burlona le gritó. No obstante, en un breve momento, se tragaría sus palabras. Steve acertó un golpe en el abdomen de Juxs, tirándolo de la montañita de escombros.

Nuevamente, dirigió su mirada a Casey—¡Espera, no me hagas nada! —rogó entre lágrimas. Steve se acercó hasta que recibió el ataque de una varilla en su cabeza. Juxs estaba justo atrás, siendo el responsable del ataque.

Al golpear intensamente la nuca de Steve, la varilla se partió en dos y lo desequilibró. Ese hecho, le dio la ventaja a Juxs, pues el pedazo de varilla que tenía en su mano poseía un buen filo, perfecto para atacar.

Molesto y lleno de ira, Juxs se lanzó contra Steve dispuesto a matarlo. —¡Voy a enterrarte esta mierda en ese puto ojo! —gritó furioso. No logró su cometido. Una patada impactó su estómago. Esta vez fue lanzado lejos. —¡Juxs! —Casey quedó sorprendido.

Casey corrió en busca de Juxs, casi cayendo—¡Eres un hijo de perra! —se lo dijo a Steve.

Steve fue a paso veloz a por Casey. No tardó mucho en alcanzarlo y derribarlo con una barrida. Ahora Casey, postrado de rodillas en el suelo, observó a Steve.

En la mano del delgado hombre, la otra varilla hacía presencia. Ya era tarde para Casey... moriría.

No obstante, su suerte estaba con él.

¡William llegó a la escena! Solo que de una forma rara. Venía disparado del otro lado del edificio, chocando con Steve. Al chocar, William se llevó a Steve consigo sin querer. Los dos rodaron por el suelo.

Houston estaba en el aire, ¡todo era extraño! Al parecer dio un gran salto desde el otro lado y simuló el efecto de volar, ¡Pero claro que no estaba volando! Cayó al suelo y corrió en busca de William.

John también apareció—¡Mierda! Allá va Houston—Corrió para ir a ayudar a William, aunque la diferencia de velocidad de él con Houston o William era obvia.

Recuperando su compostura, William se puso de pie. Al frente suyo tenía el desconocido Steve—Tú no pareces amable—Pasos veloces sonaron atrás de él, así que volteó y vio a su líder—Oh, ¡Y ya viene el otro! —volvió a mirar a Steve, pero sorprendentemente, Houston ya estaba allí, sorprendiendo a William—¡Pero tú andabas atrás de mí corriendo! —exclamó William. Dos contra uno, ¿Quién saldrá victorioso?

—Me la ponen difícil, amiguitos—Dijo William.

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